La república independiente (y “harta”) de La Línea
El alcalde propone la conversión en ciudad autónoma, aunque sus socios de Gobierno lo desaprueban
Con guasa gaditana, en La Línea de la Concepción ya hay quien llama a su alcalde “el Puigdemont del Sur”. Pero poca broma, porque Juan Franco se faja ante los que le critican: “Voy totalmente en serio”. Mientras que los grandes partidos hacen campaña para las Elecciones Andaluzas, el regidor del partido local La Línea 100 x100 ha anunciado una propuesta inesperada: solicitar la independencia del municipio bajo el estatus de ciudad autónoma.
El movimiento institucional se ha visto acompañado por otro, surgido en las redes sociales, que ha repartido más de 4.000 papeletas nulas para este próximo domingo y en las que piden “un trato diferencial” para La Línea. Las dos iniciativas tienen una raíz común: el hartazgo ante la falta de respuestas a la situación que atraviesa la localidad. “He propuesto que nos constituyamos como ciudad independiente porque tenemos una situación singular al resto de los municipios y necesitamos una solución también singular”, justifica Franco.
LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS PROVINCIAS ANDALUZAS
En el PP, socios de gobierno del alcalde —de las 15 concejalías, cinco son de los populares— rechazan el planteamiento, que tildan de"populismo electoralista". La oposición, liderada por el PSOE, también se opone. "Hay que tener sensatez y pies en el suelo. Comprendo que el alcalde se queme, pero lo que pide se puede conseguir con el plan especial para la ciudad que planteó el PP justo antes de la moción de censura de Sánchez”, explica Juan Pablo Arriaga, portavoz y candidato del PP a las Municipales.
Una localidad sin apenas término municipal que pueda acoger inversiones; un paro endémico que ronda el 30 %; una situación fronteriza con la colonia inglesa de Gibraltar que genera más de 8.000 puestos de trabajo pero también problemas de contrabando de tabaco; un narcotráfico de hachís con Marruecos que pierde a generaciones y barrios enteros. El regidor enumera estos y otros problemas —como los históricos y preocupantes niveles de contaminación— como justificaciones suficientes para una idea que, en su equipo de Gobierno, llevan rumiando un tiempo.
El sentimiento de excepcionalidad, para bien y para mal, no es nuevo entre los habitantes de una ciudad que lleva siglos jalonadas por el carácter que impone una frontera. Sobre todo si tras esa valla los vecinos británicos tienen una renta per cápita que triplica a la linense (64.315 euros, frente a 23.000 euros, según estimaciones de 2016), son los principales empleadores en La Línea y está en ciernes un Brexit con consecuencias aún inciertas. Sin embargo, la llama que ha prendido la mecha de la independencia se produjo el pasado 16 de noviembre, cuando el Gobierno español presentó un plan especial para el Campo de Gibraltar que prevé la inyección de 1.000 millones para la zona.
Los linenses pronto pasaron de la ilusión a la decepción al ver que el documento recoge escasas inversiones para la ciudad, más allá del refuerzo policial o la creación de un nuevo juzgado. “Ha sido el colmo. Ni nos dan el pescado ni la caña para pescar”, explica con indignación el alcalde. El pasado martes 20 de noviembre, apenas cuatro días después, Franco anunciaba por sorpresa la propuesta que pretende agarrarse al artículo 144 de la Constitución Española. En él, se establece la posibilidad, por medio de una ley orgánica, la creación “de una comunidad autónoma cuando su ámbito territorial no supere el de una provincia”.
El regidor sabe que, de iniciarse el proceso no sería sencillo. “Es complicado, pero no imposible”, reconoce Franco, licenciado en Derecho. Según el artículo 141 de la Constitución, "cualquier alteración de los límites provinciales habrá de ser aprobada por las Cortes Generales mediante ley orgánica". El político incluirá su idea en el programa electoral para las próximas elecciones municipales y tampoco descarta que, una vez superados todos los estudios, se realice algún tipo de consulta entre los linenses para refrendar el proceso.
El primer paso para el Consistorio será elaborar un estudio de viabilidad sobre la conversión en la tercera ciudad autónoma. Franco cree que, con la independencia se podrían articular medidas para la revitalización de la ciudad que llevan años sin materializarse, como un régimen fiscal para la ciudad o el establecimiento de complementos salariales para los funcionarios que accedan a puestos en la localidad.
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