El ala progresista de Ciudadanos pide a Rivera tras el 26-M abrirse a pactos con el PSOE
El sector más centrista planteó en la ejecutiva abrir una reflexión sobre los resultados del domingo
El discreto resultado de Ciudadanos en las elecciones del domingo ha abierto de nuevo el melón en el partido sobre el giro a la derecha emprendido por Albert Rivera para competir con el PP. En las generales, el sector progresista asumió que el resultado permitía a Rivera validar el nuevo rumbo. Pero tras el 26-M, cuando la distancia con el PP ha aumentado, el ala centrista ha reactivado el debate. En la ejecutiva del pasado lunes, destacados dirigentes reclamaron una reflexión sobre los resultados y que el partido se abra a pactos con el PSOE.
El domingo ha cambiado muchas cosas en el tablero político español y ha situado a Ciudadanos en un lugar central. Su resultado estuvo por debajo de las expectativas —muy lejos de superar al PP, con el que casi había igualado el 28-A— y muy por debajo del número de votos en esas elecciones. En solo un mes, Albert Rivera se ha dejado dos millones doscientos mil sufragios, que le apoyaron en las generales pero no en las municipales. Esto tiene que ver mucho con la implantación territorial de un partido con solo cinco años de vida nacional y que aún tiene falta de cuadros —y con que los resultados de abril no son extrapolables a mayo—, pero los números han puesto en alerta de nuevo al sector más centrista, que pone en el punto de mira el giro a la derecha.
En la ejecutiva del pasado lunes, que reunió a la dirección ampliada para analizar los resultados del domingo, varios dirigentes destacados del ala más progresista pidieron reflexionar sobre los resultados y reconsiderar la estrategia que implica el veto casi total a llegar a acuerdos con el PSOE. “Sería deseable abrir una reflexión, hay que pensar en el futuro. Hay que leer estos resultados con tiempo y detenimiento y sacar lecciones”, explica uno de estos dirigentes que intervino en la reunión.
El ala socioliberal pretende una vuelta al centro, lo que pasa por poder pactar a izquierda y a derecha y ahuyentar los acuerdos con Vox. Es decir, levantar el veto al PSOE en los pactos territoriales. El debate no está, al menos todavía, en reconsiderar el no a gobernar desde La Moncloa con el PSOE. “La estrategia correcta es ser fiel a lo que somos. Y eso es ser un partido de política útil”, dicen estas fuentes. “La vocación de Ciudadanos es ser un partido de centro, hacer coaliciones y ser útil. Eso implica pactar a ambos lados”. En la ejecutiva varias intervenciones fueron en esta línea, según fuentes presentes en la reunión.
El debate no fue grave porque tampoco hay ansiedad en este sector. Primero, porque no hay prisa: ahora se inicia un escenario sin elecciones a la vista en el que los partidos pueden moverse poco a poco; y, segundo, porque hay señales de que Rivera también se mueve. Ciudadanos ha constituido un comité negociador de pactos de gobierno que va a analizar caso por caso y que va a abrir una negociación con el PP pero también con el PSOE, aunque se haya fijado a los populares como socios preferentes. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ya ha contactado con el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, algo que parecía impensable hasta hace apenas una semana, cuando en plena campaña Rivera disparaba con máxima dureza contra Pedro Sánchez.
El sector más progresista quiere dar tiempo y espera que poco a poco se avance en el deshielo con el PSOE. “Se va a ver en la práctica, en la acción”, confían estas fuentes. “Vamos a esperar los próximos pasos”. Lo cierto es que en la dirección, también en el alma liberal, se extiende la tesis de que a Ciudadanos le interesa pactar con los socialistas gobiernos y alcaldías. El partido tiene la llave de tres comunidades —Aragón, Castilla y León y Murcia— y de una docena de capitales, y se necesita su concurso en el Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid.
El papel central de Ciudadanos para muchos pactos por toda España le da una ventaja importante a la hora de negociar con los dos partidos mayoritarios. Y aunque el propósito de la cúpula sigue siendo arrebatar al PP el liderazgo del centroderecha, eso no significa que darle todos los gobiernos sea lo que más les interese. “¿Para qué íbamos a ser los segundos del PP?”, se preguntan otras fuentes de la dirección. Restar a los populares poder institucional conviene a Ciudadanos para seguir erosionando al partido al que quiere comerle la tostada.
Objetivo a medio plazo
Los resultados del domingo obligan, cuando menos, a tomar ese objetivo con calma. Ciudadanos crece: desde 2015, ha doblado concejales y diputados autonómicos, y se ha consolidado como tercera fuerza nacional, mientras Podemos se ha hecho casi trizas. Pero aún le queda un largo camino para alcanzar la implantación municipal del PP. Los 20.336 concejales de los populares están muy lejos de los 2.789 de Cs. El PP llegó a un 22,24% de voto, por el 8,25% de Cs. Nada que ver con las generales, en las que Rivera acarició el sorpasso a solo nueve escaños y apenas 200.000 votos del PP. El domingo les separaron más de tres millones de sufragios. “No se sustituye al PP en dos días. A medio plazo sigue siendo posible”, analizan fuentes de la dirección que siguen apostando por esa estrategia.
El otro asunto que preocupa es Vox. Los acuerdos con la extrema derecha ya fueron motivo de discusión interna y en Andalucía el partido hizo equilibrios para conseguir un acuerdo con el PP que apoyó Vox sin que Ciudadanos se sentara con la ultraderecha ni firmara ningún pacto con ellos. Ahora, la formación de Santiago Abascal ha lanzado el órdago de que no apoyará ningún gobierno de quien ni siquiera se siente a negociar. El sector progresista estará vigilante, pero la cúpula tampoco quiere entrar en pactos con Vox y sigue apostando por el modelo andaluz. Si eso no fuera posible, estudiarían posibles apoyos desde fuera.
Arrimadas asistirá a la reunión del Club Bilderberg
La nueva portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Inés Arrimadas, asistirá el próximo fin de semana a la conferencia anual del Club Bilderberg, que tendrá lugar en la localidad suiza de Montreux. Arrimadas toma el testigo de Albert Rivera, que acudió el año pasado. El foro, fundado en 1954, celebra anualmente un encuentro para fomentar el diálogo entre Europa y Norteamérica, con la asistencia de un centenar de las personalidades más influyentes a los dos lados del Atlántico.
El líder del PP, Pablo Casado, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el presidente del consejo del grupo Prisa, Javier Monzón, serán los únicos españoles, además de Arrimadas, que formarán parte del encuentro. En esta 67 edición del foro acudirán alrededor de 130 personalidades de 23 países, incluyendo líderes políticos y expertos del ámbito de la industria, las finanzas, el mundo académico y los medios de comunicación. En la reunión, a puerta cerrada, no se proponen resoluciones ni se emiten comunicados.
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