Abascal advierte de que Vox “hará valer sus votos”
El partido ultranacionalista se considera consolidado pese a perder cuatro puntos respecto a las generales
El líder de Vox, Santiago Abascal, advirtió anoche de que “hará valer sus votos” y no admitirá “insultos, cordones sanitarios o estigmas” por parte de quienes quieran pactar con él, en alusión a la negativa de Ciudadanos a sentarse con su partido en Andalucía. Tras subrayar que Vox será determinante en el 30% de las capitales, incluido el Ayuntamiento de Madrid, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, la comunidad de Murcia o la Comunidad de Madrid, insistió: "Quien quiera contar con nuestro apoyo deberá ser respetuoso y flexible”. No reveló si pedirá formar parte de los gobiernos, pero se comprometió a cerrar el paso a la izquierda en todo caso.
Para Abascal, lo más importante no fue el poder territorial que ha conseguido, sino “haber consolidado una alternativa sin complejos a la izquierda", pese a los intentos por desmovilizar a su electorado y las llamadas al voto útil de parte del PP.
Poco antes del cierre de los colegios, la cuenta de Vox en Twitter (261.000 seguidores) tocó a rebato: “Acompáñanos a seguir los resultados en los alrededores de nuestra sede nacional. […] Vamos a celebrar que millones de españoles tendrán voz en toda España y en Europa”. El llamamiento tuvo escaso eco. Solo unas decenas de militantes se acercaron al nuevo local del partido ultranacionalista, en el distrito madrileño de Chamberí, a un paseo de la sede del PP.
Ni siquiera los dirigentes lo hicieron. Abascal, la candidata a presidenta de Madrid, Rocío Monasterio, y el portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, siguieron los resultados desde una oficina próxima y no aparecieron hasta casi la una de la madrugada.
En el bar ubicado frente a la sede, los seguidores de Abascal seguían incrédulos el goteo del escrutinio. “¡No me lo creo!”, exclamó una señora cuando, pasadas las once de la noche, cayeron de golpe los resultados de las elecciones europeas: tres escaños para Vox (dos menos de los que pronosticaban la mayoría de las encuestas), con el 6,22% de los votos, cuatro puntos menos de los obtenidos hace algo menos de un mes. Pero esto no era un avance, sino el recuento al 85%.
La buena noticia la trajo poco después Víctor Manuel Sánchez del Real, diputado por Badajoz. “¡Echamos a Carmena!”, dijo entre aplausos. “Tenemos la llave de muchas ciudades importantes, entramos con fuerza en los parlamentos de Murcia, Castilla y León, Castilla-La Mancha…y metemos a Hermann [Tertsch] en Europa”. Las caras largas se tornaron en risotadas.
"Los vientos que soplan en Europa"
El cabeza de lista de Vox al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé, se mostró anoche exultante con sus 1,4 millones de votos, subrayando que multiplican por seis los 240.000 que obtuvo en las europeas de 2014. Omitió la pérdida de 1,3 millones respecto a los que tuvo hace menos de un mes (2,7) y, aunque la participación ha sido menor, el porcentaje ha caído cuatro puntos: del 10,2% al 6,2. Buxadé proclamó que, por vez primera, los españoles van a tener un partido acorde “con los vientos que soplan en Europa”. Cuáles sean esos vientos no lo aclaró: Vox ha evitado la foto con la extrema derecha europea y no participó en el mitin de Salvini en Milán.
Antes aun de haber cazado la piel de la alcaldesa de Madrid, empezaron a repartírsela. “Si alguien quiere que le apoyemos para alcalde tendrá que sentarse a negociar con nosotros”, advertían los dirigentes de Vox. La satisfacción por derribar a la regidora de la capital parecía enjuagar todos los sinsabores. “¡Adiós, Carmenita, adiós!”, coreaban entre palmas avanzada ya la noche.
Según los responsables de su campaña, Vox ha gastado 1,5 millones en el ciclo electoral que acabó ayer: 1,2 millones en las elecciones generales y 300.000 euros en las locales, autonómicas y europeas. Al facilitar este dato, el partido ultranacionalista quería demostrar la austeridad de su maquinaria electoral, pero también evidenció el distinto valor que daba a cada cita: por cada cuatro euros gastados en el 28 de abril ha destinado solo uno al 26 de mayo.
Su objetivo era retener los 2,7 millones que obtuvo hace menos de un mes. No lo logró, pero retuvo los suficientes como para pensar ya en las generales de 2023.
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