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Los 14 millones de euros de un yihadista que se esfumaron

La Audiencia Nacional niega a la familia de un condenado por terrorismo la devolución del dinero iraquí que se le requisó y que tras la invasión americana perdió su valor

Javier Arroyo
Jamal Hussein, con barba, el primero por la izquierda, en el juicio contra la célula yihadista en 2005.
Jamal Hussein, con barba, el primero por la izquierda, en el juicio contra la célula yihadista en 2005.

Cuando a Jamal Hussein Hussein lo detuvieron en Granada un 18 de septiembre de 2003 bajo la sospecha de colaborar con una célula yihadista, los agentes encontraron en su poder dinero en distintas monedas. Allí había euros, dólares, dírhams marroquíes, liras sirias y dinares iraquíes. Hussein fue condenado a seis años de cárcel y, al entrar en prisión en 2006, pidió que le devolvieran el dinero. Recuperó los euros, dólares y dírhams. Pero la cantidad mayor eran los cinco millones de dinares, equivalentes a 14,7 millones de euros en el momento del arresto. La familia pidió el contravalor en euros más los intereses. En definitiva, 21,8 millones de euros. Pero, trece años después, aún no lo han conseguido, pese a la batalla judicial emprendida, en la que acaba de recibir un varapalo de la Audiencia Nacional.

La historia comienza con la invasión de Irak, que provocó que lo que eran millones de euros en septiembre, se convirtieran en cero en octubre de 2003, cuando la Autoridad Provisional de la Coalición decidió cambiar la moneda nacional iraquí. Después, comienza la pelea en los tribunales.

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El recorrido físico de los cinco millones de dinares ha sido tortuoso desde el principio, tanto como el de las decisiones administrativas o judiciales sobre si la familia tenía derecho a la devolución o no de su contravalor en euros. Hussein murió en 2016 y ahora son nueve de sus descendientes quienes pleitean por la devolución del dinero. La primera dificultad, explica Jorge Serrano, abogado de la familia Hussein, fue encontrar el dinero. O el papel, según se mire. Los agentes no consignaron los dinares como dinero sino como simple papel sin valor. "Mi insistencia y la de un funcionario de la Audiencia Nacional nos permitió encontrar en 2016 el dinero en un almacén de Toledo. Estaba en 10 cajas grandes de las de guardar cartones de tabaco", recuerda. La reclamó entonces al Ministerio de Justicia y los dinares comenzaron su larga ruta.

Son varias las instituciones que han revisado el asunto. Siempre con distinta suerte. Justicia preguntó, como era preceptivo ante la petición de la familia Hussein, al Consejo de Estado y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y cada una vio el asunto desde una perspectiva. El CGPJ dio la razón a los descendientes y reconoció un "funcionamiento anormal de la administración de justicia". Determinó además la indemnización entera de los casi 22 millones de euros. El Consejo de Estado lo analizó de un modo similar, pero añadió un matiz que cambiaba la orientación radicalmente. El Estado no lo hizo bien, pero era Hussein quien aún estando en prisión debía "adoptar las medidas y decisiones necesarias para que el dinero que invoca ser de su propiedad" le fuera reembolsado.

Con esas dos resoluciones en la mano, el Ministerio de Justicia optó en junio de 2017 por asumir la versión del Consejo de Estado y denegó la devolución del dinero. Ni 21,8 ni 14,7, nada.

De la Audiencia Nacional al Supremo

La viuda e hijos de Hussein han llevado la lucha hasta la Audiencia Nacional, que hace algo más de un mes dictó sentencia añadiendo nuevas variables al caso. En esta resolución, adelantada por el diario Ideal, incluye un elemento nuevo como eje de todo el asunto: los funcionarios hicieron bien en no consignar ese dinero en ninguna cuenta porque "no era convertible" —apenas hay una docena de monedas convertibles en todos los mercados internacionales— y la ley solo obliga a hacerlo en esos casos. Indirectamente viene a justificar que, poco más o menos, los agentes consideraran aquello un montón de papel y, en cualquier caso, achaca al propietario del dinero no haber actuado. La Audiencia explica que "no se puede entender que el encausado […], al que se le ha intervenido una importante suma de dinero en moneda extranjera, [...] no realice ninguna actuación tendente a la conversión si tiene noticia" de la conversión iniciada en Irak.

En la conversación con el abogado de la familia surge la pregunta de si tal cantidad de dinero en manos de alguien que fue condenado por yihadismo era de origen legítimo o no. Serrano es taxativo al respecto: "El dinar en su momento, antes de la invasión, era una moneda boyante y de prestigio entre los países árabes. No voy a contar de donde viene ese dinero ahora, pero sí está acreditado en las actuaciones. Además, el origen lícito queda acreditado desde el momento en que ninguna de las instancias se para en eso. La sentencia de la Audiencia no lo valora y el CGPJ consideró que había que devolverlo a la familia, algo que no hubiera hecho si fuera de origen ilícito". Jamal Hussein Hussein, aunque nacido en Siria, tenía nacionalidad española y en el momento de la detención regentaba un comercio dedicado a la compraventa de productos árabes en Granada.

El abogado se prepara para recurrir el caso al Supremo, pero es consciente de sus posibilidades: "Así de memoria, la tasa de éxito en esa instancia no es mucho más del 2%". Hasta ahora, la familia se ha negado a aceptar la devolución de las 10 cajas de cartón con los cinco millones de viejos dinares iraquíes que no tienen ningún valor pero, al final, es posible que eso sea lo único que consigan, un montón de papeles que durante poco más de un mes fueron casi 15 millones de euros.

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