Vox incluye entre sus financiadores al ‘número tres’ de la Fundación Francisco Franco
El presidente del partido en León asegura que Jaime Alonso había aportado fondos al partido. La antigua cúpula de la formación lo ha denunciado por impulsar una estructira paralela
“He recibido la llamada del millón. Me ha llamado Jaime Alonso, de la Fundación Francisco Franco, que es natural de León. Hemos quedado y me ha dicho que está con nosotros absolutamente y que nos va a ayudar, porque como a nosotros, le preocupa lo de la financiación y lo tiene muy claro…. Me ha dicho que hay que dar un paso más. Ha quedado muy contento conmigo y ha dicho que va a dar buenos informes a Madrid”. Este es un extracto de una conversación telefónica que el 12 de octubre de 2018 mantuvieron Carlos Portomeñe, hasta este sábado presidente de la gestora provincial de Vox en León y quien entonces era el secretario general del partido en esa provincia, José Carlos Rúa, que esta mañana ha publicado la cadena Ser. Los audios confirman el vínculo entre Vox y miembros influyentes de la Fundación Francisco Franco, una relación que Portomeñe y los actuales responsables de la formación de extrema derecha en León han insistido en desmentir y que ha sido denunciada por los antiguos miembros de la cúpula provincial.
En esas grabaciones, Portomeñe, le pedía a Rúa que guardara discreción al respecto y también alardeaba de que Alonso, entonces portavoz de la Fundación Francisco Franco hablaba “tres veces al día con Abascal” y “tenía línea directa con Madrid”. En enero de 2019, en una conversación en el chat del Comité Ejecutivo Provincial de Vox en Léon, Portomeñe volvía a insistir en el apoyo financiero del alto cargo de la Fundación. “Jaime Alonso nos va a ayudar también en la parte económica, algo fundamental para la campaña”. La vinculación directa de Alonso con la dirección de Vox en León incomodó a varios de los miembros de la cúpula provincial que veían en esa relación un argumento de peso para los que asociaban al partido con la extrema derecha. En ese chat varios de sus integrantes se quejaban de que “estaban llegando afiliados del palo de Franco y Fuerza Nueva y eso no es Vox”.
A los pocos días de mantener esa conversación, todos los miembros del CEP de León eran cesados fulminantemente desde Madrid, sin alegar un motivo concreto. Portomeñe dimitió, pero fue colocado como presidente de una comisión gestora en febrero de este año, decretada desde la dirección nacional, y cuyos miembros nombró el propio Portomeñe. Los directivos salientes lo acusaron de ponerse en manos de Alonso y el 11 de marzo presentaron una denuncia a los juzgados de Instrucción de León en la que reclaman que se adopte una medida cautelar que deje sin efecto a la comisión gestora por la forma irregular en la que se produjo la destitución del CES y la constitución de dicha gestora.
En el escrito, los denunciantes advierten de que Jaime Alonso “ostentaría la condición de afiliado al partido político Vox en Madrid y es donante en cuantías máximas permitidas por la legislación y vendría actuando al margen del comité ejecutivo provincial para implantar el partido, ofrecer puestos en listas electorales, e incluso conformándolas en diversas localidades de la Provincia de León y estaría actuando como eje de esa estructura externa al partido político Vox”. Alonso no ha confirmado ni desmentido a este diario que sea miembro del partido de extrema derecha o que haya realizado aportaciones económicas. “Puedo ser miembro de Vox y de un teatro”, ha señalado en conversación telefónica. Sí ha negado que quisiera diseñar una estructura paralela de Vox en León poniendo al frente a gente de su confianza.
En estos meses Portomeñe ha negado cualquier vinculación con la Fundación Francisco Franco o que Jaime Alonso fuera el verdadero factótum de la organización en León. El propio Portomeñe fue cesado de manera fulminante este sábado. Este diario ha tratado sin éxito de contactar con el expresidente de Vox en la provincia para conocer los motivos concretos de su destitución. Todo apunta a que su sustituta será la actual secretaria de la gestora, Elena Merino Urbón, vinculada al portal Digital de León que hace unos meses era muy crítico con el vicepresidente primero de Vox, Víctor González Coello de Portugal, al informar de su condena por irregularidades contables.
Varios de los exdirectivos provinciales de Vox ellos han hecho público su malestar por las anomalías a la hora de proceder a su destitución por parte de la dirección nacional y la falta de cauces de comunicación. “En León el partido se ha dedicado a captar a sus candidatos a través de organizaciones como la Fundación Francisco Franco, Fuerza Nueva o Democracia Nacional y a despreciar a sus afiliados moderados”, señala Gregorio García Aller, candidato a la alcaldía de León por Vox en 2015. “La deriva de Vox no nos parece normal y cuando pedimos explicaciones a la dirección nacional, no las dan o te acusan de traidor. Los nuevos dirigentes se han cargado la ideología del partido y están dando la razón a quienes nos describen como extrema derecha, porque se comportan igual en sus formas”, explica García Aller a este diario.
Malestar generalizado entre la militancia
León no es la única provincia donde la militancia de Vox mantiene un disenso cada vez mayor con la deriva totalitaria de la dirección nacional de la formación. En Andalucía, afiliados de provincias como Almería, Granada o Sevilla (donde las encuestas proyectan resultados muy halagüeños para el partido) se están movilizando para denunciar determinados comportamientos de la cúpula. Francisco Jurado, que ganó las primarias a las elecciones andaluzas, y que fue cesado fulminantemente vía WhatsApp por el Comité de Garantías sin que se le concediera la posibilidad de apelar, alegando que formaba parte de la lista de compromisarios del PP, partido del que se había dado de baja con anterioridad a la fecha de publicación de esas listas, ha presentado una denuncia ante la Fiscalía para impugnar la configuración de las listas. En Granada también se está preparando una querella para anular el proceso de selección de los candidatos a esos comicios, donde Vox obtuvo 12 representantes, por irregularidades a la hora de comunicar la configuración del censo.
En Ceuta, Valencia, Madrid y varias provincias de Andalucía también se ha criticado la reforma de los Estatutos de la formación impidiendo que los cargos electos sean votados en primarias. “Hay un desencanto en buena parte de la militancia de toda España por la forma de actuar del Comité Ejecutivo Nacional”, sostiene Gregorio García Aller, ex coordinador local de Vox en León y candidato a la alcaldía por ese partido en 2015.
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