El PSOE andaluz acepta a los ministros como cabeza de lista, pero aún no hay acuerdo con Ferraz
En Sevilla la dirección provincial ha escuchado a medias a la dirección nacional
Las directrices de la dirección federal del PSOE para las candidaturas al Congreso y el Senado se han cumplido a medias en Andalucía. Los ministros de Hacienda, María Jesús Montero; Agricultura, Luis Planas; Cultura, José Guirao; e Interior, Fernando Grande-Marlaska, encabezarán Sevilla, Córdoba, Almería y Cádiz, como quería Ferraz. Pero no todas las sugerencias se han cumplido. La comisión federal de listas las aprobará y resolverá el conflicto el 14 y 15 de marzo.
No ha habido ningún acuerdo global en Andalucía para repartirse al 50% los 20 escaños que el PSOE obtuvo en las elecciones de 2016 y que se consideran puestos seguros de salida. Esta comunidad aporta 61 diputados al Congreso. Y en cuatro provincias ha habido acuerdo con Madrid (Jaén, Huelva, Málaga y Granada), pero en otras cuatro (Sevilla, Cádiz, Córdoba y Almería) no se han respetado a rajatabla las propuestas de la ejecutiva de Pedro Sánchez. Todos los cabezas de lista al Congreso debutan en ese puesto.
¿Significa esto que hay división en el monolítico PSOE de Susana Díaz? Depende de quien conteste. Los sanchistas ve una división “en dos”. La ejecutiva regional, que persigue mantener unida a la tropa, admite que hay “un intento de debilitar” a la mayoría actual.
Cada vez más gente se sitúa en una tercera vía. Son los que están hartos de tantos tirones, avisan de que la renovación en el PSOE andaluz no ha hecho más que empezar y critican que se pretenda en cada votación interna reproducir las primarias que ya ganó Sánchez a Díaz. Tras perder el Gobierno andaluz después de 37 años, los referentes locales miran al sol que más calienta. Y ese sol, por ahora, está en La Moncloa. Desde el primer momento, Sánchez hizo saber que esta vez quería tener un grupo parlamentario cohesionado. Lo cual implicaba que en esta ocasión las listas al Congreso y Senado no se harían todas desde la sede regional de San Vicente, como también ocurrió con las candidaturas al Parlamento andaluz.
Las órdenes eran estas: ministros y miembros de la ejecutiva federal, todos afines al secretario general, debían estar incluidos, y los diputados que se mostraron más beligerantes para destituir a Sánchez en 2016 debían pasar a la reserva o al Senado. Se ha cumplido en Jaén, Málaga, Huelva y Granada, donde figuran al frente de las listas Felipe Sicilia, Ignacio López, María Luisa Faneca y José Antonio Montilla.
No ha sido posible en Sevilla, Cádiz, Córdoba y Almería, donde las listas las lideran cuatro ministros de Pedro Sánchez. Aunque la inclusión de estos estaba fuera de toda duda, desde el PSOE de Andalucía se hicieron públicas las votaciones de la militancia, donde los miembros del Gobierno y de la dirección federal no aparecían en los primeros puestos. Era una forma de preguntarle a Pedro Sánchez si en esta ocasión no iba a respetar el voto de los afiliados y negociar así con más fuerza. Para el alcalde de Dos Hermanas y presidente del comité federal, Francisco Toscano, era “un pulso”.
La lista más conflictiva ha sido la de la agrupación de Sevilla, donde Díaz, por el momento, ejerce mayor control. La ejecutiva provincial ha escuchado a medias a la dirección federal. Ferraz quería tres de los cuatro puestos logrados en las últimas elecciones y desplazar al que fuera número uno, Antonio Pradas, al Senado. Pradas es una persona de absoluta confianza de la secretaria general del PSOE andaluz. Fue parte activa en el comité federal que acabó con la dimisión de Sánchez en octubre de 2016. El PSOE de Sevilla ha apoyado con casi el 93% de los votos una candidatura encabezada por Montero, seguida de dos susanistas, Pradas y Carmen Cuello. En cuarto lugar, figura el delegado del Gobierno en Andalucía y secretario federal de Política Institucional, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Los tres puestos del Senado en esta provincia están copados por dirigentes de Díaz. Fuentes de la dirección federal aseguraron que esta candidatura “se cambiará”. Desde la dirección regional aseguran que se ofreció a Ferraz situar a Pradas y a Francisco Salazar, persona de confianza de Ferraz, en el Senado, pero que se rechazó.
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