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Villarejo declara que desde 1993 le “utilizaron los sucesivos ministros del Interior”

El ministerio otorgó al cerebro del 'caso Tándem' pasaportes de la Unión Europea en blanco y DNI falsos que caducan en 2024

En foto, el comisario Villarejo, a su llegada a los juzgados de la plaza de Castilla en junio de 2017. En video, declaración de Villarejo ante la Audiencia Nacional.
José María Irujo

El comisario José Manuel Villarejo aseguró en su declaración judicial de noviembre de 2017 ante el juez de la Audiencia Nacional Diego De Gea que durante 23 años compatibilizó su condición de agente encubierto con sus sociedades, algunas off shore, sin que ninguno de los Ejecutivos del PP y el PSOE que gobernaron durante ese periodo le otorgara la compatibilidad, según se desprende de esa primera declaración a la que ha tenido acceso EL PAÍS. El comisario jubilado declaró ante el juez que instruye el caso tándem y ante los fiscales anticorrupción que al regresar a la Policía los sucesivos ministros "le volvieron a utilizar". Hasta ahora su testimonio había permanecido bajo secreto judicial.

En la primera declaración prestada por Villarejo en noviembre de 2017, poco después de su detención, el comisario jubilado explicó, a preguntas de los fiscales Ignacio Stampa y Miguel Serrano, que regresó a la policía en el año 1993, tras permanecer una década en excedencia en la que se dedicó a montar su propia agencia de detectives.

¿Pidió compatibilidad con la actividad privada?, le preguntó el fiscal Serrano al iniciar el interrogatorio. "No la pedí, me la dieron. Cuando me voy en 1993 constituyo sociedades que me fueron bien, otras mal, bueno me arruiné dos veces. Interior me pedía periódicamente trabajos puntuales, en una ocasión el señor ministro de la época me dijo: 'Mira para nosotros es importante que tus informes tengan el estatus de activo porque si no estos informes nos vendrían mal. En España la denominación de agente encubierto solo se da si estás en activo. ¿Por qué no vuelves?', me decían. Villarejo asegura que les advirtió de que no quería regresar por su empresa pero que los mandos policiales le aseguraban que no tendría problemas. "Me llamaban y me decían: hazte pasar por traficante de armas, por traficante de drogas, infíltrate en un grupo...", aseguró el comisario jubilado. 

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Pese a estas explicaciones, el fiscal insistió ante Villarejo. "Entiendo que esa situación fue de facto porque no consta ninguna solicitud de compatibilidad", inquirió el fiscal. "Si el Ministerio del Interior me dice 'haz esto, te necesitamos'... Los sucesivos ministros me vuelven a utilizar", respondió el comisario jubilado y encarcelado. "Mi eficacia estaba en que nadie sabía que estaba en activo. El noventa y nueve por ciento de los compañeros creía que yo estaba fuera de la policía", respondió el comisario jubilado.

Villarejo utilizó numerosas identidades falsas supuestamente concedidas por el Ministerio del Interior y en el registro de su domicilio se encontraron pasaportes en blanco y varios DNI con su fotografía y nombres supuestos que caducaban en 2022 y 2024. La policía había dado de baja un año y medio antes tres de sus identidades ficticias. Durante esta primera declaración judicial el comisario jubilado justificó este hallazgo en su condición de agente encubierto y afirmó que esas identidades falsas se las otorgó la Secretaría de Estado del Ministerio del Interior en los años 2014 y 2015 durante el Gobierno del Partido Popular. A la pregunta de los fiscales sobre los nombres falsos que empleó para sus actividades respondió que había tenido muchas. “He usado muchas identidades operativas. Todas autorizadas”, aseguró.

Villarejo negó haber usado esa documentación para las actividades de Cenyt, un grupo de empresas dedicadas a elaborar informes por encargo y a ayudar a empresarios en apuros a cambio de contratos millonarios. Una “mafia policial”, en opinión de la Fiscalía Anticorrupción, que le acusa de organización criminal, blanqueo de capitales y cohecho.

El comisario pidió su jubilación en 2016 y los agentes de Asuntos Internos que registraron su casa de Estepona (Málaga) encontraron en noviembre de 2017 en el interior de una caja fuerte dos pasaportes de países de la Unión Europea en blanco, además de 109.000 euros en metálico. "¿No tendría usted que haberlos devuelto cuando se retiró?", le preguntó el fiscal Stampa. "Probablemente sí, pero se me olvidó", respondió el policía. “Serán viejísimos. Antiguamente te decían: 'Te buscas la vida'. Luego ya se regulaba”, explicó ante el juez.

Sobre los DNI con su fotografía e identidades falsas vigentes hasta 2022 y 2024, el comisario jubilado contestó con evasivas. “Uno de ellos, cuando me jubilé, no lo encontraba y otro con esa identidad era de cuando me pidieron que abriera una oficina encubierta y anticipara los gastos, y no me lo pagaron. Les dije que cuando me dieran la pasta les dejaba el DNI. No lo he usado jamás para nada. Solo para ese tema puntual”. Villarejo, en prisión desde su detención hace un año, justificó la aparición de ese dinero y de otros 90.000 euros en su casa de Boadilla del Monte (Madrid) en una donación de su madre, en su “pánico a la banca” y en la supuesta persecución que dice sufrir por parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). “Le tengo pánico a la banca, procuro tener dinero en casa por si me surge una necesidad. Desde hace años me sabía seguido, vigilado y fiscalizado por el director del CNI. No quería pagar con tarjetas”, afirmó ante el magistrado.

Parte del interrogatorio de los fiscales se centró en las sociedades que Villarejo y su socio Rafael Redondo, también investigado en el caso Tándem, tienen en Uruguay y Panamá. La investigación sigue el rastro de 15 millones que el comisario ocultó supuestamente en Uruguay, donde uno de sus hijos regenta un hotel de su propiedad en Montevideo. “No he constituido ninguna sociedad en Panamá. En ocasiones sí me han pedido ellos [el CNI] que les ayudara a pagar a alguna fuente”, aseguró. "¿Y Rafael Redondo?", inquirió el fiscal. "Si nos lo pidieron, probablemente sí. Probablemente lo haya hecho". "¿Qué sociedades?", preguntó el representante de la acusación: “tengo muy mala memoria”, contestó el agente. Villarejo explicó que creó esas sociedades en Uruguay tras recibir el encargo del comisario Manuel Ballesteros, responsable de la lucha antiterrorista en los años ochenta, para que se infiltrara en ETA. Un grupo de etarras se había refugiado en ese país y abierto un restaurante en Punta del Este. Según Villarejo, esas empresas le permitieron entrar en contacto con los terroristas vendiéndoles bebidas para su establecimiento.

El comando etarra fue detenido a finales de los ochenta, pero las sociedades del comisario han seguido activas hasta su detención, un extremo que no aclaró en su declaración judicial.

El proyecto King

La detención de este policía se logró gracias a la confesión de un desconocido abogado que desveló a la Fiscalía Anticorrupción uno de sus negocios e hizo aflorar sus grabaciones ocultas a políticos, jueces, fiscales, empresarios y periodistas. Este encargo que Villarejo bautizó como proyecto King centró parte la primera declaración del acusado ante los fiscales. La misión consistía en elaborar un informe para desprestigiar al ministro de Minas e Hidrocarburos de Guinea Ecuatorial, Gabriel Mbega Lima, enfrentado a la sucesión de su padre, el presidente Obiang, a su hermano Teodorín. El precio 5 millones de euros.

Villarejo negó a los fiscales que su empresa hiciera las interceptaciones de teléfonos y seguimientos que figuran el informe y afirmó que parte del mismo “lo elaboraron responsables del CNI”. “Yo se lo entregué a un agente del CNI… y los clientes quedaron contentos”, apostilló. También, negó que obtuviera información de las diligencias previas que se seguían en un Juzgado de Canarias contra la familia Kokorev, unos presuntos testaferros del presidente Obiang, a los que el comisario jubilado incluyó en su informe. ¿Accedió usted a las bases de la Policía para obtener datos para este informe?, le preguntaron los representantes del Ministerio Fiscal. “Cuando volví a la Policía para no contaminarme y para que fuera captación de inteligencia pura no quise tener acceso ni claves de acceso”, respondió. ¿Y por personas interpuestas? “No”, respondió el agente.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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