El comisario Villarejo ha tenido activas sus empresas con 10 ministros
El comisario fue condecorado en 2014 con la cruz al mérito policial
El comisario José Manuel Villarejo —el agente con 12 empresas millonarias— ha trabajado para al menos cuatro Gobiernos (de PP y PSOE) y diez ministros del Interior con su holding ya en activo. El policía, con casi 64 años, fue recuperado oficialmente para el servicio por Agustín Linares, quien fue director general de la Policía (DGP) de 1994 a 1996, cuando el titular de Interior (y de Justicia) era Juan Alberto Belloch. Desde entonces ha permanecido a la sombra y su nombre ha aparecido ligado a todo tipo de operaciones y casos oscuros.
EL PAÍS ha hablado con seis ministros del Interior de tres Gobiernos, que han rehusado hacer declaraciones públicas sobre Villarejo. El actual titular de la cartera, Jorge Fernández Díaz, por su lado, afirmó el miércoles que el comisario “ha prestado relevantes servicios en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado y eso no se puede olvidar en ningún momento”. Fernández condecoró en marzo de 2014 a Villarejo con la cruz al mérito policial con distintivo rojo, medalla que le fue impuesta por el actual director adjunto operativo de la policía, Eugenio Pino.
El primer rastro público de Villarejo, no obstante, implica a un undécimo ministro y a otro Gobierno: Villarejo fue, al principio de los 80, secretario general de coordinación del Sindicato Profesional de Policía (SPP) cuando Juan José Rosón era el titular de Interior del último Gobierno de Adolfo Suárez (UCD). Tras la tumultuosa actuación del citado sindicato policial, Villarejo tomó una aparente excedencia. Durante ese tiempo, el entonces inspector trabajó como detective privado para la Cienciología, considerada por entonces como secta, y para el entonces banquero Mario Conde. De hecho, a finales de 1988 fue acusado de un delito de detención ilegal, denuncia falsa y simulación de delito en un oscuro caso relacionado con dicha iglesia.
El regreso oficioso de Villarejo se produjo en 1994 de la mano de Olivares. Al año siguiente, el nombre de este policía fue vinculado al llamado informe Veritas, supuestamente elaborado por funcionarios policiales para desprestigiar al juez Baltasar Garzón, quien entonces estaba investigando el caso GAL (la guerra sucia contra ETA).
La DGP hizo entonces una nota en la que se desvinculaba del informe y negaba que en su elaboración hubieran participado los agentes Ramón Lillo, Enrique García Castaño y José Villarejo. Estos dos últimos fueron los que en 2011 mantuvieron la reunión con Ignacio González, hoy aún presidente de la Comunidad de Madrid, para hablar de la propiedad del ático del que este disfruta en Estepona (Málaga).
El policía denunció en 1995 la existencia de un “centro de escuchas ilegales” del CESID (hoy CNI), que tenía pinchados unos 1.500 teléfonos. Por entonces, el agente —que tenía abierto un expediente disciplinario por revelación de secretos— entregó a quien era director de la policía, Olivares, una nota con sus sospechas sobre los pinchazos ilegales masivos, que acabó en manos del entonces fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Mariano Fernández Bermejo (luego ministro de Justicia con José Luis Rodríguez Zapatero).
Villarejo tuvo posteriormente una azarosa vida empresarial. Como presidente de Ciudad Al Mansur, una de sus empresas punteras, estuvo a punto de crear en 1999 un parque de recreo junto a los restos arqueológicos de Medina Azahara, en Córdoba, de donde es natural el hoy comisario. Al Mansur pretendió recrear una ciudad árabe del siglo X. Estaba prevista la creación de 150 puestos de trabajo y una inversión “cercana a los 2.500 millones de pesetas” (15 millones de euros). El proyecto, que fue negociado con la entonces alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, no se llevó a efecto. Un cambio en la calificación de los terrenos supuso un buen negocio para Villarejo y su familia.
Ya como inspector jefe de la Comisaría General de Información, Villarejo declaró en 2007 como testigo a favor de Monzer al Kassar para intentar impedir que fuera extraditado a Estados Unidos. El policía dijo entonces que Al Kassar había prestado importantes servicios a la policía al haber colaborado en operaciones relacionadas con el mundo árabe. El propio Al Kassar afirmó en la Audiencia Nacional que Villarejo le advirtió de que la agencia antidroga norteamericana DEA le estaba tendiendo una trampa. El traficante de armas sirio está preso en EE UU.
En los últimos años, el nombre de Villarejo ha sido relacionado con las investigaciones como la de la mafia china del empresario Gao Ping, las andanzas de Francisco Nicolás Gómez Iglesias (El pequeño Nicolás), el ático en Estepona del presidente madrileño, la fortuna de los Pujol...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.