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Tres focos del ascenso de la extrema derecha en Andalucía

La irrupción de Vox ha resultado especialmente acusada en algunos municipios y barrios que eran graneros del PP

En foto, un hombre cruza en bicicleta entre los invernaderos de El Ejido (Almería). En video: ¿Por qué voté a Vox?Vídeo: Julián Rojas / Virginia Martínez / Carlos Martínez
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La irrupción de Vox en el Parlamento andaluz ha removido el tablero político. El partido de extrema derecha ha contado con el apoyo de casi 400.000 andaluces. El auge de la formación ha sido especialmente acusado en algunos lugares que eran granero de voto del PP, como en El Ejido (Almería) o en el barrio sevillano de Los Remedios. En Albuñol (Granada) ha ganado el PSOE, pero Vox ha escalado a la tercera posición.

El Ejido: victoria en el campo de Almería

En La Redonda, un polígono a cinco kilómetros de El Ejido (Almería) donde se acercan cada mañana decenas de agricultores a vender sus hortalizas, ha habido este lunes un tema que centraba la atención: los 12 diputados que ha logrado Vox en el Parlamento andaluz, dos de ellos por Almería. Ubicado en el suroeste de la provincia, El Ejido (89.000 habitantes) es un municipio cubierto de invernaderos donde la agricultura es la principal actividad económica.

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Un tercio de su población son inmigrantes (principalmente marroquíes, subsaharianos y rumanos) que se han asentado en la comarca por la facilidad para obtener un empleo en el campo, en muchas ocasiones irregular. El rechazo de parte de la población a este colectivo es uno de los factores del apoyo a Vox en El Ejido, único municipio donde, con un 29,5% de los votos, ha logrado ser la fuerza con más papeletas.

“Aquí solo hay un racismo: el que sufrimos los españoles”, asegura en La Redonda un agricultor que declina dar su nombre. “Ellos tienen todo lo que no tienen los españoles”, añade. “Llegan y reciben 400 euros, cuando aquí hay pensionistas que reciben 600”. En Andalucía, la Junta dispone de una renta mínima de inserción social que parte de 419 euros y de la que pueden beneficiarse también inmigrantes. La ayuda es por 12 meses y se puede prorrogar por periodos de seis meses si sus circunstancias no han cambiado. Para solicitarlo hay que estar empadronado desde al menos un año antes de su tramitación. El beneficiario tiene que tener entre 25 y 64 años y estar inscrito como demandante de empleo.

Varios inmigrantes que se congregan junto a una oficina administrativa dicen no haber escuchado nunca hablar de Vox, y desconocen que un partido que quiere expulsar a inmigrantes irregulares y deportar a aquellos en situación legal que cometan delitos graves hubiera irrumpido en las instituciones. “La convivencia no es mala”, asegura Rabha Kharifi, mujer marroquí de 51 años, que lleva viviendo 15 años en España, los seis últimos en El Ejido. Los vecinos aún recuerdan los sucesos de febrero del año 2000, cuando tras el asesinato de tres personas a manos de magrebíes cientos de vecinos decidieron tomarse la justicia por su mano atacando a la población inmigrante.

En Balanegra, un municipio limítrofe de unos 3.000 vecinos, donde Vox ha superado el 30% de los sufragios, un comerciante que afirma haber votado al PSOE señala que la comarca es “muy de derechas”. “Se nota incluso en el trato”, dice y considera que muchos agricultores “se contradicen”. “Están contra la inmigración y al mismo tiempo necesitan mano de obra de marroquíes y subsaharianos para trabajar en sus explotaciones”.

Un grupo de inmigrantes camina por las calle de Albuñol (Granada), uno de los bastiones de Vox.
Un grupo de inmigrantes camina por las calle de Albuñol (Granada), uno de los bastiones de Vox.Fermín Rodríguez

Albuñol: trabajo para inmigrantes

Con 7.000 habitantes y miles y miles de metros cuadrados bajo plástico, Albuñol es la continuación en Granada del modelo económico almeriense de invernaderos e inmigrantes africanos. Y también se parece a las zonas de invernaderos de Almería en el éxito de Vox, ya que un 20% de los votos han sido para este partido. Este lunes a las cinco de la tarde, furgonetas y más furgonetas descargaban en la plaza del pueblo a decenas de trabajadores del campo.

Moussa y Paco Sall son dos de ellos. Vienen de Senegal y cobran “entre 4,60 y 5 euros la hora, por una jornada de ocho horas y sin contrato”. No están contentos con ello pero dicen sentirse bien en el pueblo. Mientras siguen su camino, Rafael, un albañil de baja por enfermedad, señala al periodista. “¿Los ves? Son un montón de trabajo que se llevan y que no se da a los españoles”. Rafael ha votado a Vox.

En Albuñol, con una renta media de 15.866 euros, ha ganado el PSOE (775 votos, 31,81%), pero 491 de las 2.500 papeletas han ido para Vox. Rafael, antiguo votante del PP, es uno de los que se ha decantado por el partido de extrema derecha. A su lado le escucha Annuar, marroquí que lleva 20 años en España, “con papeles pero sin trabajo”. Si se le recuerda a Rafael que el partido al que ha votado no es favorable a la presencia de inmigrantes en España, lo niega: “Inmigrantes sí, pero con papeles y trabajo”.

Vox tiene poca infraestructura en Albuñol. Apenas la página de Facebook que, básicamente, ha compartido publicaciones del partido, sin muchas publicaciones propias. La campaña, según explica Matías, de 50 años, propietario de un bar y votante socialista que está asombrado de lo ocurrido, ha sido “sorda pero muy buena, por lo que se ve”. “Ha sido todo un cara a cara de unos cuantos que tomaban cervezas con unos y otros mientras los convencían. Tan buena que conozco a gente del PSOE que ha votado a Vox”, reconoce. Mientras termina de redactar el documento de compraventa con su cliente, Armando coincide: “No ha circulado ningún documento, ni se han repartido papeles en las calles”. El mitin más cercano, dice, ha sido en Almería a 75 kilómetros de Albuñol.

Un hombre en un balcón de Sevilla con una pancarta de Vox.
Un hombre en un balcón de Sevilla con una pancarta de Vox.Paco Puentes

Los Remedios: cansados del PP

En los balcones de la calle Asunción, en el barrio sevillano de Los Remedios, banderas de España comparten protagonismo con colgaduras moradas por la reciente coronación de la Virgen de la Victoria de la Hermandad de Las Cigarreras. En el número 45 ondea una pancarta verde a favor de Vox. “Le he votado porque me siento protegido al defender, entre otras cosas, la unidad de España. Los resultados de las elecciones son una bocanada de aire fresco”, reconoce Ángel Boix sentado en un banco de esta vía comercial en el que lee la prensa. En este barrio, tradicionalmente conservador y votante del PP, la formación ha contado con el apoyo de 3.645 vecinos frente a los 471 de hace tres años.

En Los Remedios, con una renta media de 42.984 euros por habitante, acudieron el pasado domingo a las urnas casi un 75% de los casi 20.000 vecinos con derecho a voto, una participación que supera la media en más de 15 puntos. Vox ha sido la segunda fuerza más votada, por detrás del PP. “Es la clara consecuencia del hartazgo con la anterior dirección del PP, un partido que ha perdido los valores de toda la vida, que no se ha definido en muchos aspectos... Hoy Vox representa más los valores del barrio”, asegura el presidente de la asociación de vecinos, José María Cañizares.

“Amigos y vecinos simpatizantes del PP nos dijeron que votarían a Vox por probar, por ver si hace más que el PP... Estamos todos muy desilusionados con la política”, asegura Mari Carmen Vázquez, quien asegura que siempre ha votado al PSOE. “Mi mujer es afiliada al PP y hemos votado a Vox, mis hijos también. Estamos desencantados con el PP, sobre todo tras la etapa de Rajoy”, asegura Eugenio Lería, quien confía en un pacto entre los populares, Ciudadanos y Vox. “Andalucía necesitaba un cambio”, añade. 

Jesús Torres, frutero en el mercado de abastos, asegura que también ha percibido esas ganas de cambio. “El barrio no cuenta ni con colegios públicos, ni institutos, ni bibliotecas, ni centros de día... tenemos un centro de salud y está saturado. Quizás esa reivindicación de Vox de recentralizar la educación y la sanidad también ha calado”, añade el presidente de los vecinos. “Lo extremo siempre llega cuando algo no funciona”, asegura Marisol Serrano, quien afirma que ha votado al PP porque Vox no le ha convencido.

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