Juicio a la mente del asesino confeso de Pioz
La fiscalía pide prisión permanente para Patrick Nogueira por descuartizar a sus dos tíos y dos primos en 2016
Tras pasar dos de sus 21 años en una celda de aislamiento de la cárcel de Estremera, al sureste de Madrid, Patrick Nogueira saldrá el próximo miércoles camino de la Audiencia Provincial de Guadalajara. Allí, durante seis días, le escrutarán los nueve miembros del jurado que decidirá si el 17 de agosto de 2016 asesinó a sus dos tíos y dos primos en Pioz, como confesó. Y, además, si lo hizo consciente de sus actos o bajo "cualquier anomalía o alteración psíquica", según alega la defensa. "Ese punto será el gran caballo de batalla durante la vista", destaca uno de los abogados de la acusación, que rechaza ese argumento. Al igual que la fiscalía, que pide que se le condene a prisión permanente revisable.
Hace este domingo exactamente dos años, el 21 de octubre de 2016, Nogueira confesaba a la Guardia Civil que había degollado y descuartizado a sus dos tíos, Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, y a los dos hijos pequeños de ambos, de cuatro y un año. Que lo hizo tras comer unas pizzas que él mismo llevó a la casa de sus familiares, que lo habían acogido hasta hacía solo unas semanas.
Un crimen que cometió de manera premeditada, según los investigadores, y que retransmitió por WhatsApp a Marvin Henriques, su mejor amigo de Brasil, de donde procedía toda la familia. Los cuerpos no fueron descubiertos hasta el 20 de septiembre, solo dos días antes de que Nogueira tomara un avión a su país y regresase a la vida acomodada con sus padres. Hasta semanas después, persuadido por su progenitor y su hermana Hanna (abogada), no volvería a España. Solo. En un vuelo comercial desde São Paulo. Dispuesto a entregarse.
Durante el primero de los dos años entre rejas compartió un pequeño módulo —de pocas celdas y alguna vacía— con Sergio Morate, condenado por el asesinato de su exnovia y una amiga en Cuenca. "Se hicieron íntimos. Estaban solos y juntos todo el día, las cuatro horas que tenían de patio y luego pared con pared", cuentan fuentes penitenciarias: "Hasta que el abogado de Morate le recomendó que pidiera el traslado porque no le convenía ante el juicio". Ni antes ni después le ha visitado casi nadie.
"Sigue teniendo buen comportamiento, aunque es un poco hiperactivo". Ahora tiene otro compañero de galería, "pasa gran parte del tiempo haciendo deporte en la celda, donde incluso come, ve la tele, se cartea de vez en cuando con su excompañero, y lee poco", detallan las mismas fuentes. En el juicio se espera que su defensa, ejercida por la abogada Bárbara Royo —que no quiso responder a las preguntas de este diario—, se centre en su estado mental en el momento de crimen. Estas son algunas de las claves que se dirimirán en la vista:
El peso de la confesión. Se prevé que el acusado, que admitió los hechos y participó en su reconstrucción, haga lo mismo ante el jurado. Son decenas las pruebas recabadas contra él: testigos, mensajes y fotos enviados desde su móvil a la hora del crimen. Lo único que no apareció es el arma —cuchillo o navaja, según el instructor— y la podadora que usó.
Informes psicológicos. Los estudios psicológicos y mentales forenses serán cruciales para determinar la condena. "No concurre ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal", dice la fiscalía. "La defensa ha presentado un informe, según el cual tendría daños neurológicos que le convertían en una persona tan impulsiva y agresiva que sería incontrolable. Es una exageración. En eso se cae en cuanto lees los mensajes que envió. Se ve que fue algo premeditado", mantiene Alberto Martín, abogado de la acusación particular.
"Nacido para la violencia". En uno de los mensajes que Nogueira intercambió con su novia antes de entregarse, se definía a sí mismo como “nacido para la violencia". "Le hemos visto ya en muchos actos y declaraciones, y sabemos de su frialdad, crueldad y falta de arrepentimiento", añade Martín.
Antecedentes. Nogueira contaba con un antecedente de tentativa de homicidio en Brasil contra un profesor al que también agredió con un arma blanca en su etapa de estudiante.
El detonante. Los investigadores señalaron que Nogueira responde muy agresivamente a lo que considera ataques. En el caso de sus tíos, tras muchos análisis, los agentes concluyeron que reaccionó con "ira" y "rabia corrosiva" por una suma de factores: "Por el abandono. A los cuatro meses de llegar a España, sus tíos le dijeron que no querían que siguiese viviendo con ellos como un holgazán y generando tensiones familiares. Se mudaron sin él desde Torrejón de Ardoz (Madrid) a Pioz y tuvo que irse a un piso de estudiantes a Alcalá de Henares". Y también, y de manera más velada, por los insultos: "Al parecer le llamaron maricón alguna vez y le dijeron que echara huevos a la vida y se pusiera a trabajar. No soporta lo de marica".
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