Las campanas de Yanguas volverán a sonar gracias al desnudo de sus vecinos
Varios habitantes de una pequeña población soriana posan sin ropa en un calendario para recaudar fondos con los que repararlas
Desnudos, como sus madres les trajeron al mundo. Así posan 12 vecinos de Yanguas, una pequeña localidad de Soria con apenas 120 habitantes, en un calendario para el próximo año. Lo venden a cinco euros y su finalidad no es exhibir sus “cuerpos espartanos”, sino recaudar fondos para reparar las campanas de la iglesia de Santa María, una parroquia de estilo gótico construida en el siglo XVI. Hace años que se deterioró el anclaje que las sujeta y se dejaron de voltear porque hacerlo suponía un peligro. Ahora, para escucharlas, es necesario golpearlas con un martillo.
“Pedimos presupuesto y nos dijeron que costaba 3.600 euros arreglarlas. El Ayuntamiento tiene poco dinero y el proyecto no interesa ni al Obispado, ni a la Diputación ni a la Junta de Castilla y León”, reconoce Pablo Febrero, concejal de Yanguas y uno de los participantes en el almanaque. La primera medida fue organizar un crowdfunding (financiación colectiva), pero la gente ingresaba cantidades muy pequeñas. “Necesitábamos encontrar una fórmula más rápida. La idea de desnudarnos surgió mientras tomábamos unas cervezas. Se invitó a mucha gente a participar, pero la mayoría declinó hacerlo por vergüenza. Una cosa es decirlo entre botellines y otra muy distinta ponerse delante de un fotógrafo profesional”, insiste Febrero.
"Mientras el proyecto estaba en la imprenta decidimos que si sobraba algo de dinero lo dedicaríamos a fines sociales en el pueblo"
El almanaque fue presentado el sábado en el patio de armas del castillo de la localidad, una fortaleza árabe semiderruida levantada en el siglo XII. Asistieron centenares de personas de la comarca de las Torres Altas y al final del acto, regado con un vino español, ya se habían vendido los 540 ejemplares disponibles. Ahora sopesan hacer una segunda edición, aunque el objetivo de la empresa, arreglar la estructura que sostienen las campanas, ya se ha cubierto. “Mientras el proyecto estaba en la imprenta decidimos que si sobraba algo de dinero lo dedicaríamos a fines sociales en el pueblo”, avanza Febrero.
Gran repercusión
El concejal, por cuyo desempeño no cobra, se ha convertido en la comidilla de sus vecinos al posar desnudo ante un tractor. “Lo compró el Ayuntamiento, pero lo utiliza todo el pueblo. Es uno de nuestros símbolos”, subraya. Para organizar el calendario se hizo un sorteo. A Febrero le tocó cerrar el almanaque con diciembre. Y explica: “Ha sido un desnudo artístico. No se ve nada, tan solo se insinúa”. El fotógrafo Juan Mantilla, con casa en Yanguas, ha sido el encargado de inmortalizar el proyecto de manera altruista. “Hicimos las fotos en agosto, aprovechando que la gente no trabajaba. Como escenario utilizamos rincones simbólicos del pueblo y han sido los modelos quienes han decidido el lugar y la postura. Tenían que sentirse cómodos”, cuenta el retratista.
“No nos hemos tenido que depilar. Aparecemos con el moreno agromán y nuestras barrigas”, subraya Luis Ruiz, dueño de la única tienda del municipio y que aparece en el almanaque desnudo en el río con su perro y presidiendo abril. Macario, que regenta el albergue de Yanguas, lo hace sobre su moto convertido en febrero y otro, como el obrero Genaro, es fotografiado delante del castillo tapando sus partes íntimas con una pala para introducir el mes de octubre. “La idea surgió como una cosa local, pero estamos desbordados. Ha tenido una gran repercusión y ya nos han pedido calendarios desde Estados Unidos. Hasta hemos recibido ofertas por los calcetines con los que aparece Armando (noviembre)”, explica Ruiz justo en el momento en el que recibe un mensaje del concejal Febrero: “Estoy en Soria firmando autógrafos”, lee.
Ruiz reconoce que sus vecinos están sorprendidos de la que han montado, pero que les animan porque lo han hecho por el pueblo. La primera que le apoyó fue su mujer: “Me dice que ahora estoy más bueno que nunca”. Para el calendario de 2020 son ellas las que amenazan con desnudarse por otra buena causa. El tendero reconoce que hay muchas cosas que arreglar en Yanguas, que sufre la despoblación, como toda la región: “Es uno de los pueblos más bonitos de España, pero tenemos monumentos que se caen, como el puente medieval (siglo XIII), una carretera estrecha que hizo Franco y está en muy mal estado y nunca hay cobertura. Es tercermundista. No nos desnudamos por la iglesia, sino porque nos morimos”.
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