Gobierno y oposición cuestionan que Iglesias acuda a la cárcel a negociar los Presupuestos
La ministra de Hacienda insiste en que "no hay ningún tipo de encargo" del Gobierno al líder de Podemos
La visita del líder de Podemos, Pablo Iglesias, a la cárcel de Lledoners (Barcelona), anunciada para el próximo viernes, ha generado un rechazo, malestar y recelo casi unánime en el Parlamento, desde el Gobierno y el PSOE hasta la oposición del PP, Ciudadanos y los partidos nacionalistas catalanes. Varios ministros del Ejecutivo de Pedro Sánchez y miembros de la dirección del PSOE han salido públicamente a precisar que Iglesias no les representa ni negocia en nombre del Gobierno. En el PP y Ciudadanos han sido más duros y han catalogado a Iglesias como "el presidente bis", "un crack y el puto amo" o "el enviado" de Sánchez para impulsar una negociación "humillante". ERC ha exigido a Iglesias que en vez de presionar en la cárcel sobre los Presupuestos lo haga en La Moncloa para que los políticos presos salgan de prisión.
La primera que ha marcado distancias con el objetivo de Iglesias de ir a hablar con Junqueras a la cárcel, entre otras razones sobre la "bondad" del proyecto de Presupuestos ya pactado para 2019, ha sido la titular de Hacienda, María Jesús Montero. La ministra lo ha dejado bastante claro al indicar que Iglesias "no es para nada un enviado del Gobierno" y al afirmar que no está autorizado por el Ejecutivo para negociar las cuentas: "No hay ningún tipo de encargo. Él ha dicho que tenía una reunión programada desde hace meses. Yo me sentaré con Esquerra y con el PDeCAT, pero para hablar de los Presupuestos". Montero, además, ha agregado que tampoco ve bien que ese tipo de contactos se usen para discutir sobre las cuentas públicas: "Yo no iría a negociar con nadie los Presupuestos a la cárcel".
La ministra de Hacienda ha agradecido así con evidente prevención que Iglesias y Podemos estén "vendiendo las bondades" del Presupuesto ante la excepcional fragmentación del mapa político actual, pero se ha atribuido la única competencia para ejercer esa función. Y, sobre el fondo del objetivo de Iglesias para acudir a ver a Junqueras, la ministra ha indicado que ella se sentará en su momento a discutir con ERC y PDeCAT sobre las partidas presupuestarias buenas para Cataluña previstas en el acuerdo, pero sin contrapartidas relacionadas con los políticos presos por su papel en el proceso independentista. "No va a haber ninguna contraprestación a nadie que no sea estrictamente presupuestaria", ha sentenciado.
Otro dirigente del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha optado por el lenguaje más popular para cuestionar el papel que se atribuye al líder de Podemos: "Iglesias es un crack, el puto amo, el presidente bis al que vamos a tener que hacer las sesiones de control en el Gobierno". Maillo ha completado su ironía descalificando la supuesta función de Iglesias de avanzadilla de Sánchez para hablar con un "golpista en la cárcel" como "insultante" y una "vergüenza". Albert Rivera también ha criticado la visita del secretario general de Podemos al líder de Esquerra. "La sanidad, educación y las pensiones no pueden depender de un vis a vis en prisión. Es una humillación a los españoles", ha afirmado el presidente de Ciudadanos.
"No voy a valorar las declaraciones de un personaje", ha sido la réplica de Adriana Lastra, número dos del PSOE, a Maillo. La portavoz socialista en el Parlamento y vicesecretaria general del partido ha insistido en que el Gobierno es quien negocia los apoyos que faltan a las cuentas públicas para 2019 y que "donde se pactan y negocian los Presupuestos es en el Congreso". "Cuando lleguen los Presupuestos a la Cámara los negociaremos con los diputados de ERC", ha zanjado Lastra, que reconoce a Iglesias como el "socio prioritario" del Gobierno. "[Pero] no sé lo que va a hablar Iglesias con Junqueras y no le voy a preguntar. Es el dirigente de otra formación política".
"Los Presupuestos no se negocian en la cárcel con un señor acusado de ser un golpista", ha cargado a su vez Teodoro García. El secretario general del PP considera la visita "un insulto a los jueces, fiscales y ciudadanos que creen en la igualdad de todos ante la ley". Ha afirmado que los socialistas están "rendidos" a Iglesias. "¿Se pueden negociar unos Presupuestos en la cárcel y no en el Congreso? ¿Está de acuerdo Sánchez con que hable en su nombre y se negocien los Presupuestos de toda España con un señor en prisión por intentar romper España?", ha planteado.
Iglesias ha intentado rebajar un poco el tono de su rol en esta incipiente negociación al llegar este jueves al Congreso. Ha comenzado por precisar que la cita la había pedido el propio Junqueras hace unos meses y ha lanzado varios mensajes para rebajar el nivel de tensión y rechazo que ha provocado, tanto en el Gobierno como en casi toda la oposición. Iglesias ha matizado que acude al encuentro para "hablar" y para "ver qué disponibilidades hay", porque entiende que "a lo mejor no hay ninguna y no podemos hablar de nada".
El responsable de Podemos ha aprovechado su versión más amable y dialogante para replicar a algunos de los ataques que le han lanzado en las últimas horas, tanto el ministro de Exteriores, Josep Borrell, como el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. El dirigente nacionalista catalán le había pedido en Twitter que en vez de ir a hablar con Junqueras para presionarle para que su partido apoye los Presupuestos lo hiciera ante el Ejecutivo, en La Moncloa, para que el líder de ERC salga de prisión. "A golpe de Twitter no vamos a conseguir salir de la situación excepcional en Cataluña", le ha respondido Iglesias. El líder de Podemos ha instado a implantar otro tono menos combativo en la discusión política sobre Cataluña que, según su criterio, requiere de "mucho diálogo, normalizar el diálogo, mucha mano izquierda y, a veces, trabajar en silencio algunas cosas poco a poco" y con mensajes menos "agresivos".
Borrell había aventurado el miércoles en el Congreso que pese a las "bravatas" de los independentistas al final acabarán apoyando los Presupuestos. Y hasta se atrevió a apostar por ello. Iglesias ha valorado la "brillante inteligencia" y formación del titular de Exteriores, pero le ha reprochado su "mal genio". "La gente está cansada de tonos un poco chulescos, de vamos a ver quién es más chulo y más arrogante, si Rufián o Borrell", ha concluido.
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