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PSOE y Podemos frenarán la línea dura de Interior en la ‘ley mordaza’

Los dos grupos negociarán retirar de la norma las devoluciones en caliente

La línea dura del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la reforma de la ley mordaza tiene escasas posibilidades de seguir adelante en el Congreso. Fuentes del Gobierno aseguran que el Grupo Socialista y Podemos suavizarán en el trámite parlamentario las posiciones más controvertidas de Interior. Las devoluciones en caliente y la limitación en la toma de imágenes de la policía acabarán eliminándose a lo largo de la negociación, en línea con el recurso de inconstitucionalidad que presentó el PSOE en la oposición, según varias fuentes.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.Ballesteros (EFE)

Oficialmente, tanto en el Gobierno como en el Grupo Socialista quieren evitar la imagen de un choque con Grande-Marlaska, un ministro independiente que fue asociado a posiciones conservadoras porque fue elegido para el Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PP. En el Grupo Socialista insisten oficialmente en que no hay discrepancias de fondo y que es compatible el recurso de inconstitucionalidad —en el que el PSOE pedía la eliminación de las devoluciones en caliente— con la posición del ministro, que plantea esperar al fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre ese asunto antes de eliminarlas.

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Los socialistas rehúyen la imagen de tensión interna entre el grupo y un ministro clave. Sin embargo, varias fuentes de la negociación y del Gobierno coinciden en que las posiciones más duras de Interior, que achacan a las presiones que tiene el ministro dentro de su propio departamento, quedarán suavizadas en el Congreso.

La guía para los socialistas será su recurso de inconstitucionalidad, del que no se mueven un ápice. Y en ese texto hay una posición clarísima contra las devoluciones en caliente, que ven contrarias al artículo 15, 24 y 106 de la Constitución española. Ese recurso alega que este sistema “priva a los extranjeros de sus derechos a un procedimiento contradictorio, a ser oído, a ser asistido, amparando actuaciones arbitrarias de la administración al resultar imposible su sometimiento a control judicial”.

Fuentes del Gobierno insisten en que la posición a partir de ahora, cuando la reforma entre en el Congreso —hoy se reúne por primera vez la ponencia, aunque no está previsto que empiece aún a trabajar sobre documentos— la fijará el Grupo Socialista, que es el encargado de buscar acuerdos para sacar adelante una reforma clave para el Ejecutivo y especialmente sensible para el electorado de izquierda.

Además de ser coherentes con este recurso de inconstitucionalidad, en el PSOE y el Gobierno recuerdan que hay muchos más actores en esta negociación: los socialistas solo tienen 84 diputados; Unidos Podemos con Compromís 71. “A veces parece que se olvidan de los números, la reforma de la ley mordaza no es del PSOE, tendrán que aceptar las líneas mínimas de Unidos Podemos”, señalan desde este grupo, socio principal del Gobierno.

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Las posiciones de Interior tienen todas las de perder en la tramitación parlamentaria. Si los socialistas intentaran mantenerlas en la negociación, algo que las fuentes consultadas descartan, sería prácticamente imposible sacar adelante la reforma. “El PSOE se muestra reticente a la derogación de la ley mordaza y desde Unidos Podemos vamos a seguir exigiéndoselo, en el marco del acuerdo presupuestario y fuera de él, en la ponencia de la comisión de interior. Nuestro país se merece unas Fuerzas de Seguridad del Estado plenamente democráticas que estén visiblemente identificadas y sin miedo a ser grabadas porque su labor sea ejemplar. En esa línea mantendremos nuestra exigencia de que se prohíban las balas de goma, que en nuestro país han dejado 23 fallecidos y 35 heridos graves, y de la prohibición de las devoluciones en caliente, ilegales según toda la normativa Internacional”, señalan oficialmente desde Unidos Podemos.

En el PP, por el contrario, están muy satisfechos al ver que Interior trata ahora de mantener algunas de las cuestiones de la ley mordaza que tanto criticó el PSOE en la oposición. “No nos sorprende. Defender determinados planteamientos en la oposición es muy fácil, pero luego en el Gobierno eres consciente de las dificultades que afronta la Policía Nacional y la Guardia Civil. Esto lo encuadramos en la política de rectificaciones de Pedro Sánchez. Una más”, sentencian, informa Natalia Junquera.

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