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Cuide usted esta señal de tráfico: vale 100 euros

El Ayuntamiento de Paterna (Valencia) etiqueta con precios el mobiliario urbano para concienciar sobre su conservación

Vídeo: EPV-EP / MÒNICA TORRES
Cristina Vázquez

En todos los barrios del municipio valenciano de Paterna, localidad de 70.000 habitantes, se ven desde hace unos días diferentes piezas del mobiliario urbano con grandes etiquetas plastificadas donde se informa a los vecinos de su precio. Las papeleras, 60 euros; los bancos, 295; las señales de tráfico, entre 100 y 120 y los contenedores de basura, 1.100 euros. Sin embargo, no están a la venta.

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Se trata de una campaña municipal de concienciación para que los residentes “colaboren en el buen uso y mantenimiento” del mobiliario urbano, ha explicado la concejala de Infraestructuras de la población, la socialista Núria Campos. En un año arden en Paterna unos 30 contenedores grandes de residuos —hay unos 1.300 repartidos por todo el municipio—, lo que para las arcas municipales supone un gasto, si se suman las reparaciones del resto, de 42.000 euros.

Los vecinos de este término municipal —con 40 kilómetros cuadrados de superficie, uno de los más grandes de Valencia— quieren que su municipio esté más limpio y el equipo de gobierno local se embarcó hace meses en la campaña Paterna, limpia. Y desde entonces, cada dos o tres meses tratan de innovar con nuevas acciones. La última, el etiquetado del mobiliario urbano, para lo que han empleado más de 1.000 carteles y pegatinas.

El Gobierno local emplaza a la población a que cuide de farolas, bancos o papeleras como si fuesen de su propia casa. “Todo es de todos”, subraya el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, del PSPV-PSOE, quien asegura que el problema del vandalismo existe, aunque no es mayor que en otros lugares.

Unos residentes consideran positiva la iniciativa pero otros son escépticos con sus resultados. “No sabemos cuidar lo nuestro, [el Ayuntamiento] se gasta el dinero y luego lo hacen polvo en dos días. Todos esos carteles [dice en referencia a las etiquetas con los precios, muchas de ellas arrancadas] son para enseñarnos el dinero que se va tontamente cuando las cosas no se respetan”, dice José Pérez, de 90 años, que comparte charla y sombra sentado en uno de los bancos públicos del municipio.

José Prosper, también residente de Paterna, opina que la campaña debe haberse puesto en marcha después de que algunos jóvenes quemaran de noche unos cuantos contenedores, la pieza más cara de todas. “No creo que tenga efecto porque la gente, en general, no se dedica a romper cosas en la calle. Y los que sí lo hacen, no creo que hagan caso”, añade.

Carlos Berda, estudiante de 19 años, no conocía la medida pero dice que le parece una buena idea. Y Gema, una óptica que tiene una señal de tráfico etiquetada a la salida de su comercio, añade que está bien que se sepa lo que valen las cosas. “A quien se le haya ocurrido la idea, me parece fantástica”, apunta.

Una de las señales de tráfico de Paterna, marcada con su precio.
Una de las señales de tráfico de Paterna, marcada con su precio.MÒNICA TORRES

No es la única acción singular que adopta el municipio. Desde finales de 2016, Paterna baldea sus calles con agua perfumada con esencia de pino. “Aumentamos la frecuencia de baldeo y se nota. Es muy agradable, sobre todo cuando hace calor. La verdad es que a la gente le ha gustado”, asegura el primer edil. El Consistorio organizó también hace unos meses un cásting de perros, animando a los vecinos a participar con sus mascotas. Al acabar se regalaron a los participantes una botella, a rellenar con agua y un poco de lejía, para que una vez los dueños recojan los excrementos del animal en una bolsita, también lo baldeen. “El objetivo es que Paterna sea una ciudad limpia”, explica un portavoz.

El Ayuntamiento, que ya tenía prevista la campaña de poner precio al mobiliario urbano, la hizo coincidir con el proyecto de uno de los colegios de la localidad, la escuela La Salle, para conservar mejor el jardín infantil que tienen al lado del centro. Porque los niños son uno de los colectivos prioritarios de estas camapañas. Por eso, en el parque de La Hormiga, de Paterna, cuelgan también etiquetas con lo que cuesta desde un tobogán al pavimento de caucho que les protege de las caídas.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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