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El acuario municipal de Alicante: un cementerio para peces

El Ayuntamiento renuncia a exhibir animales vivos por la elevada mortandad

Es julio y ya no hay colegio. Un niño se acerca a unas cristaleras, pero la ilusión que transmiten sus ojos se apaga al instante. En el agua flotan varios cadáveres. El acuario municipal de Alicante, ubicado en la Plaza Nueva, uno de los atractivos turísticos del centro de la ciudad, ha vuelto a convertirse en un cementerio para peces.

El Ayuntamiento, gobernado por un alcalde del PP, Luis Barcala, acaba de renunciar a exhibir animales vivos en esta instalación inaugurada a finales de la década de los noventa y ha optado por reconvertirla en un espacio formativo para los más pequeños, como reivindicaban desde hace años los colectivos ecologistas.

La muerte de una veintena de peces registradas a principios de este mes se ha debido a una “nueva avería del sistema de refrigeración”, que ha provocado una subida brusca de la temperatura del agua, según el gobierno municipal. Los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente han constatado la “imposibilidad de garantizar la vida de los ejemplares”.

Esta mortandad no es nueva. El anterior gobierno local, integrado por un tripartito de izquierdas (PSPV-PSOE, Guanyar Alacant y Compromís) y que contaba con una concejal de Protección Animal, ya invirtió esta legislatura cerca de 120.000 euros en reparar el acuario, que estuvo 20 meses cerrado, desde agosto de 2015, por otros fallos en el sistema de mantenimiento.

"La inversión que habría que hacer para mantenerlo como acuario es absolutamente desproporcionada y no ha servido absolutamente para nada. No vamos a seguir tirando dinero para eso", dijo hace unos días Barcala. Sin embargo, la corporación pretende que esta pecera siga “siendo un núcleo de atracción para la zona”, con pantallas interactivas y pedagógicas para los niños, y va a convocar un concurso de ideas para ello.

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Los últimos habitantes marinos de la infraestructura, especies autóctonas del mar Mediterráneo, ya han sido trasladados. "El acuario ha sido una referencia en toda Europa al tratarse del único visitable en plena calle", además de haber sido "muy beneficioso para el comercio y el turismo de la zona", asegura el concejal de Medio Ambiente, Israel Cortés. Pero no es sostenible, como demuestra la sucesión de incidentes.

El grupo municipal de Guanyar Alacant (una confluencia de Izquierda Unida, Podemos e independientes) ha pedido ya su cierre definitivo para reconvertirlo en un espacio didáctico con audiovisuales 3D. La edil de esta formación Marisol Moreno, que ocupó la Concejalía de Protección Animal en el tripartito, cree que el espacio nunca debería haber sido reabierto “después de la desgracia de 2015”, cuando murieron todos los peces.

Moreno ha criticado que la Concejalía de Infraestructuras, en manos entonces de la socialista Gloria Vara, resolviera el contrato de mantenimiento con la empresa adjudicataria sin exigirle responsabilidades por lo ocurrido.

La organización Ecologistas en Acción llegó a calificar en 2016 de “descabellado” el proyecto para reabrir esta instalación, tras afirmar que incumplía la normativa legal tanto estatal como autonómica sobre conservación de especies y la reproducción de fauna en cautividad. Además, la ONG predecía que algunas especies iban a convertirse en depredadoras de otras, pues se habían mezclado en las diferentes urnas que forman la instalación “sin ningún criterio”. La nueva mortandad de peces parece ya la definitiva y el acuario municipal dejará de ser un cementerio.

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