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Un político ruso detenido por blanquear 14 millones en Tenerife

Khamel, hasta 2006 parlamentario en Krai de Primorie, huyó con sus millones acusado de corrupción y contrabando, aunque sus mercancías iban destinadas a edificios del Gobierno

Imagen de la Guardia Civil durante uno de los registros en las propiedades de la trama.
Imagen de la Guardia Civil durante uno de los registros en las propiedades de la trama.
Patricia Ortega Dolz

El refrán español de "cuando las barbas de tu vecino veas cortar..." debe de tener su traducción al ruso a la luz del comportamiento de Vladimir Khamel, un parlamentario de la región de Krai de Primorie (fronteriza con China), que vio que la policía detenía a algunos de sus socios (senadores y políticos y empresarios locales) por contrabando y salió volando hacia España. Fue en 2006 cuando se asentó con su mujer, su hija y14 millones de euros en Tenerife. Pero lo venía preparando todo desde 2001. Ahora ha sido detenido, junto a un ciudadano peruano que habla ruso y un abogado argentino afincado en la isla, en el marco de una operación de la Guardia Civil bautizada como "Dromedario", en honor al nombre del cabecilla ruso. Todos se enfrentan a un presunto delito de fraude fiscal y blanqueo de capitales, aparte de pertenencia a organización criminal.

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Los agentes de la Guardia Civil han mantenido informadas a las autoridades rusas de sus investigaciones, que arrancaron hace algo más de un año, alertados por las múltiples empresas que figuraban a nombre de Khamel, de 52 años, y que no tenían actividad alguna. "Negocios de todo tipo, desde actividades inmobiliarias, hasta fabricación de mercadería, desarrollo de Software, navegación chárter o joyerías", señalan fuentes de la investigación. Todo un entramado empresarial ideado por un abogado argentino afincado en Tenerife. "La mayor parte de esas empresas eran creadas por otras cuyas sede social se encontraba en paraísos fiscales como Panamá". De hecho, Khamel, es uno de los muchos nombres que aparecieron en los famosos papeles de Panamá, lo que terminó de confirmar las sospechas de los investigadores.

Cuando las investigaciones conducen al Gobierno ruso

Inicialmente, las autoridades rusas se mostraron interesadas por las investigaciones de la Guardia Civil española, sin embargo, tras un mes manteniéndoles al corriente de las pesquisas, perdieron interés. Las empresas de transporte de Khamel siguen funcionando y se da la circunstancia, y así lo han constatado los investigadores, de que muchas de las mercancías de contrabando que introducía desde China a Rusia —valiéndose de esos canales ya creados y ampliados año a año por tierra y mar— tenían como destinatarios edificios oficiales del Gobierno ruso, incluso instalaciones de la FSB (Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa, antigua KGB), uno de los órganos federales que se encuentra bajo la jurisdicción inmediata del presidente de Rusia,Vladimir Putin.

En España, donde Khamel tenía ya varias propiedades y barcos, profesaba buen trato, invitaciones u paseos en barco al director de una sucursal bancaria de Arona, que le había presentado su socio y abogado argentino. "Su labor era esencial para darle cobertura a sus operaciones financieras en otros países", aseguran los investigadores. "Un cliente de estos apesta a blanqueo y él no solo no tomó las medidas obligatorias para evitarlo sino que lo favoreció, llegando a firmar certificados de solvencia para que lo pudiera mover a otros países". Ese cuarto colaborador de esta trama fue detenido y puesto en libertad en el marco de la instrucción que dirige un juzgado de Arona y que permanece abierta sin que se descarten nuevas detenciones.

 Khamel, que había realizado inversiones inmobiliarias en Francia por valor de cuatro millones de euros y que últimamente había establecido su residencia en un céntrico piso de París (1,2 millones de euros), junto a su mujer, su hija y sus tres nietos, trataba de tener un perfil bajo en la vida social, aunque seguían yendo a Tenerife a pasar las vacaciones. Sin embargo, la evasión de impuestos y las huellas de sus empresas en el registro mercantil lo delataban. "En los últimos tiempos había percibido cierto riesgo y ya había montado toda una estructura empresarial en Ucrania, con la ayuda de su abogado argentino, adonde pensaba empezar a mover el dinero".   

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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