La pérdida del poder aviva el pulso entre Cospedal y Sáenz de Santamaría
Cospedal vuelve a centrarse en el PP y Sáenz de Santamaría queda como diputada rasa
La traumática pérdida del Gobierno ha destruido los equilibrios internos que había establecido Mariano Rajoy para garantizar la estabilidad de su proyecto político. Tras dejar el ministerio de Defensa, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, podrá centrar de nuevo toda su atención en el partido, donde el coordinador, Fernando Martínez-Maillo, había asumido parte de sus funciones. Al tiempo, Soraya Sáenz de Santamaría, eterno contrapeso de la número dos del partido, pierde poder al no tener un cargo orgánico y dejar de ser vicepresidenta.
El jueves, las familias del PP reaccionaron a la pérdida del Gobierno intentando monopolizar el consuelo a Rajoy. Según fuentes de la formación conservadora, tanto los partidarios de Cospedal como los de Sáenz de Santamaría entendieron que era el momento de hacerse presentes ante Rajoy para acompañarle en el duelo. El presidente acabó recluido en un restaurante. La vicepresidenta asumió la representación del Ejecutivo en el Congreso, sentada en su escaño. Y ese distanciamiento físico fue observado en el PP como una escaramuza más entre las dos políticas. "Cospedal no iba a dejar a Rajoy solo con estas", resumió apesadumbrado un veterano de la formación, en referencia a Sáenz de Santamaría y a la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Finalmente, y sin tiempo para coordinar su mensaje, las dos políticas coincidieron en los pasillos del Congreso, dando por separado su opinión sobre la caída del Ejecutivo. Una coincidencia que en el PP se interpretó como un intento de marcar territorio.
El futuro de Cospedal, Sáenz de Santamaría y Maillo —ya sin el reparto de tareas que permitía la división entre Gobierno y partido—, marcará el diseño del proyecto con el que el PP intentará recuperar el Gobierno.
Además de decidir su propio destino, Rajoy tendrá que elegir si Cospedal es candidata en 2019 a la presidencia de Castilla-La Mancha, como en 2011 y 2015.
Por su parte, Sáenz de Santamaría, que seguirá como diputada en el Congreso, está entre los posibles cabezas de cartel del PP para intentar reconquistar el Ayuntamiento de Madrid o mantener el gobierno de la Comunidad. Su futuro es ahora mismo el más incierto y el más vinculado a la decisión que tome Rajoy sobre sí mismo y la opción de abandonar la política activa. La posibilidad más clara que tiene de recuperar poder está en el grupo parlamentario popular, del que ya fue portavoz entre 2008 y 2011,
Finalmente, todo apunta a que Martínez Maillo seguirá encargado de diseñar la campaña de la formación conservadora para las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019.
Esa triple cita electoral será el primer termómetro para medir el impacto de la moción de censura de Pedro Sánchez, según fuentes de la dirección del PP. Las sedes de la formación conservadora, según estos interlocutores, se están llenando estos días de muestras de apoyo frente a la pérdida del Gobierno. Y por eso hay dirigentes del partido que consideran que el PP se juega su propia supervivencia en esa triple convocatoria, que servirá para encontrar acomodo a los ministros, secretarios de Estado y otros altos cargos que acaban de perder su puesto.
Así, el exministro de Fomento, Íñigo de la Serna, volverá a las quinielas para ser candidato a la presidencia de Cantabria o a la alcaldía de Santander, ya que no es diputado ni funcionario, y tiene dos años de incompatibilidad para ejercer como ingeniero en alguna empresa relacionada con su antigua cartera. La extitular de Agricultura, Isabel García Tejerina, sí es diputada, por lo que podrá mantenerse en su escaño, aunque el sector del PP de Castilla y León más distanciado de la dirección nacional querría verla como candidata a la presidencia de la Comunidad, o a la alcaldía de Valladolid. Dolors Montserrat, que estaba al frente de Sanidad, podrá sustituir sin problemas a Xavier García Albiol al frente del PP catalán si así lo quiere Rajoy. Y el interés que habían transmitido los entornos de Alfonso Dastis e Íñigo Méndez de Vigo, exministros de Exteriores y Educación, respectivamente, por encabezar la lista europea, se ve facilitado por la pérdida del Ejecutivo.
No obstante, todos los exintegrantes del gabinete ministerial de Rajoy están ahora centrados en el traspaso de poderes y en digerir una derrota que ha dejado noqueado al partido. Ninguno ha dado nuevos pasos para aclarar su futuro. Y el partido entero contiene el aliento, porque las viejas certezas han quedado destruidas. Tras casi siete años en La Moncloa, Rajoy ya no puede gestionar las tensiones internas separando a sus protagonistas con destinos en el Gobierno y el partido. La sede nacional de Génova vuelve a concentrar a todos los políticos del PP con aspiraciones. Los consejeros más veteranos de Rajoy detectan el peligro, y por eso le piden que pilote personalmente una transición interna si finalmente decide dar un paso al lado.
Ante la mayor crisis de la historia del PP, expulsado del Gobierno, acosado por los casos de corrupción y angustiado por el ascenso de Ciudadanos, todos los ojos se dirigen hacia Cospedal, Sáenz de Santamaría, Pastor y Alberto Núñez Feijóo. Los cuatro estarán pendientes del Comité Ejecutivo que Rajoy ha convocado el martes. El primer paso para afrontar una crisis sin precedentes en el PP.
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