El PP expurga entre sus 47 diputados de Madrid para encontrar un candidato limpio e integrador
La prioridad de Rajoy es nominar un nuevo presidente de la Comunidad después del puente festivo y dividir el poder regional con otra persona más tarde al frente del partido
El PP hace tiempo que no se fía de sí mismo y menos en Madrid. La dirección del PP está efectuando una investigación interna, con informes y preguntas sobre el currículo y todo tipo de actividades en el pasado de sus 47 parlamentarios en la Asamblea regional, tras la caída de la expresidenta Cristina Cifuentes. Su relevo perentorio al frente de la Comunidad no está siendo fácil. El resultado de ese trabajo de expurgación no está exento de dificultades: la cúpula popular rastrea para encontrar un aspirante “nuevo, limpio e integrador” pero no lo encuentra.
Será el 2 de mayo una de las fiestas de la Comunidad de Madrid más extrañas de toda su historia. Con mucha expectación pero pocos dirigentes nacionales del máximo nivel, a la espera de que se aclare un poco el turbio panorama presente. Con un presidente regional en funciones, Ángel Garrido, aspirante a seguir al menos de forma interina en el cargo unos meses hasta que el PP proclame sus nuevos candidatos, pero sin que nadie desde la dirección nacional o las cercanías de Mariano Rajoy le haya lanzado siquiera un guiño de complicidad, equivalente a que goza de sus bendiciones políticas. Será una celebración con más de 250 periodistas acreditados pero escasa presencia confirmada de figuras del partido, dado el morbo del momento y el ambiente de un PP de nuevo asaltado por los escándalos.
Rajoy ha optado por huir de la quema con un viaje institucional y presidencial a ver un hospital y la catedral de Burgos. El resto del Gobierno se ha refugiado en sus ocupaciones. La labor de representación le ha tocado de nuevo, en este caso, a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, envuelta otra vez sin demasiadas ganas en las elucubraciones de la “operación buscar un candidato limpio y potente para Madrid”. Un reto que a varios dirigentes del PP consultados se les antoja por ahora prácticamente imposible. Por si acaso, y para no dejar todo ese espacio político madrileño en solitario a la vicepresidenta, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, el gran apoyo de Cifuentes en estas semanas, confirmó anoche casi a última hora que también estará en la Puerta del Sol.
El aspirante a ocupar el despacho de la presidencia de la Comunidad que dejó vacante Cifuentes con su renuncia, tras los casos del máster y el vídeo del hurto, tiene que ser diputado regional. Una exigencia que limita las opciones a los 47 integrantes del Grupo Popular en la Asamblea, grupo que se confeccionó hace tres años con todo tipo de cesiones y compensaciones entre sectores enfrentados del partido.
Desde el equipo del coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, se ha expurgado esa lista y no se ha encontrado aún una salida. No se ha encargado una investigación externa y profesional, pero hay informes de muchos diputados, de su pasado, de sus actividades y de su capacidad de gestión demostrada. Se ha consultado a los principales alcaldes de la región.
El pesimismo se instala en las filas populares
El ‘caso Cifuentes’ hunde en las encuestas al PP y dispara a Ciudadanos en Madrid. El partido de Albert Rivera se coloca como primera fuerza con el 32,9% en estimación de voto y 48 escaños, los que tenía hasta ahora el PP. Esas predicciones de Metroscopia para EL PAÍS del pasado fin de semana, similares a otros sondeos, han arrastrado a numerosos dirigentes populares al pesimismo ante lo que puede ocurrir en las elecciones de mayo de 2019. “Esto va a ser la hecatombe”, “La marca PP está achicharrada”, “Con lo que nos dan las encuestas esto será administrar la miseria: la muerte en vida”. Son todas frases de relevantes responsables del PP en la Comunidad, tanto a nivel local como regional.
El PP tiene ahora 139 alcaldes de los 179 que hay en la Comunidad de Madrid (el 77%). Un nivel de poder apabullante que podría ponerse en riesgo, especialmente en la zona sur y este de esta región, donde se asentó en su día un voto más progresista que luego se evaporó. Esa estructura local es la que está ahora más dañada y se siente abandonada. Por eso la dirección nacional apuesta por una presidencia bicéfala, con un candidato nuevo de futuro para la Comunidad y un responsable distinto para centrarse en las labores de partido.
Uno de los dirigentes del área de organización de Génova, próximo a Maillo, ha sondeado telefónicamente sobre el grado de aceptación que tendrían los componentes de este grupo hacia los candidatos más barajados. En la lista de los más estudiados están consejeros actuales, tanto Garrido como Pedro Rollán o Carlos Izquierdo, y ex como Regina Plañol y Enrique Osorio o Jesús Fermosel, Juan Antonio Gómez Angulo o Alfonso Serrano. A todos se les encuentra alguna pega. Sobre algunos de los citados ya existen dosieres internos sobre actuaciones contestadas de su pasado. Otros son demasiado aguirristas (la mayoría estuvieron en el pasado con Esperanza Aguirre), de Ignacio González o, unos pocos, excesivamente leales a Cifuentes. Y algunos son muy jóvenes o no disponen de experiencia de gestión para dirigir una Comunidad con casi 20.000 millones de presupuesto al año.
Rajoy, a través de Maillo, ha lanzado el mensaje de que lo urgente ahora es resolver la incógnita de quién tiene que ser el presidente de la Comunidad, lo antes posible, poco después de este puente festivo. El plazo límite acabaría el 21 de mayo, pero la intención es descifrar el problema rápido para acabar con una incertidumbre que mantiene paralizada una Administración tan importante. El siguiente paso será nombrar a otra persona para presidir el PP en Madrid e imponer la bicefalia a través de una gestora (lo más probable) o con un mero relevo entre los integrantes del actual comité ejecutivo regional.
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