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Todo está en el libro de Esperanza Aguirre

La expresidenta de Madrid y su sucesor, Ignacio González, niegan la financiación ilegal del PP

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, arropada por diputados del PP en el Congreso.Vídeo: JAIME VILLANUEVA (EL PAÍS)
Miquel Alberola

Con su sucesora Cristina Cifuentes inmersa en otro escándalo, las vidas de los expresidentes de la Comunidad de Madrid Ignacio González y Esperanza Aguirre se han cruzado este martes en el Congreso de los Diputados con la corrupción como telón de fondo. No han llegado a encontrarse, pero han coincidido en las negaciones y en no desvelar nada que no estuviera descubierto. Sin embargo, solo la expresidenta ha sido arropada por el PP a su llegada.

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González, en libertad bajo fianza desde noviembre tras abonar 400.000 euros por su implicación en el caso Lezo, ha sido el primero en comparecer en la comisión de investigación sobre la financiación del PP. En su intervención, dijo que no hablaría de los asuntos que están siendo objeto de investigación en el juzgado y negó el resto.

Aguirre, envuelta en azul pastel y una sonrisa tan fija como su cabello, ha remitido en varios asuntos a su libro Yo no me callo, como si estuviese en campaña de promoción y en esas páginas radicara la respuesta a todos los enigmas. "Eso está en mi libro", "ya lo dije en mi libro", "si lee usted mi libro"... Y como si echara cebo, ha dicho: “Fue un error no vigilar mejor y tuve que asumir mi responsabilidad política", ante la pregunta de si pensaba pedir perdón por las supuestas irregularidades que se han desarrollado bajo su presidencia en el partido en Madrid.

El expresidente de la Comunidad de Madrid, presentó un escorzo de gestor impecable frente a las pelotas que le lanzaban los diputados de la oposición. Remarcó que es "absolutamente falso" que se utilizara el Canal de Isabel II para pagar a la empresa EICO del informático Alejandro de Pedro, implicado en la trama Púnica, por hacer campañas en redes sociales para mejorar su propia imagen y la de Aguirre. La expresidenta también lo ha rechazado bajo el argumento de que ya se había ido del cargo.

Sereno, sosegado, con la funda verde manzana de las gafas en el bolsillo de la chaqueta azul, González ha negado de forma sistemática informaciones publicadas sobre su supuesta participación en actividades irregulares y ha insistido en que nunca ha participado "en ninguna organización criminal" ni nadie ha podido acreditar nada de lo que se le está acusando y por lo que ha pasado siete meses en la cárcel. “No lo van a encontrar porque no ha existido”, ha profetizado.

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Se ha referido a su conversación telefónica con el expresidente valenciano Eduardo Zaplana sobre el presunto chantaje a Mariano Rajoy, pero que era “lo que se dice de terceros, una conversación de café”. “Se decía que había un empresario que al parecer había confesado que tenía algún tipo de relación con el PP que en una grabación que cayó en manos de un presidente de un grupo de comunicación. Los chascarrillos eran que podía haberse producido algún tipo de chantaje”, ha caricaturizado.

Ignacio Gonzalez en la comision de investigacion sobre financiación del PP.
Ignacio Gonzalez en la comision de investigacion sobre financiación del PP.Jaime Villanueva (EL PAÍS)

Respecto al papel del extesorero nacional del PP Álvaro Lapuerta en la posible financiación irregular del partido, González se ha limitado a explicar que “tenía demasiado interés en proyectos de la Comunidad de Madrid”. Lo encontró “extraño” por entender que la gestión “correspondía a los órganos competentes”. “A la presidenta le dije que me parecía que algunas actuaciones de este señor no eran razonables, que no las entendía. No tenía nada que comentar con él y a Aguirre le pareció bien. Nunca se hizo ninguna adjudicación basada en presión o imposición de este señor o del partido”.

Sin embargo, Aguirre, que ha comparecido tres horas después, ha negado que hubiera presiones de Lapuerta. “Ninguna”, ha garantizado. La expresidenta madrileña no se acordaba, en cambio, la conversación con González respecto al interés en los proyectos que adjudicaba el Gobierno regional del PP. “Es posible que lo hubiera comentado González. Si él lo dice, será verdad”, ha atenuado.

La expresidenta ha alejado toda responsabilidad sobre la financiación del partido y se ha puesto de perfil. “No monté ningún sistema, ya estaba cuando yo llegué. Y no había financiación ilegal hasta donde yo sé”. Con todo, ha reconocido que como presidenta “era responsable de todo, también de las finanzas”, pero que además de ella había un gerente, un tesorero y un secretario general. Sobre esa trinchera, se ha parapetado en el “no me consta”, el “no tenía ni idea” y el "hasta donde yo sé". Ha refutado las acusaciones sobre pagos de actos electorales a cambio de contratos públicos y ha esgrimido como prueba de no haber “entrado jamás” en asuntos de financiación que tuvo que dimitir “porque no había vigilado”.Incluso celebró que tuvo que dimitir no una sino dos veces en un país en el que "lo que se lleva es resistir".

Sobre el hecho de que dos de sus colaboradores, Ignacio González y Francisco Granados, hayan estado en la cárcel por corrupción, Aguirre ha aclarado que se trataba de “prisión provisional” y que son "dos de los 550" colaboradores que tuvo mientras desempeñó el cargo de presidenta. Varios de los diputados no han podido evitar hacer bromas sobre las “ranas”, como Aguirre los definió.

Tampoco González ha admitido ninguna responsabilidad en la financiación del partido. “Nunca he participado en ella”, ha desviado. Hasta octubre de 2001 fue presidente del comité electoral, pero ese era un cargo “encargado de elaborar las listas”. “Luego, como secretario general nunca abordé ninguna campaña electoral en el ámbito de Madrid”. También fue director de campaña en 2007, pero en el PP, ha asegurado, esa figura “se encarga del impulso político”.

La comisión ha subido de tono con las preguntas punzantes, a menudo alejadas del objeto de la comisión, del diputado de ERC Gabriel Rufián. Con un inequívoco ánimo insurrecto ha hablado de “gángsters”, “ladrones”, expresiones que han soliviantado a los comparecientes, a los miembros del PP y al presidente de la comisión, Pedro Quevedo, que ha tenido que llamarle de forma insistente al orden, incluso ha amagado con hacerle salir de la sala. "No me juegue a ese juego. Le ruego que se abstenga de montar el pollo", le ha advertido. El PP ha presentado una protesta por las intervenciones del diputado republicano, al que han acusado de “chulería” y de “insultar”. "Soy de barrio", ha justificado el diputado de ERC.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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