La deseada cita del lobo ibérico con el italiano
Los expertos confían en que ejemplares de este cánido que han cruzado los Pirineos se mezclen con los autóctonos y mejoren la especie
Hace un par de semanas uno llegó hasta la Costa Brava. Y murió atropellado en la C-31 a la altura de Mont-ras. Desde octubre se tiene constancia de que otro ronda la comarca aragonesa de La Ribagorza, fundamentalmente porque ha sido captado por una cámara de fototrampeo.
Son lobos (Canis lupus). Pero no son ibéricos, sino italianos, como afirman las Administraciones y expertos. No es la primera vez que se descubre en España la presencia de lobos cuyo origen está en las poblaciones de Italia, como han demostrado los análisis genéticos. "Desde 1999 se han detectado 15 ejemplares en Cataluña y ahora dos en Aragón", detalla Juan Carlos Blanco, doctor en Biología y experto en esta especie. Y los especialistas tienen la esperanza de un encuentro (reproductivo) entre ambas poblaciones –algunos científicos sostienen que son subespecies, aunque es una cuestión controvertida– que enriquezca la especie.
"De los lobos de origen italiano que entran en territorio español desde el Pirineo" –señala un informe del Observatorio de Sostenibilidad presentado este miércoles en Madrid– "posiblemente depende el lobo ibérico a nivel genético para su propia supervivencia". Mejorar el acervo genético es una de las obsesiones de los especialistas que se dedican a intentar salvar a animales en peligro. Cuando tienen que intervenir estos expertos las poblaciones están ya muy reducidas, por lo que existe muy poca variedad genética, lo que afecta luego a su recuperación. Por eso, el contacto entre dos poblaciones que han estado aisladas es una buena noticia.
En el caso del lobo, en estos momentos existen en Europa diez poblaciones aisladas repartidas por 20 Estados de la UE, según resalta un reciente informe del Parlamento Europeo. "Que se unan debería ser una meta de conservación ineludible", apunta el biólogo Jorge Echegaray. "Y el objetivo de la UE es que solo haya una población", añade.
El encuentro entre el lobo ibérico y el italiano sería realmente un reencuentro. "Hace 300 años había lobos en toda Europa", explica Blanco. Pero la expansión del hombre y sus infraestructuras fragmentó las poblaciones de lobo, que ahora se reparten en diez áreas. El punto crítico –en España y el resto de la UE– llegó en los años setenta. "En España había solo entre 300 y 500 ejemplares", señala Blanco. Ahora, en la Península –el lobo está presente en España y Portugal– se estima que existen 360 manadas, lo que supone entre 2.000 y 3.000 ejemplares.
Aunque se ha producido un incremento considerable si se compara con los años setenta –coincidiendo con la labor de concienciación de naturalistas como Félix Rodríguez de la Fuente– en estos momentos el lobo ibérico está recluido en el noroeste peninsular, especialmente en Castilla y León. Y lo llamativo es que los ejemplares que han llegado hasta Cataluña y Aragón no sean de la población ibérica, sino de la de origen italiano. "Es curiosísimo, pero no hay una respuesta. ¿Por qué los ibéricos sí se expanden hacia el sur y no hacia el este? No lo logramos responder", sostiene Blanco.
Echegaray, sin embargo, sí se atreve a aventurar el papel negativo que han jugado las Administraciones, que no han potenciado en España la expansión del lobo, entre otros motivos, por las presiones de los ganaderos que se quejan de los ataques de este depredador. Este especialista toma como referencia los dos grandes censos de lobos llevados a cabo en 1986 y en 2014 para concluir que "en 30 años no ha aumentado la población, sigue habiendo 300 grupos reproductores".
Echegaray, al igual que las entidades ecologistas que se manifestarán este domingo en Madrid, critica la fragmentación normativa existente en España, que lleva a que el lobo al norte del Duero sea una especie que se puede cazar y al sur esté protegida. "La conservación del lobo en España carece en absoluto de una gestión científica", lamenta en su informe el Observatorio de Sostenibilidad.
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