Un festival musical de Flandes recauda 7.600 euros para los “presos catalanes”

El nacionalismo flamenco se involucra en la financiación del independentismo catalán. La 81º edición del Festival Nacional de la Canción Flamenca, celebrado en Amberes, se convirtió este domingo en una clara muestra de apoyo al soberanismo por parte de su más firme aliado belga. El evento tuvo lugar en un polideportivo al que asistieron más de 4.000 personas. Durante el concierto una orquesta interpretó una versión de Els Segadors, se emitieron imágenes de las cargas policiales del referéndum ilegal del 1 de octubre y se puso en marcha una colecta para sufragar los gastos judiciales de los dirigentes encarcelados que recaudó 7.596,76 euros.

El precio de las entradas oscilaba entre los 5 y los 41 euros, pero el director del espectáculo, Wilfried Haesen, ha explicado que el dinero se recogió a través de voluntarios que se internaron en las gradas con cestos para que cada uno aportase lo que estimara oportuno. El colectivo Coordinació d'Advocats Catalans recibirá lo recaudado. La cantidad no supone un gran alivio frente a la inmensa factura judicial que afrontan los líderes separatistas, pero es indicativa de los estrechos lazos entre ambos movimientos, un romance que se remonta a la participación de políticos flamencos en la Diada años atrás.

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, fue el gran ausente. El festival, organizado por la entidad cultural Algemeen Nederlands Zangverbond, afín al nacionalismo, esperaba contar con su presencia, pero finalmente no apareció alegando problemas de agenda. En la noche del viernes, el político fugado sí asistió junto a los exconsejeros a un concierto en Bruselas del cantautor catalán Roger Mas.

Entre el público de Amberes hubo destacados dirigentes de la nacionalista N-VA, el principal partido del país. La formación se ha significado por su apoyo a Puigdemont, al que ha invitado a hablar en diversos foros desde que llegó a Bélgica hace más de cuatro meses. Varios de sus diputados acudieron a la velada, así como otros miembros relevantes como el ministro de Transporte de Flandes, Ben Weyts, o el eurodiputado Sander Loones. "Desde hace 139 días, los líderes del pacífico movimiento ciudadano catalán están encerrados en una celda, y Europa en silencio", criticó este último desde su cuenta de Twitter, en la que compartió un vídeo del momento donde se interpreta el himno de Cataluña.

También estuvo el líder de la xenófoba Vlaams Belang, Filip Dewinter, aliado de otros célebres ultras europeos como el holandés Geert Wilders o la francesa Marine Le Pen. Su partido mantiene colgada en una de las ventanas de su sede en Bruselas una estelada en señal de solidaridad con el independentismo. La vinculación del acto dedicado a la canción popular flamenca con la causa soberanista fue constante. "El debate va mucho más allá de la cuestión autonómica. Desde el 1 de octubre trata sobre el derecho a pensar libremente, el respeto a valores occidentales como la democracia y a la opinión de los otros. Sobre que el Gobierno no utilice violencia contra ciudadanos pacíficos inocentes", defendió en su discurso Erik Stoffelen, uno de sus promotores, que portó en la solapa una insignia con las banderas de Cataluña y Flandes entrecruzadas.