Lanzamiento del Paz: a la sexta fue la vencida
Un cohete Falcon 9 ha puesto en órbita el primer satélite espía español a 514 kilómetros de altura
A la sexta fue la vencida. El Falcon 9 de la empresa estadounidense Space X ha despegado a las 15.17 de este jueves (hora peninsular) desde la base área de Vandenberg (California). Once minutos después, se ha producido la separación del Paz, el primer satélite espía español, a 515 kilómetros de altura. Previamente, el cohete se había desprendido de su primera fase, que cayó al Pacífico, y aún continuó su viaje a 27.000 kilómetros por hora para poner en órbita otros dos satélites, propiedad de la propia Space X.
Pero la aventura ya había terminado para las autoridades españolas reunidas en la sede del Instituto de Técnica Aeroespacial (INTA), en Torrejón de Ardoz (Madrid), que han prorrumpido en aplausos., aliviadas. "Acabamos de presenciar el despegue de una nueva era", ha proclamado la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, exultante.
No era para menos. El lanzamiento realizado hoy se ha frustrado en cinco ocasiones: el 30 de enero, el 10 de febrero, el 17, el 18 y el 21. El último retraso, el pasado miércoles, a seis minutos de la hora H, se debió al fuerte viento en altura. “Muchas gracias por estar aquí, a las duras, ayer, y a las maduras, hoy", ha agradecido a los presentes el almirante Santiago Bolivar, presidente de Hisdesat, la empresa propietaria del Paz, participada en un 30% por el Ministerio de Defensa.
Aún es pronto para cantar victoria. Está previsto que esta misma tarde se reciban las primeras imágenes del Paz pero hasta el segundo semestre de este año no estará plenamente operativo. Primero debe insertarse en su órbita definitiva y en las próximas semanas se harán las pruebas de chequeo y calibración de la plataforma y los equipos (IOT, test en órbita, por sus siglas en inglés). Solo entonces se sabrá si el Paz, cuyo coste asciende a 160 millones de euros, es un éxito.
Toda precaución era poca. Aunque los viajes espaciales se hayan hecho cotidianos, un satélite estadounidense valorado en mil millones de dólares se perdió tras su lanzamiento en un Falcon 9 en enero pasado y en septiembre de 2016 un cohete del mismo tipo estalló con un satélite israelí a bordo. El secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, tuvo que volverse de California sin presenciar el lanzamiento y la ministra Cospedal y la secretaria general de Industria, Begoña Cristero, asistieron frustradas al intento fallido del miércoles desde la base de Torrejón de Ardoz (Madrid). Todos volvieron ayer allí para seguir en directo el sexto intento; muchos más en realidad si se considera que el Paz está listo desde 2014 (lo fabricó Airbus, Defence & Space) y que la crisis de Crimea frustró su lanzamiento desde Rusia y demoró su puesta en orbita tres años.
Todo se dará por bien empleado si el Paz, en cuya construcción han participado 18 empresas y tres universidades españolas, cumple su cometido. España se convertirá en el tercer país europeo (con Alemania e Italia) poseedor de un satélite con radar de apertura sintética (SAR) capaz de tomar cien imágenes diarias de hasta 25 centímetros de resolución día y noche al margen de las condiciones meteorológicas. Con un peso de 1.400 kilogramos, cubrirá un área de más de 300.000 kilómetros y dará 15 vueltas diarias a la Tierra a una velocidad de siete kilómetros por segundo.
Su base principal estará en la sede del INTA, pero también contará con otra secundaria en Maspalomas (Gran Canaria) y se busca una tercera de apoyo próxima al Polo Norte. Su principal cliente es el Ministerio de Defensa, a través del Centro de Sistemas Espaciales de Observación (Cesarob) pero, además de misiones militares, las imágenes del Paz tienen interés civil en áreas como la cartografía, monitoreo del medioambiente, control de fonteras, vigilancia marítima o urbanismo, entre otros. Hisdesat busca ya clientes para vendérselas.
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