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independentismo catalán
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El senyor Torrent, el senyor Casamajó y simplemente Soraya

Se intenta herir con demasiada frecuencia. Y en esa omisión del apellido de la vicepresidenta puede advertirse también burla, señalamiento: ella es la culpable de lo que pasa

Roger Torrent, este martes en el Parlament. En vídeo, declaraciones de Soraya Sáenz de Santamaría.Foto: atlas | Vídeo: GIANLUCA BATTISTA
Juan Cruz

No vino Puigdemont y esa es la noticia. Ni por tierra, ni por mar, ni por aire, ni por Skype. Puigdemont es Carles Puigdemont, de segundo Casamajó, como el personaje de Xavier Sardá en la radio. Cuando Roger Torrent, el president del Parlament, se refiere a él, y se refiere tanto, lo llama con los tres apellidos. Carles Puigdemont i Casamajó. Y no queda más remedio que recordar al legendario carácter que encarnaba el extraordinario radiofonista, el senyor Casamajó. Un tipo enrabieta y sensato, algo así como Josep Pla enrazado con Josep Tarradellas. Puigdemont no se simpático, tan solo sonríe. Carece del ingenio de Sardá, y como periodista no le llega a la suela al venerable Pla. Como político hace el ridículo, ese es su oficio, algo contra lo que se manifestaba Tarradellas.

En el momento en que, con palabras distintas, Roger Torrent anunció que Puigdemont i Casamajó no estaba ni se le esperaba (ni siquiera por Skype), el senyor president del Parlament se refirió a otra persona, la vicepresidenta del Gobierno. El nombre completo de ésta es bien largo: Soraya Sáenz de Santamaría. Pero es su nombre, y por tanto a él responde, y asimismo esa es su dignidad. Igual que mi amigo Lluis Bassets i Sánchez se llama Lluis y no Luis (lo llaman Luis para insultarlo colegas suyos incluso), esa señora de tan largo nombre (Soraya) y de tan detenidos apellidos se llama con el nombre completo. Igual que Theresa May se llama así, o al menos así se debe llamar en sede parlamentaria. Puede imaginarse qué pasaría en Westminster si el líder de los Comunes se dirige a la primera ministra de Su Majestad simplemente como Theresa.

Pues el introductor de Carles Puigdemont i Casamajó se refirió en su discurso oficial de aplazamiento (y vaciamiento) del dichoso pleno como si Soraya no tuviera apellidos. Ni cargo. Esconde el apellido y el cargo el senyor Torrent con alguna pretensión, indudablemente, o porque es mujer y se tiende en sociedad a evitar los apellidos de las damas por la mala educación de los olvidos o porque se quiere degradar a aquella (o a aquel) al que no se le concede ni la dignidad de llamarse como quiera.

Se intenta herir con demasiada frecuencia. Y en esa omisión del apellido de la vicepresidenta puede advertirse también burla, señalamiento: ella es la culpable de lo que pasa. Subido a esa nueva pantalla, el desprecio al adversario hasta hacerle desaparecer los apellidos, hay otra intención, además: poner de manifiesto que el valiente de la película es Carles Puigdemont i Casamajó, hombre con todos sus atributos y, por tanto, con todos sus apellidos. Roger Torrent está tratando de hacer pasar al senyor Puigdemont i Casamajó como un valiente habiendo sido un cobarde que dejó su pueblo tras proclamar una república. Él se llama a sí mismo, en Twitter, KARLS. Haría bien Torrent en hacerle caso al apócope cada vez que tenga la tentación de quitarle sus dignidades a la señora Soraya Sáenz de Santamaría.

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