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La desigualdad digital, una barrera más en la exclusión social

El 61% de las personas atendidas por Cruz Roja en España no accede nunca a Internet

Helena Poncini
Una chica realiza una búsqueda en Google.
Una chica realiza una búsqueda en Google. EL PAÍS

Encontrar oportunidades de trabajo, buscar información útil, diseñar un currículo o recibir formación. El desarrollo tecnológico ha cambiado las relaciones sociales, la forma de estudiar o de acceder al mercado laboral. Aunque no para todos. De acuerdo con el último informe de Cruz Roja, el 61% de las personas atendidas por la institución está al margen de las oportunidades que ofrece la Red y no accede nunca a Internet.

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España cuenta con índices de acceso a Internet elevados —un 84,6% según los últimos datos del INE—, pero este porcentaje se reduce considerablemente en el caso de las personas con menos recursos y menor nivel educativo, tal y como señala el documento publicado este martes por Cruz Roja. "La exclusión digital está muy relacionada con la exclusión social. Debido al escaso poder económico no pueden acceder a la tecnología. Eso hace que no puedan tampoco llegar a determinadas oportunidades", señala Susana Gende, miembro del departamento de Estudios e Innovación de la institución.

La edad, el origen o el sexo también se suman a la situación socioeconómica como factores que condicionan el acceso a las nuevas tecnologías. El 67% de las mujeres que ha participado en el estudio no accede nunca a la Red frente al 51% de los hombres. Una brecha extrapolable al conjunto de la sociedad.

Esa limitación de acceso al mundo digital nace, en muchas ocasiones, en el propio entorno. En el 65% de los hogares atendidos por Cruz Roja —de cuyos programas sociales se benefician más de dos millones de personas — no hay ordenadores y, aunque el 86% de los participantes tiene móvil, solo un 12% lo utiliza para navegar por Internet. Una falta de equipamiento que contribuye a la exclusión hereditaria. "Los niños que no tienen acceso a herramientas digitales parten de una desventaja en su proceso educativo, lo que se traduce en una transmisión de la pobreza", explica Gende.

La desigualdad digital no solo es consecuencia de una situación económica desfavorable, sino que se convierte también en causa. La falta de habilidades digitales y la imposibilidad de aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías contribuye a perpetuar ese estado de vulnerabilidad. Así lo señala Cruz Roja y así lo cree Stefano de Marco, profesor de sociología y comunicación de la Universidad de Salamanca: "No pueden aprovechar muchas oportunidades que se presentan, por ejemplo, en el mundo laboral". Según el estudio de la organización humanitaria, el 90% de las personas que han recibido su asistencia desconoce los programas clásicos de ofimática y el 75% no sabe escribir y recibir correos electrónicos. 

Este acceso limitado o inexistente a las oportunidades que ofrece el mundo digital es, en opinión De Marco, un "potenciador de las desigualdades", ya que no afecta por igual a todas las clases sociales. "La cuestión es que gente que ya de por sí está aventajada en el mundo real —en referencia a las personas con más recursos económicos—, adquiere aún más ventaja sabiendo utilizar Internet", concluye.

Menos ingresos y más desempleo

Pese a la recuperación económica de España en los últimos años, las condiciones de vida de las personas que acuden a Cruz Roja se han deteriorado. "Todos los indicadores que miden la pobreza en la población que atendemos han empeorado", afirma Susana Gende, miembro de la entidad.

Según el retrato ofrecido por la organización en el informe, los ingresos mensuales de los hogares a los que atienden se han reducido 50 euros respecto al año anterior. De media, la renta mensual es de 514 euros, por debajo del umbral de la pobreza, fijado por el INE en 684 euros. Una capacidad adquisitiva que se ve empeorada por el aumento del paro. El 74% de los participantes en edad activa está desempleado —seis puntos porcentuales más que en 2015—, una situación que 6 de cada 10 personas arrastran desde hace más de dos años.

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Sobre la firma

Helena Poncini
Es redactora en Gastronomía. Antes pasó por Gente y Estilo y por El País Semanal. Trabajó como redactora y fotógrafa para varios diarios españoles y portugueses en Lisboa, entre ellos 'El Periódico de Catalunya', 'Correio de Manha' y 'Jornal i'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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