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MIGUEL SOLER | Secretario autonómico valenciano de Educación

“El único adoctrinamiento en la Comunidad Valenciana se da en clase de Religión”

El 'número dos' de Educación, el socialista Miguel Soler, rechaza que exista una campaña de la Generalitat

Ignacio Zafra
Miguel Soler, secretario autonómico de Educación de la Generalitat valenciana, durante la entrevista.
Miguel Soler, secretario autonómico de Educación de la Generalitat valenciana, durante la entrevista.MÒNICA TORRES

Miguel Soler (Valencia, 1954) es el número dos de la Consejería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana. Socialista, con cuatro décadas de experiencia en el campo de la Educación, Soler fue alto cargo en los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario autonómico rechaza las acusaciones sobre adoctrinamiento escolar, vinculadas al desafío independentista catalán, de las que es objeto su consejería.

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Pregunta. ¿Hay adoctrinamiento escolar en la Comunidad Valenciana?

Respuesta. Si lo hay debe ser clandestino, porque no nos hemos dado cuenta. Cuando se habla de adoctrinamiento, el único que conozco y es legal, es el que se produce en la clase de Religión. No es un ataque a Religión, solo digo que es el único que existe, pero está dentro del currículo y son las familias las que lo eligen.

P. Se ha denunciado el contenido de un libro de texto por no ser riguroso sobre aspectos históricos, como los títulos que ostentó el rey Jaime I.

R. La libertad de cátedra lleva a que el profesorado utilice los materiales que considera oportunos. En alguna ocasión se produce debate con las familias sobre si el material que se ha utilizado es o no el más adecuado. La gente en general no lo sabe, pero hace años que no existen libros de texto oficiales aprobados por la autoridad educativa. Hay un currículo oficial del Ministerio de Educación que completan las comunidades autónomas, y son los centros los que deciden los materiales. Algunos no usan libros de texto, sino materiales propios. Cuando se produce una incidencia, porque se considera que un material concreto atenta contra las leyes u otras normas, actúa la inspección de educación y, en su caso, se denuncia a la fiscalía. Pero hablar de adoctrinamiento es hacerlo de una campaña organizada por alguien con el objetivo de transmitir determinados valores y posiciones al alumnado que desde luego no ocurre. Si alguien sostiene tal cosa, debe decir quién organiza esa campaña y con qué objetivo.

P. También se han criticado unas agendas, distribuidas en algunos colegios, en las que se alude a los países catalanes.

R. Esa agenda la hizo un colectivo y en ningún caso ha sido autorizada por esta consejería. Por lo que he visto, más que contenido político alude a la distribución sociolingüística [del catalán], en línea con lo que acepta la Acadèmia Valenciana de la Llengua. El logo y el nombre de la agenda tampoco se corresponden con los de esta legislatura. En ella no aparece la palabra Investigación, cuando el nombre actual es Consejería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte. Es decir, que fueron creadas en una legislatura anterior y llevaban tiempo hechas y repartiéndose, en todo caso a una escala muy pequeña. Pero surgen ahora, y creo que eso no es casual.

P. ¿A qué se refiere?

R. Creo que lo que hay es una campaña para decir que hay adoctrinamiento. Eso sí es una campaña organizada. Se utiliza el debate territorial y el conflicto generado en Cataluña para decir que eso no solo pasa en Cataluña, sino en otras partes de España. Se agita el anticatalanismo en la Comunidad Valenciana por parte del Partido Popular cuando está más que contrastado que las posiciones que plantean los partidos independentistas en Cataluña tienen aquí una presencia absolutamente testimonial. Es decepcionante ver a dirigentes políticos y sociales dedicarse a generar problemas donde no los hay.

P. Su plan de plurilingüismo fue suspendido por los tribunales. Su consejería ha presentado ahora una normativa con un contenido que prescinde de aquello que cuestionaron los jueces. ¿Fue un error vincular el aumento de horas en inglés al incremento de horas de valenciano?

R. El único objetivo que teníamos era mejorar el conocimiento de las dos lenguas oficiales, castellano y valenciano, y de una lengua extranjera, el inglés. Hay una cosa evidente, no conozco a ningún chaval de la Comunidad Valenciana de 16 años que no hable castellano. Conozco a muchísimos que no hablan valenciano, y todavía a más que no hablan inglés. Para reforzar las lenguas que menos se conocen en nuestra comunidad se asoció un avance simultáneo de ambas lenguas. Otras normas que estábamos elaborando en paralelo, como la de currículo, garantizaban que los alumnos que optaran por más horas de castellano, también pudieran recibir más horas de inglés, así como los títulos de idiomas correspondientes. Se lo explicamos al Ministerio de Educación, sus responsables lo entendieron y por ello no recurrieron nuestro decreto de plurilingüismo. Pero a la vista del rechazo que ese decreto generó en algunas zonas de la Comunidad Valenciana, quizá porque no supimos explicarnos ante las familias, y a las decisiones de los tribunales, decidimos buscar otro instrumento. Nuestra obsesión no era ni es un decreto determinado, sino que los chavales sepan más valenciano, castellano e inglés.

P. ¿Qué establecerá su nueva ley de plurilingüismo?

R. Todos los centros deberán garantizar un mínimo del 25% de horas en castellano, un 25% en valenciano y entre un 15% y un 25% en inglés. A partir de ahí, cada centro completará el resto de horas según considere.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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