El 60% de los votantes del PSC quiere un acuerdo con Ciudadanos y PP
Ocho de cada diez catalanes quieren encontrar una fórmula de gobierno que restañe las heridas
Un lustro largo de proceso independentista en Cataluña ha provocado una sensación de hastío en los catalanes. La constitución de un bloque constitucionalista que pueda gobernar es la opción preferente para el 35% de los catalanes, siendo los del PP los más motivados en este sentido, el 100%. También apuestan por esta vía el 91% de los votantes de Ciudadanos y el 60% de los del PSC.
En los últimos meses han sido muchas las expresiones que han indicado que en Cataluña el proceso independentista ha provocado un deterioro de las relaciones en familias, grupos de amigos y compañeros de trabajo. Aunque los independentistas suelen ser más reacios a admitir esta situación, el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS indica que la voluntad de encontrar una fórmula de gobierno que restañe las heridas alcanza al 80% de los catalanes y es mayoritaria también entre los votantes de los partidos independentistas.
Solo el 24% quiere seguir con el 'procés'
Pese a que no es seguro que la correlación de fuerzas en el nuevo Parlamento catalán cambie totalmente, la mayoría de catalanes quiere aparcar el proceso independentista que comenzó en 2012 tutelado por el expresidente Artur Mas. Solo el 24% de los encuestados quiere seguir adelante con la estrategia rupturista. Lógicamente no lo quiere el electorado de los partidos constitucionalistas pero también se refleja un gran cansancio entre el independentismo. Continuar con la estrategia de los últimos cinco años solo seduce al 56% de los votantes de la CUP y al 58% de los de Junts per Catalunya, la lista del expresidente Puigdemont. En el caso de ERC los partidarios del procés alcanzan el 63%.
Con todo, es entre los partidarios de las formaciones constitucionalistas donde más se nota ese deseo. Prácticamente todos los votantes de Ciudadanos (99%) y del PSC (96%) creen necesario que se opte por un gobierno cuya prioridad sea restablecer la convivencia. En el otro extremo, aunque también con porcentajes mayoritarios, los votantes de la CUP (58%) y los de Junts per Catalunya o ERC (dos de cada tres) se inclinan por esta fórmula, aunque sin indicar qué partidos deberían formar parte de esta coalición.
Los electores y los partidos catalanes saben que el trabajo que llegará tras las elecciones del 21 de diciembre es volver a poner en marcha un gobierno tras haber sido destituido el que había hasta el 27 de octubre en aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La principal novedad de estas elecciones es la gran movilización que se intuye en el bloque constitucionalista. Ello hace que muchos de sus votantes piensen ya en una eventual coalición de Ciudadanos, PSC y Partido Popular. En total defienden esta fórmula de gobierno el 35% de los catalanes, siendo el 100% de los del PP los motivados en este sentido. También apuestan por esta vía el 91% de los votantes de Ciudadanos, mientras que un destacado 60% de votantes del PSC darían apoyo a esta fórmula.
En cualquier caso, la búsqueda de una solución negociada figurará, con fórmulas diversas, tanto en los programas de la nueva marca del PDeCAT, Junts per Catalunya, como de ERC. Y sus votantes avalan mayoritariamente esta vía. Los únicos que se muestran seriamente divididos —al 50%— serían los de la CUP. Todo ello no implica que el independentismo se haya diluido. Pese a caer en intención de voto, un 40% de la población catalana sigue apostando por un gobierno formado por ERC, Junts per Catalunya y la CUP o, en su defecto, por aquellos partidos que quieran seguir adelante con el proceso independentista, sean los que sean (39%).
La última fórmula de gobierno en grado de preferencia sería un tripartido de la izquierda con Esquerra Republicana, el PSC y Catalunya en Comú, el partido referente de Podemos en Cataluña. Apoyarían esta coalición el 32% de los catalanes. Solo la apoyan de forma mayoritaria (85%) los votantes de Catalunya en Comú y apenas despierta interés en un tercio de los votantes socialistas.
Las expectativas de cambio de estrategia son altas. El 56% de los encuestados considera que gobierne quien gobierne la cuestión territorial se intentará resolver mediante el acuerdo. Lo piensan la mayoría de votantes de fuerzas constitucionalistas, pero también los de Esquerra Republicana (54%), el partido favorito para ganar las próximas elecciones. Los partidarios de la plataforma de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya, y de la CUP, son menos partidarios de esta vía y solo consideran viable un acuerdo el 42%. Evidencia así el estado de ánimo del independentismo el hecho de que solo los votantes de la CUP crean mayoritariamente (54%) que se intentará seguir con el proceso independentista.
Tras meses de decisiones unilaterales por parte del independentismo, también goza de una amplia aceptación popular un eventual gobierno formado por partidos que se centren en buscar una “solución negociada con el Gobierno de España”. Apuestan por esta fórmula todos los votantes de Catalunya en Comú, cuya propuesta estrella ha sido siempre el referéndum pactado, y también una amplísima mayoría de los votantes de PSC, PP y, en menor medida Ciudadanos (75%).
Mala situación política y económica
Con medio gobierno en prisión preventiva por delitos de rebelión, sedición y prevaricación y otros cinco miembros huidos en Bruselas el 80% de los catalanes considera que la situación política solo puede ser valorada como “mala”. Este pesimismo se refleja también en la percepción de la realidad económica de la comunidad. El 54% la considera mala pese a que los indicadores hasta septiembre eran todos positivos.
El 74% del electorado del PSC, el 81% del de Cs y el 83% del PPC definen como mala la situación económica. Y así lo hace también la mayoría (57%/36%) del electorado de Catalunya en Comú.
En cambio —y cabe suponer que como consecuencia de un voluntarismo más o menos consciente pero, en todo caso, inmune a cuanto en este ámbito ha venido sucediendo desde primeros de octubre— siete de cada diez votantes potenciales de ERC, Junts per Catalunya y CUP definen como buena la actual situación económica de Cataluña.
Eso sí, solo el 29% de los votantes cree que se ha informado de forma “suficiente” a los catalanes de las consecuencias que tendría la independencia.
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