Rajoy confía en mejorar el crecimiento de España tras las elecciones catalanas

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció este jueves en Salamanca que la crisis política, social e institucional en Cataluña está provocando consecuencias negativas y preocupantes en la economía española y catalana, y en sus previsiones de crecimiento, pero confía en que tras las elecciones autonómicas precipitadas del 21-D se pueda entrar en una "etapa de tranquilidad y normalidad" que permita recuperar ese terreno perdido. Rajoy admitió que su Ejecutivo ha querido ser incluso menos optimista en sus previsiones del PIB para España y ha rebajado sus propios pronósticos "justamente previendo problemas en el futuro". La UE ha fijado una previsión de crecimiento para España en 2017 del 3,1% del PIB, igual que el Gobierno español, pero para 2018 la ha dejado en el 2,5%. La predicción de la Economía española ha retocado ese índice para el próximo ejercico del 2,6% al 2,3%.

Rajoy acudió este jueves a Salamanca para participar en el acto de concesión del doctado honoris causa de la Universidad más antigua de Europa, con 800 años de pasado, al actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y al expresidente del Parlamento europeo y excomisario español, Manuel Marín. Rajoy no pudo dar las concesiones porque ese privilegio se reserva para antiguos doctorandos y el presidente no tiene esa distinción. El líder del PP sí quiso acudir por su especial buena relación con Juncker, aliado de España y del PP desde hace muchos años y que se ha significado por su apoyo al Ejecutivo en esta etapa convulsa de la crisis catalana. La concesión del doctorado a Juncker la decidió el claustro de la Universidad salmantina antes del verano.

El presidente Rajoy aprovechó, antes de la ceremonia oficial, para lanzar un mensaje de agradecimiento a labor en estos años de Juncker y Marín (ausente por enfermedad del acto) y para relacionar a ambos con el trabajo y los valores arraigados en la Unión Europea de respeto "a la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley". El dirigente español concedió ahí que le resultaba especialmente reconfortante que se premien esos principios en las personas de Juncker y Marín en estos momentos que "se han puesto en tela de juicio esos valores europeos".

Rajoy se congratuló también de que "todos los países de la Unión Europea, el 100%, haya apoyado la integridad de España" ante este desafío en Cataluña y mencionó explicitamente las últimas y relevantes adhesiones del presidente belga, el liberal Charles Michel, y del parlamento de Flandes. El líder del PP español inscribió todas esas ideas en el marco del "acto europeo" que tuvo lugar en el Paraninfo de la histórica Universidad de Salamanca, "casa de todos los europeos".

El presidente ofreció incluso antes del acto una minirueda de prensa en la que comentó las previsiones de crecimiento de España y las relacionó con el conflicto en Cataluña y el abandonó de empresas, la bajada del turismo y la balanza comercial y la caída del empleo y las inscripciones a la Seguridad Social. Rajoy señaló ahí su esperanza en fijarse "el objetivo común y nacional de que tras las elecciones del 21 de diciembre las cosas se normalicen y se entre en una etapa de tranquilidad y normalidad y en una etapa de recuperación de la convivencia como en los últimos tiempos" antes de la deriva del proceso separatista.

Lo que Rajoy no quiso fue complicarse en valoraciones de lo que pueda decir este jueves ni la fiscalía ni la sala del Tribunal Supremo que ha tomado declaración a la presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, y los demás miembros de la mesa. El presidente adujo su responsabilidad al frente del Ejecutivo y diferente del poder judicial y reiteró la máxima del respeto a cualquier decisión: "Los jueces tienen una función que marca nuestra Constitución y yo la respeto, sea cual sea su decisión, me guste más o menos".