Subordinados apuntan a Matas como responsable último del Palma Arena
La fiscalía pide cuatro años para el exministro por la contratación de los arquitectos del velódromo
Segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Palma contra el expresidente de Baleares Jaume Matas. Una jornada en la que han desfilado por el estrado varios testigos, la mayoría de ellos subordinados del que fuera líder del Ejecutivo Autonómico que han declarado que quien fuera director general de Deportes durante su mandato no tenía capacidad para tomar “decisiones de envergadura” como la de impulsar la construcción del velódromo o contratar a los arquitectos que lo diseñaron.
El juicio sienta en el banquillo al que fuera ministro de Medio Ambiente -que se enfrenta a cuatro años de cárcel- y al que fuera su director general de Deportes José Luis Ballester que afronta una pena de prisión sustituible por multa tras haber colaborado con el esclarecimiento de los hechos desde el principio de la investigación. La fiscalía sostiene que se produjeron numerosas irregularidades en la contratación de los arquitectos que diseñaron y ejecutaron la infraestructura. Se encargó el diseño a un arquitecto alemán que no estaba colegiado en España, en un proceso sin expediente de contratación y sin que se justificase su exclusividad. Cuando se rescindió el contrato con este arquitecto se encargó verbalmente seguir con las obras a un despacho mallorquín.
La primera en declarar este martes ante el tribunal ha sido la jefa de gabinete de Matas, Dulce Linares, funcionaria de carrera desde 2001 que ha achacado al entonces presidente la decisión de impulsar la construcción del velódromo y la contratación de los arquitectos ya que Ballester “no habría dado un paso de tal envergadura sin consultarlo con Matas”. Ha descrito una relación “directa” entre el presidente y su director general, del que ha dicho que tenía acceso al líder autonómico “tanto telefónico como en persona” porque ambos tuvieron una comunicación directa y próxima sobre los temas deportivos durante toda la legislatura.
“Todos sabíamos que cuando se trataba de un proyecto de tal envergadura el presidente lo conocía porque ellos lo comentaban” ha destacado Linares, que ha reconocido que para contratar al arquitecto alemán era necesario un informe técnico para justificar que era la única persona capaz de construir un velódromo que estuviera homologado por la Unión Ciclista Internacional y pudiera acoger un mundial. El informe fue finalmente redactado por el propio Ballester y nadie advirtió a Matas, según ha dicho Linares, de que había aspectos irregulares durante el proceso.
La estrecha relación que mantenían Matas y Ballester a la hora de tratar temas deportivos ha sido corroborada también por el gerente de la Fundación Illesport. Gonzalo Bernal ha señalado que el director general de Deportes no tenía una capacidad suficiente “como para decidir construir un velódromo”. De hecho, ha explicado que durante las reuniones de la Fundación encargada de desplegar el proyecto cuando Ballester tomaba la palabra él entendía que lo hacía dando instrucciones por boca del presidente.
La relación que ambos tenían a la hora de tratar los temas deportivos hacía que Ballester incluso “puentease” a la entonces consejera de Presidencia y Deportes que delegó totalmente en su director general este área de su departamento. “La consejera tenía diez direcciones generales y el señor Ballester se encargaba de los Deportes, había muchos temas que la consejera delegaba directamente en él y es cierto que muchas tardes Ballester despachaba directamente con el presidente” ha testificado el gerente de la Escuela del Deporte Balear. El juicio se prolongará durante toda la semana en la Audiencia Provincial de Palma.
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