El imán de Ripoll mostró su deriva radical en una mezquita de Bélgica
El ministro de Interior belga confirma los contactos entre las policías de Vilvoorde y catalana
El imán de Ripoll predicó en una mezquita belga utilizando un lenguaje que hizo sospechar a sus responsables. Así lo ha confirmado a la Fiscalía belga Soliman Akaychouh, el presidente de la mezquita a la que fue a pedir trabajo Abdelbaki es Satty, señalado como líder de la célula terrorista que atentó en Cataluña.
La investigación de las autoridades belgas sobre la estancia en el país del cerebro de los ataques se ha puesto en marcha con celeridad. Ayer miércoles el presidente de la mezquita de Diegem, recién llegado de sus vacaciones en Marruecos, fue llamado a declarar en condición de testigo. A la salida, Jean-Pierre De Groef, el alcalde de este pequeño municipio flamenco cercano a Bruselas, que acompañó al presidente de la mezquita, aseguró a la televisión belga VRT que este "fue a escuchar unos sermones de prueba y consideró que no eran sermones adecuados para una comunidad como la de Diegem". "Como dice el presidente de la mezquita, no seguía al profeta, iba con más violencia" y era "más extremista", añadió el alcalde sin precisar el contenido exacto de esas alocuciones.
El responsable de la mezquita de Diegem asegura que fueron tajantes con el imán de Ripoll en cuanto comprobaron el contenido de su mensaje. "Como responsables de la mezquita le indicamos claramente que no tenía lugar aquí y tenía que irse". Akaychouh confirmó las revelaciones de su homólogo de Vilvoorde a EL PAÍS, según las cuales solicitaron a Es Satty un certificado con sus antecedentes penales y este puso excusas para no entregarlo, por lo que decidieron no contratarlo y avisaron a la policía, momento en que desapareció de su radar. "Abdelbaki Es Satty acudió a nosotros para pedir trabajo como imán. Entonces, claro, le pedimos sus documentos para controlarlos. Cuando se los pedimos se comportó de una forma muy sospechosa", apuntó sin dar más detalles.
Los recelos de los responsables de la mezquita sobre Es Satty se mantuvieron incluso después de que los Mossos d'Esquadra aseguraran a la policía de Vilvoorde que no tenían constancia de su relación pasada con organizaciones radicales o ataques terroristas. El regidor de Vilvoorde, Hans Bonte, ha elogiado esa actitud vigilante de la comunidad musulmana de la zona, porque evitó que Es Satty se asentara en Bélgica y se convirtiera en un riesgo para la seguridad del país. "Algunos están maravillados por el hecho de que el responsable de la mezquita de Diegem se dirigiera a las autoridades pidiendo más información sobre este individuo", declaró en una entrevista a este diario.
Los tres meses que el imán de Ripoll pasó en Bélgica entre enero y marzo de 2016 están bajo la lupa de las autoridades para determinar si trabó contacto con otros radicales. Su estancia en Bélgica ha sido confirmada por la Fiscalía belga, y en la casa de Alcanar se encontraron varios billetes de avión de la compañía Vueling con destino Bruselas cuya fecha no ha trascendido. Eso ha hecho reaccionar a las más altas instancias belgas. El ministro de Interior, Jan Jambon, ha confirmado los contactos entre las policías belga y catalana, y ha resaltado que su país no tenía ningún motivo para sospechar del imán. "Tenía un permiso de residencia y un permiso de conducir españoles, pero no había ningún señalamiento" dijo en una entrevista a la cadena flamenca VTM.
El imán de Ripoll falleció en la explosión de la vivienda de Alcanar, donde almacenaban decenas de bombonas de butano con las que pretendían preparar un atentado. De su paso por Bélgica se conoce su intento de convertirse en imán de Diegem, pero no se descarta que se moviera por otras localidades. El Ejecutivo de los Musulmanes de Bélgica, una organización que agrupa a casi 40 mezquitas, ha negado a EL PAÍS que Es Satty se hubiera puesto en contacto con ellos en algún momento. "Nunca hemos oído hablar de él", señalan.
Aunque en este caso la reacción de los responsables de la mezquita de Diegem evitó que el imán de Ripoll fuera contratado como imán, la organización de musulmanes belga mantiene la cautela en torno a la presencia de un discurso extremista en otros centros religiosos. "No podemos asegurar que el mensaje radical haya desaparecido de las mezquitas. Hay algunas que no están reconocidas en las cuales las ideas conservadoras no son descartables", advierte su presidente, Salah Echallaoui. Las autoridades no son ajenas a esta realidad, y el Gobierno belga ha expresado esta semana su deseo de contar con mas informadores integrados en el seno de la comunidad musulmana.
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