Gürtel: una maraña de 3.089 días y un presidente declarando en la sala
El caso de corrupción más complejo de la democracia española y el que ha tocado el corazón mismo del partido del Gobierno llega hoy a su punto álgido con la presencia de Mariano Rajoy en la Audiencia Nacional
Más de ocho años después de que estallase el caso Gürtel, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparece como testigo este miércoles ante la Audiencia Nacional. Estos son algunos hitos de los 3.089 días transcurridos desde que la trama se hizo pública hasta la declaración del líder del PP.
2009: Estalla el caso Gürtel
Fue el 6 de febrero de 2009. Tras más de un año de investigación, Baltasar Garzón, entonces juez de la Audiencia Nacional, destapó una trama corrupta que desde finales de los noventa logró contratos en Administraciones gobernadas por el PP valiéndose, presuntamente, de delitos de cohecho (soborno a funcionarios), tráfico de influencias, blanqueo de capitales, fraude fiscal y asociación ilícita (actuaban como banda organizada). Entre los primeros detenidos, tres nombres que darían mucho que hablar: el cabecilla, empresario y habitual organizador de actos del PP Francisco Correa —cuyo apellido, en alemán, dio nombre al caso—, su mano derecha, Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP gallego, y el publicista Álvaro Pérez, El Bigotes.
Hubo que esperar ocho años para que, en febrero de 2017, Correa, Crespo y El Bigotes fueran condenados, y solo por la rama valenciana del caso, a 13 años de prisión. Paralelamente, el 4 de octubre de 2016, arrancó en la Audiencia Nacional el juicio por la macrocausa de la llamada Primera Época de la Trama (1999 – 2005), que es la que ha llevado a declarar a Rajoy como testigo hoy. Y aún queda Gürtel para rato: este mismo mes de julio la Audiencia accedió a que la investigación del caso continúe hasta junio de 2018, tal como pidió Anticorrupción para poder completar las pesquisas de dos de las 10 piezas de la causa. Eso sí, la Audiencia apuntó que el tiempo —cerca de 10 años— que lleva abierto el sumario es “excesivo”.
2013: Los 'papeles de Bárcenas'
A principios de verano de 2009 empezó a sonar otro nombre: Luis Bárcenas, senador por Cantabria y tesorero nacional del PP. Al principio, Bárcenas recibió un trato privilegiado de los suyos: el partido defendió con vehemencia su inocencia, mantuvo su despacho en Génova y su carné de militante. Incluso se hicieron cargo inicialmente de la minuta de su abogado.
En enero del 2013, EL PAÍS publicó Los papeles de Bárcenas, descubriendo la mecánica de las cuentas secretas de la contabilidad b llevada a cabo por distintas cúpulas del PP entre 1990 y 2008. Los documentos registraban pagos a todos los secretarios generales y vicesecretarios del partido provenientes de donaciones privadas. Entre ellos figura el actual presidente del Gobierno, por entonces vicesecretario general, que recibió 25.200 euros anuales durante 11 años; los también vicesecretarios Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, así como los secretarios generales Francisco Álvarez-Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes y María Dolores de Cospedal.
En marzo de 2013, la policía vinculó el caso Bárcenas a la Gürtel, el juez Ruz asumió la causa y en verano Bárcenas ingresó en prisión. Por esas fechas El Mundo publicó los sms intercambiados entre el extesorero y Rajoy, encabezados por el inolvidable “Luis, sé fuerte” (fechado el 18 de enero 2013).
El laberinto judicial
El alcance, complejidad y politización del caso se ha traducido en un laberinto judicial en el que las distintas piezas han saltado de unos tribunales a otros. Así, dado el aforamiento de algunos investigados (senadores y diputados del PP), distintos desgajes pasaron a los Tribunales Superiores de Justicia de Madrid y Valencia, aunque luego volvieron a ser reabiertos o retomados por la Audiencia o recalaron en el Tribunal Supremo. Así ocurrió con el caso de los trajes de Camps (absuelto por un tribunal popular en Valencia en 2012) y con otras piezas como los contratos de la trama con Aena, la feria Fitur en 2004, la organización de la visita del Papa, los papeles de Bárcenas o la financiación irregular del PP.
Para complicar el relato, los jueces se han convertido muchas veces en protagonistas. Baltasar Garzón, tras recibir querellas y recusaciones por parte del PP, fue finalmente condenado por el Tribunal Supremo a 11 años de inhabilitación por ordenar la grabación en la cárcel de las conversaciones entre los cabecillas de la Gürtel y sus abogados.
La instrucción del juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid Antonio Pedreira también fue polémica (decidió archivar la causa contra Bárcenas, archivo posteriormente declarado nulo, y no admitir la denuncia contra Ana Mato) y estuvo marcada por su delicado estado de salud y su fallecimiento en 2013.
Pablo Ruz, el tercer juez instructor, realizó un trabajo meticuloso y determinante: encarceló a Bárcenas, citó a Cospedal y Álvarez-Cascos, peinó la sede del PP en Génova tras la destrucción de los ordenadores, consiguió que Suiza bloquease cuentas secretas… Sin embargo, en 2015 la Audiencia le devolvió a su plaza en un juzgado de instrucción de Móstoles para investigar asuntos comunes, ya que estaba en la Audiencia en comisión de servicio.
Además, en la sala encargada de juzgar a los procesados, Concepción Espejel y Enrique López han sido recusados de hasta cuatro causas de la Gürtel por su proximidad al PP.
2016 – 2017: El macrojuicio
El 4 de octubre de 2016 arrancó el juicio de la Primera época de la trama Gürtel, la causa troncal. A las sonadas declaraciones de los imputados (Correa: “La relación con los políticos la tenía solo yo. Las entregas de dinero... quedaba con ellos y les daba el sobre”; Bárcenas: "Era una contabilidad no oficial, extracontable, era del PP, claro") se han ido sumando las comparecencias de altos cargos del PP en calidad de testigos. Ana Mato en febrero de 2017 (que declaró como partícipe a título lucrativo) dijo que del dinero se ocupaba su exmarido (el imputado Jesús Sepúlveda); Esperanza Aguirre, en abril, aprovechó la ocasión para sacar pecho de su gestión; Álvarez-Cascos en junio dijo que las siglas PAC de los papeles de Bárcenas no tenían nada que ver con él, y al día siguiente, declaró la cúpula del PP de José María Aznar: Arenas, Acebes, Mayor Oreja y Rato coincidieron en que tampoco sabían nada de la trama y en echar la culpa de todo al extesorero Álvaro Lapuerta, apeado del banquillo por demencia.
Este miércoles, en la sesión 101 de la vista oral, le toca el turno a Mariano Rajoy. La sala decidió que no podía declarar por videoconferencia ni desde su despacho, así que el presidente se ha desplazado en persona a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, un búnker de hierro y hormigón situado a 18 kilómetros de La Moncloa.
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