Baleares aprueba las corridas de toros sin sangre ni muerte
La nueva ley autonómica veta los circos con animales salvajes en las islas
El Parlamento balear ha aprobado este lunes la proposición de ley impulsada por PSOE, MÉS y Podemos que regula las corridas de toros en las islas y que prohíbe la muerte del animal en la plaza, así como la entrada de menores de 18 años en los festejos taurinos. La propuesta ha llegado a la Cámara autonómica después de ser modificada para no invadir las competencias de la normativa estatal que declara la tauromaquia patrimonio cultural y ha salido adelante a pesar de los votos contrarios de PP y Ciudadanos, que consideran que la nueva ley regional "roza la inconstitucionalidad".
El texto prohíbe a partir de su entrada en vigor la muerte del animal en la plaza, así como el daño físico y psíquico, que serán sancionables con multas de hasta 100.000 euros. Se establecen el capote y la muleta como únicos utensilios a utilizar por los profesionales taurinos, vetándose expresamente el uso de "banderillas, rejones, puyas, estoques o espadas", entre otros. A partir de ahora, en cada corrida podrán participar un total de tres astados y su intervención será de un máximo de diez minutos. "Una vez transcurrido ese tiempo serán conducidos y retornados a los corrales", según establece el texto.
Con la nueva normativa, las corridas sólo se podrán celebrar en las plazas de toros permanentes y con ganado que cuente con un mínimo de cuatro años. Los astados tendrán que ser reconocidos previamente por el servicio veterinario y por el presidente de la plaza, que se encargarán de constatar "el bienestar físico y psíquico del animal". Tanto los astados como los toreros serán sometidos a controles antidopaje antes de participar en la corrida, mientras que los primeros tendrán que pasar un nuevo examen al finalizar el espectáculo para comprobar su estado sanitario. "Los toros serán devueltos a la empresa ganadera que los haya proporcionado después de la inspección veterinaria", reza el texto.
Baleares también eleva la edad de acceso a las plazas de los 16 años actuales a los 18 y prohíbe la venta y el consumo de alcohol en el recinto, en el que la cartelería tendrá que advertir de que el festejo puede herir la sensibilidad del espectador. Tampoco estará permitido el toreo con caballos, el rejoneo, que queda excluido de los espectáculos taurinos en las islas. Otro de los puntos novedosos de la normativa es que no estarán permitidos los circos con animales salvajes ni los nuevos festejos populares que los incluyan.
Recurso ante el Constitucional
Los partidos que han impulsado la norma -Més, PSOE y Podemos- califican la nueva regulación de "punta de lanza" que abrirá camino a otros parlamentos autonómicos para aprobar leyes similares. La portavoz de la formación morada, Laura Camargo, dice que dentro de las competencias autonómicas y teniendo en cuenta que el Tribunal Constitucional anuló la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, los partidos del pacto de gobierno han pulido el texto para "cumplir perfectamente con los límites competenciales del marco autonómico".
Sin embargo, el grupo parlamentario del PP ha avanzado que el Gobierno central recurrirá previsiblemente en amparo al Constitucional la ley balear nada más entre en vigor. Recuerda el diputado Miquel Jerez que ya se advirtió al Ejecutivo de Armengol que 9 de los 14 artículos de la proposición de ley podían ser inconstitucionales. "Desafiar esto con una ley es desafiar la libertad de los españoles", ha manifestado el parlamentario, que considera que la ley no es respetuosa "con aquellos que sienten esta disciplina artística como propia". A la vez, la Abogacía del Estado "estudiará" la ley de toros y, "si estima que es anticonstitucional y vulnera competencias estatales, presentará un recurso ante el TC", han señalado a Efe fuentes del ministerio de Cultura.
La ley sobre las nuevas corridas de toros no afectará en la práctica a Ibiza, Menorca y Formentera ya que no cuentan con ninguna plaza permanente. En Mallorca son varias las localidades que celebran festejos taurinos, en plazas como las de Palma, Inca, Alcúdia y Muro, entre otras. Precisamente este mes la plaza de toros de la capital balear acoge los que pueden ser los últimos festejos taurinos antes de que entre en vigor la nueva ley. El jueves 27 hay programada una corrida con seis toros de la ganadería de Marqués de Quintanar para Padilla, El Fandi y Castella y la semana que viene Paquirri, Talavante y Cayetano torearán seis astados de Núñez de Tarifa.
Desde la Fundación Toro de Lidia tacharon la norma autonómica de “fraude de ley”. Su presidente, Borja Cardelús, reconoce que, a pesar de que las comunidades autónomas tienen potestad para regular las corridas de toros hay otras normas que no permiten hacerlo “hasta desvirtuar una expresión cultural”. Esperan que el Gobierno central acuda al Tribunal Constitucional y pida la suspensión cautelar de la norma para que deje de aplicarse una ley que, según Cardelús, deja las corridas de toros “en una invención”. “Es como nadar sin agua o jugar a fútbol sin balón”, afirma el defensor del toro de lidia, que manifiesta su sorpresa por el hecho de que el PSOE haya impulsado y apoyado esta regulación.
En el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA) alaban el paso “positivo” dado por Baleares pero apuestan por una prohibición legal, si bien reconocen solo puede ser impulsada por el Gobierno central. Laura Duarte, portavoz de la formación, cree que la única manera de garantizar “que todo esto no tenga marcha atrás” es un veto a nivel nacional que siga “la tendencia de lo que llevamos años defendiendo”. A pesar de que la ley no colma del todo sus expectativas, PACMA cree que la aprobación de esta ley en las islas puede impulsar iniciativas similares en otras regiones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.