El huidizo ‘Fran’ vuelve a casa
Hallado con vida, aunque muy delgado, el último lince ibérico que quedaba por localizar tras el desalojo del centro de cría por el incendio de Doñana
Fran ha vuelto este miércoles al centro de cría en cautividad de El Acebuche en Doñana (Huelva), del que escapó hace casi un mes, al ser desalojadas las instalaciones a toda prisa a causa del fuego. Es el último lince ibérico adulto que faltaba por localizar de los 13 ejemplares que no pudieron evacuar de las instalaciones y a los que se les abrieron las puertas para intentar salvarlos del incendio. "Está muy delgado y le estamos haciendo pruebas y cuidándolo para tratar de recuperarlo", explica por teléfono Miguel Ángel Simón, director del proyecto de conservación LIFE+Iberlince.
"La primera valoración de sus condiciones físicas es buena, aunque ha perdido bastante peso, y las analíticas indican que está bien, a falta de las pruebas infecciosas para saber si ha contraído alguna enfermedad", detalla también por teléfono Francisco Villaespesa, director de El Acebuche. Ahora mismo, Fran está "en cuarentena" y, si se certifica que está sano, volverá a su recinto en semilibertad, de unos 500 metros cuadrados.
Capturan a Fran, el #linceibérico que faltaba por localizar del centro de cría #ElAcebuche tras el #IFMoguer https://t.co/qBkn9Gnh8N
— Life+IBERLINCE (@iberlinceEU) July 19, 2017
El pasado 25 de junio, cuando el fuego tocó a la puerta de Doñana, se decidió la evacuación urgente de El Acebuche, uno de los dos centros de Parques Nacionales que forma parte del programa de cría que se desarrolla en España y Portugal. En apenas una hora, lograron capturar a 14 ejemplares (cinco crías y nueve adultos) pero no a otros 13 adultos, a los que se les abrió las puertas para que pudieran huir de las llamas que se acercaban peligrosamente al recinto. Uno de los que sí fueron cazados y transportados murió a causa del estrés que le supuso. Se llamaba Homer y era una de las hembras más productivas del programa.
Al día siguiente, fueron rescatados 11 de los 13 linces. Algunos, ni siquiera habían salido de las instalaciones. A lo largo de esa jornada también se halló el rastro de los dos ejemplares que quedaban y el 28 de junio se dio con uno, una hembra de 13 años llamada Aura. Tras recuperarla, solo les falta el huidizo Fran. A diferencia de los linces que son reintroducidos en la naturaleza, los que están en el programa de cría no llevan collar con geolocalizador. Durante casi un mes, lo han estado buscando sin cesar en el entorno, donde técnicos del centro y de Iberlince le seguían los pasos con la ayuda del guía del parque José María Galán. También instalaron numerosas jaulas trampa y cámaras de "fototrampeo" con orina de lince, que se activan cuando pasa algún animal. En este tiempo, se habían encontrado rastros de Fran, pero hasta ayer no se le había visto el pelo.
"Estábamos detrás de 'Fran' a ver si lo localizábamos. Habíamos visto huellas y suponíamos que era él porque, como está cojo, deja un rastro especial", explica Simón. A primera hora de este miércoles, técnicos del proyecto lo avistaron en la carretera HU-4200 que va al Centro de Defensa Forestal Los Cabezudos, "a unos ocho o diez kilómetros del centro". Una vez notificado el avistamiento a El Acebuche, los técnicos montaron un dispositivo conjunto de captura y pudieron atraparlo y trasladarlo al centro de cría. ¿Fue difícil? "Es nuestro trabajo. Lo cogimos en menos de una hora", responde riendo Simón. "Ha llevado mucho tiempo y esfuerzo, pero lo hemos logrado", se felicita Villaespesa.
Está en los huesos. Los problemas físicos del pobre Fran "le habrán hecho muy difícil cazar", supone Simón. Se trata de un ejemplar "muy viejito", de unos 15 años, de los que ha pasado 14 en cautividad. En el campo, estos delicados felinos viven no más de 15 o 16 años. "Fue capturado por una lesión en septiembre 2003 en Cardeña —en Sierra Morena, en el término municipal de Andújar (Jaén)—. Tenía una pata rota, posiblemente por un cepo", recuerda Simón. Su primera casa fue el centro de Recuperación de Especies Amenazadas de Los Villares (Córdoba) y, en enero 2005, ingresó en el programa de cría. Como este funciona con centros en red, fue llevado primero a El Acebuche, en 2006 se mudó al Zoo de Jerez y en noviembre de 2016 regresó a El Acebuche.
Fran, muy querido al ser uno de los ejemplares más veteranos del programa, no les ha dado hijos. Villaespesa matiza que tuvo "cuatro crías malogradas", muertas todas a los pocos días de nacer. "Este año lo hemos intentado, pero nada. Lo emparejamos con 'Gitanilla', tuvieron cinco cópulas pero no quedó embarazada", se lamenta el responsable de El Acebuche. Simón añade que es "muy mayor y es complicado" que lo logren, al ser un ejemplar que necesita rehabilitación.
Ya ha pasado un mes desde el incidente y todos los linces de El Acebuche, 21 adultos y cinco cachorros, se encuentran "bien", detalla Simón. "El centro volvió a la normalidad en apenas 24 horas. El desalojo y el manejo del traslado produjo cierto descontrol pero los animales, una vez en su entorno y en instalaciones adecuadas, enseguida se tranquilizaron. No se ha registrado ningún incidente ni con los adultos ni con los cachorros", indica Simón. "Ninguno de los linces presenta problemas de comportamiento, físicos o sanitarios", corrobora Villaespesa.
Sin embargo, poco ha durado la alegría entre los que luchan por salvar al lince, el felino más amenazado del planeta. El mismo día en el que Fran volvía a casa, otros dos ejemplares perdieron la vida. Uno murió atropellado en la A-4 a su paso por Andújar, el sexto que fallece tirado en una carretera en Andalucía en 2017. Los restos del animal, una hembra que no estaba radiomarcada y cuya edad es difícil de determinar por el estado en el que se encontraba el cuerpo, fueron localizados en el kilómetro 315 de la autovía, en el tramo de Andújar a Bailén, según una portavoz del programa Iberlince. El segundo es un cachorro hembra de apenas cuatro meses, procedente de la camada de Lechuza. También ha muerto atropellada en la carretera EX-103, en el Valle del Matachel (Badajoz).
El lince ibérico cuenta con 483 ejemplares repartidos por Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal, según el último censo, que data de 2016. Este año han nacido 45 ejemplares en la red de centros de cría del programa de conservación ex-situ, 37 de los cuales siguen a día de hoy vivos, según Miguel Ángel Simón.
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