Los 14 linces que acabaron en una comisaría para escapar del incendio de Doñana
Los técnicos evacuaron el centro de cría y se llevaron a algunos animales a las dependencias de la policía local de Matalascañas
Tuvieron poco más de una hora para evacuar. Y en ese escaso tiempo pudieron capturar 14 linces ibéricos, cinco crías y nueve adultos. Los técnicos tiraron de cerbatanas con dardos anestesiantes, jaulas trampa y hasta cazamariposas gigantes para coger al mayor número de ejemplares de este veloz felino. Pero no les dio tiempo a hacerse con todos los animales que había en el centro de cría en cautividad de El Acebuche (Huelva). Y se dejaron atrás a 13 linces adultos más.
La orden de evacuación llegó a este centro —el primero que entró en el programa ex situ del lince— pasadas las tres de la tarde del domingo. "El humo se veía ya", recuerda uno de los técnicos sobre el momento frenética evacuación. El enorme incendio de Doñana, declarado la noche del sábado, también amenazaba a esta especie que hizo de este parque su reducto durante décadas.
Los técnicos aplicaron el protocolo para estos casos lo más rápido que pudieron: capturar el mayor número de ejemplares y, al resto, dejarle las puertas de las instalaciones abiertas para que pudieran salir si las llamas llegaban. Por suerte, no alcanzaron El Acebuche, que este lunes estaba intacto. Por la mañana los técnicos pudieron regresar. 11 de los 13 animales que se tuvieron que dejar atrás fueron localizados e introducidos de nuevo en las instalaciones. Algunos, ni siquiera las habían dejado.
No se temía por la vida de los dos linces no localizados todavía. "Son animales muy apegados al lugar en el que han nacido", explican fuentes del programa. A diferencia de los linces que son reintroducidos en la naturaleza, los que están en el programa de cría no llevan collar con geolocalizador. En el entorno del centro se instalaron este lunes ocho jaulas trampa para atrapar a los dos animales que faltaban.
Hembra fallecida
Por el camino sí se quedó uno de los ejemplares capturados, una hembra reproductora, que son las más valiosas porque son fundamentales para evitar la extinción del felino más amenazado del planeta. Murió el domingo. El propio programa ex situ anunció la madrugada del lunes la muerte de esta hembra —llamada Homer—. Falleció "probablemente por el estrés" que sufrió "durante la captura y el transporte".
Porque si la captura fue estresante, no menos lo fue el transporte. Los técnicos, explican las mismas fuentes, tuvieron que meter a los ejemplares en coches y todoterrenos y salir pitando. Se fueron hasta Matalascañas, ya que las carreteras que permitían salir de la zona del gran incendio sufrían ya cortes intermitentes. Decidieron llevarse los animales a la comisaría de la Policía Local, donde pasaron la noche, indican fuentes del programa.
Miguel Delibes, uno de los mayores expertos en el lince y presidente del Consejo de Participación de Doñana, explica que una de las razones por las que se decidió crear una red de centros de cría fue el riesgo de una catástrofe como, por ejemplo, un incendio. "No podíamos tener todos los huevos en la misma cesta". Por eso ahora hay cinco repartidos por España y Portugal. El Acebuche fue el primero que se creó y el que vio nacer a la primera cría en cautividad en 2005. Desde entonces, este programa ha sido clave para alejar al lince de la extinción a la que parecía condenado a finales del siglo pasado.
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