El Supremo ejecuta la condena y expulsa a Homs del Congreso

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Homs seguirá en su escaño hasta que el Congreso reciba la orden de ejecutar su sentencia

Francesc Homs abandonó este miércoles el Congreso, expulsado por la sentencia del Tribunal Supremo que le condena a 13 meses de inhabilitación por desobediencia. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, recibió el auto del Supremo ejecutando la condena y exigiendo que dejara el escaño inmediatamente. Después, un ujier se lo notificó personalmente y Homs abandonó el hemiciclo.

El hasta ahora portavoz del PDeCAT (antigua Convèrgencia) en el Congreso de los Diputados es el primer dirigente catalán al que se le ejecuta la sentencia por desobedecer al Constitucional y mantener la consulta del 9-N pese a estar suspendida.

Los dos últimos días ha ocupado su escaño pero este jueves ya no lo hará, lo que ha provocado cierta extrañeza al diputado porque el Pleno empieza el martes y termina el jueves. Es decir, lo abandona antes de terminar y sin que esté garantizado que se incorpore ya el siguiente de la lista de su partido. De hecho, este jueves se votan asuntos que han sido debatidos en presencia de Homs pero él no podrá votarlos. Fuentes del PDeCAT aseguran que su sucesor como portavoz podría ser el diputado Carles Campuzano.

Homs compareció ante los medios de comunicación con los parlamentarios de su partido, los de ERC y los del PNV para asegurar que “defender según qué ideas tiene consecuencias penales”. “Lo que se ha iniciado en Cataluña no lo van a inhabilitar ni condenar”, aseguró Homs. El dirigente del PDeCAT rechazó “por dignidad” pedir el indulto al Gobierno central.

Joan Tardà (ERC) expresó su “máxima solidaridad” y denunció “la violencia judicial que se ejerce contra la ciudadanía de Cataluña que quiere decidir su futuro”. Y se comprometió a que haya una consulta en la segunda quincena de septiembre.

Homs recurrirá al Tribunal Constitucional pero ese recurso no es suspensivo, es decir, no impide que se ejecute la sentencia. En su caso, además, la sentencia es firme porque, al ser aforado, le juzgó el Tribunal Supremo sin posibilidad de tener una segunda instancia a la que recurrir.

De hecho, en el caso hipotético de que el Constitucional aceptara su recurso de amparo ya no tendría efectos prácticos porque ya habría perdido su escaño. Obviamente, el cumplimiento de los 13 meses tampoco le permitirá volver al Congreso en esta legislatura.

Es el segundo diputado obligado a abandonar el Congreso tras ser inhabilitdo por el Supremo. El anterior fue el socialista José Barrionuevo, condenado por el caso GAL.