Primavera, la estación más difícil para los meteorólogos
En esta época de baja predecibilidad, vacaciones y bodas y comuniones, un error se paga caro
Entramos en una época turbulenta en lo que a lo meteorológico se refiere. El aumento de la duración de los días incrementa la energía disponible para poner la atmósfera patas arriba. Para entender este caos conviene conocer algunos detalles.
Las distintas primaveras
Dependiendo si la primavera la define un astrónomo o un climatólogo tiene un comienzo y un fin diferente.
Para un astrónomo, la primavera comenzará con la hora exacta del equinoccio, y terminará en el solsticio de verano. La primavera comenzó el pasado lunes día 20 de marzo a las 11:29 horas. El solsticio de verano será el 21 de junio a las 6:24 horas, así pues tendremos 92 días 18 horas primaverales.
Los equinoccios y los solsticios varían levemente pudiendo tener lugar entre 19 y el 21 de marzo los primeros, y el 19 al 21 de junio los segundos.
Debido a esto cambios y para facilitar los estudios estadísticos, los climatólogos definen primavera como los meses completos que la forman, es decir, la primavera climatológica comenzó el 1 de marzo y terminará el 31 de mayo. Así pues, si se consulta algún mapa climático o alguna predicción estacional, las primavera estará reseñada con las siglas MAM, que corresponden al las iniciales de los meses.
Los días son mas largos y el cambio de hora
El comienzo de la primavera no indica de forma precisa el momento en la que la longitud del día y la noche son iguales. Este día, conocido como equilux, tuvo lugar el pasado 17 de marzo. A partir pues del equilux la longitud del día crece.
Tratando de aprovechar las horas de sol, y reducir el consumo en eléctrico destinado a iluminación, el ultimo domingo de marzo en todos los países de la Unión Europea entrara en vigor el horario de verano. Este adelanto de una hora a las dos de la madrugada (hora peninsular española) estuvo motivado por la primera crisis del petróleo en 1975 y desde 2001 se estableció como una directiva europea.
La baja predecibilidad de la primavera
La primavera es una etapa de transición entre el invierno y el verano. Desde el punto de vista meteorológico, estas épocas de transición y de cambio se caracterizan por la volubilidad de las situaciones meteorológicas. Un ejemplo claro lo hemos tenido esta semana con la aparición de la nieve, mientras que en semanas anteriores las temperaturas máximas batían récords para la época o se producían tormentas severas que daban lugar a inundaciones. Cuando las situaciones son tan caóticas y cambiantes, la dificultad para generar predicciones certeras se incrementa. Desde el punto de vista técnico, la primavera pues es una época de baja predecibilidad.
La primavera época de celebraciones religiosas y vacaciones
Coincidiendo con el primer domingo después de la primera luna llena de primavera se celebra en la tradición católica el Domingo de Resurrección. Dado lo cual, la Semana Santa, comenzara el domingo anterior, Domingo de Ramos. El cambio de fecha de la Semana Santa, es debido pues a los ciclos lunares, siendo la primera luna llena de la primavera el próximo 11 de abril. Además de la Semana Santa, también es época de bodas y primeras comuniones.
Además este periodo coincide con el primer periodo vacacional extenso tras el largo invierno, y quien más quien menos, está deseoso de hacer una visita al mar o la montaña.
Dada la gran variabilidad del tiempo meteorológico, junto a que la mayoría de las celebraciones y actividades se realizan al aire libre, estos meses son los más difíciles para los meteorólogos. Un fallo en la predicción en estas fechas equivale a un error infantil de un guardameta en la final de la Champions. Por muy buen portero que sea el resto de su vida deportiva siempre será señalado por fallo.
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