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Los aspirantes a dirigir el PSOE pugnan por la bandera de la socialdemocracia

Quién representa mejor a la socialdemocracia o quién es más genuinamente socialista serán criterios sobre los que se disputará la secretaría general

Quién representa mejor a la socialdemocracia, quién es más genuinamente socialista y quién puede recuperar al electorado perdido. Esos serán los criterios sobre los que se disputará la secretaría general del PSOE. El proyecto presentado por Pedro Sánchez, que él define como “autónomo y de izquierdas”, ha provocado una fuerte réplica en líderes territoriales que lo consideran “radical” y ajeno al PSOE. El entorno de Sánchez pide no cerrar los ojos al porqué del declive electoral, por la izquierda, del PSOE y de la socialdemocracia europea.

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La Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.Jose Antonio Garcia Cordero
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Todos en el PSOE somos de izquierda”, proclamó ayer la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Esta declaración de principios no sobra en ese partido donde se libra una batalla a campo abierto sobre si esa organización ha dejado de estar en el campo de la izquierda tras la abstención ante la investidura de Mariano Rajoy. Esa bandera la agita Pedro Sánchez, que se presenta ante los militantes como el candidato a liderar el PSOE para que vuelva a ser “autónomo y de izquierdas”. Los líderes territoriales le tildan de “radical” y ajeno al PSOE que ha conseguido atraer durante años a una mayoría social que le ha permitido gobernar.

El contenido del documento presentado por Sánchez, llamado “Por una nueva socialdemocracia”, ha dado pie a líderes territoriales muy enfrentados con el ex secretario general para echarlo por tierra por sus contenidos. Aun así, en el terreno contrario a Sánchez, se reconoce que no va a ser un adversario fácil porque “quiere monopolizar el sentimiento de izquierda del partido, sabiendo que el corazón de los militantes está más a la izquierda que los dirigentes”. Esta afirmación de un secretario regional es compartida por algunos de sus compañeros.

La bandera de la izquierda, la defensa del Estado plurinacional para acercarse a los militantes del PSC y situarse “como víctima de las élites del partido” constituye la tripleta en la que, según quienes apoyan a la presidenta andaluza, descansa la campaña de Sánchez. En el entorno del secretario general no lo niegan aunque se enfatiza en que no son banderas falsas sino compartidas por la mayoría de los militantes. Su apuesta por el no a la investidura de Rajoy le va a servir para continuar con el ataque a la gestora y a la eventual candidatura de Díaz por propiciar un Gobierno de la derecha.

“El modelo de sociedad, de país y de partido que propone Sánchez no es el del PSOE”, declaró ayer a EL PAÍS el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, como antes sostuvieron los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page. A todos ellos, ese modelo les sugiere que Sánchez presenta un modelo “radical”.

Volver a ganar

No lo comparte en absoluto el economista y jurista Manuel Escudero, uno de los principales redactores, junto al catedrático José Félix Tezanos, del documento que Sánchez presentó el pasado lunes. “No estamos reinventado la socialdemocracia sino que utilizamos sus principios para adaptarlos a la sociedad diferente”, declara a EL PAÍS. “Hay que embridar al capitalismo económico y financiero y es una realidad que el PSOE ha perdido millones de votos que se han ido a otro partido, Podemos, con el que no compartimos muchas cosas, pero es una realidad”, señala.

Se trata de volver a ganar las elecciones, dice Escudero. La victoria electoral y, por tanto, volver a conectar con una mayoría social, es el asidero discursivo de la presidenta andaluza, que aún no ha presentado su candidatura. Cuando, como se prevé, lo haga tomará como modelo el partido que consiguió hacerse con una mayoría social repetidamente con Felipe González y en dos ocasiones con José Luis Rodríguez Zapatero. Pero el éxito de Sánchez entre los militantes con la dicotomía entre “dirigentes y militantes” y “derecha e izquierda” no le permitirá eludir esas dicotomías. “En el PSOE todos son socialistas y de izquierda”, afirmó ayer en Canal Sur Radio. “No voy a consentir que nadie haga divisiones y enfrente a socialistas con un debate maniqueo”. Eso es exactamente lo que ocurre en las filas socialistas, al menos, entre muchos militantes.

Como es habitual, la presidenta de Andalucía no ha respondido a la pregunta de si presentará su candidatura a la secretaría general del PSOE. Sus numerosas apariciones públicas hasta primeros de marzo estarán relacionadas con el Día de Andalucía, que se celebra el 28 de febrero pero cuyos actos se prolongarán hasta el 4 de marzo. “Vamos a tener tiempo en los próximos días de hablar de quiénes están dispuestos a dar un paso adelante que tengan respaldo de los compañeros y yo hablaré en ese momento, evidentemente, ahora mi compromiso y orgullo es mi tierra”, avisó. No ocultó que la división interna es el principal obstáculo para la recuperación de su partido. El PSOE debe situarse en un espacio mayoritario que está “entre el dejar pasar el tiempo de Rajoy y la radicalidad de Podemos”.

Controversia por la plurinacionalidad

Este párrafo del documento presentado por Pedro Sánchez ha levantado un revuelo considerable: “Una reforma constitucional federal, manteniendo que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, debe perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución”. Ese artículo alude a la unidad de España, pero también al reconocimiento de nacionalidades y regiones, recalca Manuel Escudero, uno de los ponentes del texto. “Pedimos que se lea con serenidad. Hablamos de plurinacionalidad porque las nacionalidades, como concepto cultural, ya está en la Constitución”. Sobre este apartado y los más polémicos pide a sus compañeros del PSOE que “no tergiversen ni manipulen”, sino que se debata.

Por medio de enmiendas a la ponencia marco todos estos postulados se debatirán. La petición de mil euros de salario mínimo lo marca La Carta Europea, así como aproximarse a las 30 horas laborales. “No es para mañana sino para marcar la pauta para próximos años, como siempre ha hecho la socialdemocracia”, se defiende Escudero frente a quiénes creen que esas propuestas son irrealizables.

De sus propuestas habló anoche Sánchez en Burlada, Navarra, en un acto con los militantes. “El futuro del PSOE y el de España pasa por unir a toda la izquierda, no por unirse a la derecha”, les dijo. “Sí, nuestro color favorito es el rojo. El rojo del PSOE”. Patxi López ha estado en las últimas horas en Aragón y estará la próxima semana en Cataluña.

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