Tengo un explosivo en casa
Casi 200 artefactos de artillería de la Guerra Civil fueron desactivados en Galicia en 2016, la mayoría en casas habitadas
En un intervalo de 15 días, los efectivos del Tedax del Servicio de Desactivación de Artefactos Explosivos de la Guardia Civil han destruido dos proyectiles de artillería de la Guerra Civil que fueron localizados en el interior de dos casas, en el municipio pontevedrés de Ponteareas de poco más de 23.000 habitantes.
El 2 de febrero, un hombre llamó a la Guardia Civil española al encontrar un artefacto de casi un metro de longitud y 116 kilos de peso cuando hacía obras de reforma en una vivienda que acababa de comprar. El proyectil de uso militar y fabricación nacional tenía unas características similares a los utilizados en la Guerra Civil y presentaba un calibre poco común.
Al parecer, este tipo de munición solamente la utilizaban los cañones que montaban exclusivamente algunos navíos de guerra prototipo pertenecientes a la Armada Española, como es el caso del buque Canarias, según confirmaron fuentes del instituto armado.
La intervención de los Tedax volvió a repetirse la pasada semana cuando el propietario de otro inmueble comunicó un segundo hallazgo. Según el informe elaborado por los especialistas en munición, también se trata de un proyectil de uso militar utilizado durante la contienda española, de 105 mm de calibre y 41 centímetros de longitud. El artefacto conservaba en su interior toda la carga y estaba en buen estado de conservación.
Pero los vestigios bélicos localizados en Galicia no son aislados. De hecho, en 2016, los especialistas en desactivación de explosivos de la Guardia Civil resolvieron 17 incidencias relacionadas con la aparición de artefactos de este tipo, 12 en la provincia de Pontevedra, y otras cinco en la de Ourense.
Estas actuaciones, solo durante el pasado año, permitieron destruir casi 200 artefactos como detonadores pirotécnicos, granadas de mano o de mortero, bengalas y proyectiles de artillería de diferentes calibres. Un peligro potencial del que han alertado los especialistas en remozar y neutralizar explosivos de la Guardia Civil en sendos comunicados difundidos los últimos días.
En ellos se informa de las precauciones que cualquier ciudadano debe adoptar ante la posibilidad de que se localicen más proyectiles similares: “la forma de actuar ante el hallazgo de algún artefacto explosivo consiste en no tocar, ni manipular el objeto y avisar de inmediato a la Guardia Civil a través del teléfono 062”, alertan desde la Comandancia de Pontevedra.
Los hallazgos coinciden con la condena de cuatro años de prisión impuesta por la Audiencia de Ourense a un hombre que tenía en casa un auténtico arsenal de armas de guerra y munición escondidas en el armario de su dormitorio.
Carlos Antonio M. A., de 58 años, vecino de la localidad orensana de Listanco (Maside), había caído en una redada contra el contrabando ilegal de alcohol adulterado con espesantes industriales. La operación desplegada en noviembre de 2014 permitió a la Guardia Civil toparse con el sorprendente zulo.
Entre las armas intervenidas, y cuya tenencia está prohibida para particulares, aparecen cuatro fusiles de asalto Cetme que emplea el Ejército español, una escopeta semiautomática, otras catorce pistolas de diferentes marcas y un revólver totalmente operativas, además de una granada de mortero de 50 mm aunque vacía de elementos explosivos.
Por si esto fuera poco, el arsenal se provisionaba de un total de 1.833 cartuchos, completos y operativos, otros 118 troquelados, también en perfecto estado para ser detonados, y cuatro puñales con hoja de 9 y 10,5 centímetros, igualmente clasificados como armas prohibidas.
El acusado insistió durante el juicio que las armas las había heredado y que no pretendía utilizarlas. “No tenía mala intención, las armas no tenían los cargadores puestos y en el salón tenía dos pistolas de fogueo”, dijo al tribunal haciendo uso de la última palabra.
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