El virus que afecta a todos y que solo combaten las mujeres en España
La vacunación de hombres es clave para acabar con la cadena de contagios del papiloma humano
El virus del papiloma humano (VPH) causa el 99,9% de los casos cáncer de cuello de útero. La vacuna contra los tipos más agresivos de este virus se suministra a mujeres en España pero no a los hombres. Ellos también pueden padecer esta enfermedad, en el pene o en el ano, pero del total de los tumores asociados al VPH solo el 10 % les afecta a los hombres mientras que a ellas un 90%, según la publicación científica The Lancet. La principal vía de infección son las relaciones sexuales por lo que la inmunización de varones es clave para que baje la incidencia. Irene Z., tenía 26 años y una relación monógama de dos años cuando en una revisión ginecológica le detectaron el VPH. Tras el diagnóstico, los médicos le informaron sobre la vacuna y le recomendaron que evitase fumar, pero no le informaron sobre las medidas que debía tomar su pareja sexual, un varón. “Entiendo que él también lo tenía. Si él era portador y yo me curaba me lo volvería a contagiar, tanto él como otros muchos hombres”, explica.
La vacuna contra el VPH se empezó a administrar en España hace diez años y en 2016 se ha conseguido que el 80% de las niñas, alrededor de un millón de entre 11 y 14 años, estuvieran vacunadas. En el caso de los varones menores, la inmunización no está incluida en el calendario de vacunación. “En Australia, Estados Unidos y Austria se vacuna a los niños y hay evidencias científicas de que esta medida reduce las infecciones”, explica la doctora Silvia de Sanjosé, investigadora del papilomavirus en el Instituto Catalán de Oncología. Aunque las posibilidades de que los hombres desarrollen cáncer son drásticamente inferiores a las de las mujeres se favorecería que el número de contagios, de un virus que puede generar una enfermedad muy grave en las mujeres, descendiera.
Los cambios de los hábitos sexuales son otra de las causas de la expansión de este virus. “El 30% de los chicos y las chicas de 18 años reconocen haber tenido al menos cuatro parejas sexuales diferentes, esto supone un cambio respecto a la generación anterior”, explica la experta. A esto hay que sumarle el aumento de los divorcios, porque los cambios de pareja favorecen la expansión del VPH de unos a otros. Pero que haya infección no implica que haya enfermedad y el elevado número de casos positivos en mujeres jóvenes no debe sembrar falsas alarmas. Alrededor del 20% de las menores de 20 años tienen el VPH pero esta realidad no preocupa a los expertos que aseguran que en la mayoría de los casos su sistema inmunológico lo eliminará.
“El virus lleva ahí toda la vida pero desde 1992 sabemos que es el causante de cáncer de cérvix y somos capaces de detectarlo con facilidad, por eso da la sensación de que hay una oleada de casos nuevos. Pero tener el virus no es sinónimo de tener cáncer”, explica el ginecólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Pluvio Coronado.
“Casi todo el mundo que es sexualmente activo se contagiará alguna vez en su vida. La persistencia del virus en los genitales lo que tenemos que controlar, ya que puede generar lesiones en las células y por tanto cáncer”, explica Sanjosé. El riesgo de padecer esta enfermedad aumenta cuando la paciente es mayor de 35 años. En estos casos, el virus puede convertirse en crónico ya que el sistema inmunológico no responde como en los jóvenes infectados. Entre el 5% y el 10% de las mujeres de 35 a 65 años tienen este virus y son los casos que hay que seguir de cerca.
La citología, que se practica cada tres años en la sanidad pública, es efectiva para detectar las lesiones, pero no para saber si hay o no presencia del virus. Es el caso de Natalia M. , de 27 años, una joven afectada de VPH que recogió los resultados de su citología sin que el médico le alertara de ningún problema. A los 15 días le aparecieron unas verrugas en los genitales, volvió al especialista y dio positivo en la prueba de VPH. Le explicaron que este test no se realiza en las revisiones rutinarias. La joven siente la misma contradicción que Irene Z. “Si yo tengo el virus y me curo pero mi pareja, que no se vacuna, me lo vuelve a pegar, ¿qué ganamos? Es un círculo vicioso y no me lo quito de la cabeza”.
Los dos expertos cuentan que un grupo técnico, promovido por el Ministerio de Sanidad, ha elaborado una propuesta, que está a un paso de ser aprobada, para que esta prueba específica se incorpore y se practique cada cinco años en mujeres de entre 35 y 65 años. De esta forma se estaría más cerca de detectar los casos susceptibles de desembocar en cáncer de cérvix.
Cada año se diagnostican en España alrededor de 2.500 casos de cánceres de cérvix y mueren alrededor de 600 mujeres por esta causa, según datos de 2015 de la Sociedad Española de Oncología Médica.
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