Errejón intenta ganar tiempo y sus afines le animan a dar la batalla
“La derrota burocrática no esconde la victoria moral y la demostración de fuerza", dicen los errejonistas tras las primarias de Podemos Madrid
Los planes del número dos de Podemos, Íñigo Errejón, se han convertido en la principal incógnita de los equilibrios de la formación tras la victoria del candidato oficialista, Ramón Espinar, en las primarias de Madrid. El secretario político busca ganar tiempo antes de enseñar sus cartas con vistas al próximo congreso nacional, previsto para principios de 2017. El grupo de afines al dirigente se ve legitimado por el resultado de Rita Maestre, que perdió ante Espinar, para dar la batalla.
La portavoz del Ayuntamiento logró más del 40% de los votos y perdió por menos de 2.000, lo que, según el sector errejonista, supone una “demostración de fuerza” ante el pacto del senador con la corriente anticapitalista. “En Madrid hemos tenido una derrota burocrática, pero no política”, opinan estas fuentes. ¿Cómo se va a traducir ese resultado en los planes concretos de Errejón? De momento, el portavoz parlamentario de la formación no ha dado pistas, aunque su entorno está dispuesto a defender su proyecto para evitar, dicen, que el partido se convierta en “una Izquierda Unida refundada”. Así ven el proyecto encabezado por Espinar, cuya victoria, en cualquier caso, facilita el trabajo a Iglesias para fortalecer su posición en el próximo congreso, ya bautizado como Vistalegre 2.
Errejón no ha tomado abiertamente partido por Maestre pese a ser el principal referente de la candidatura. Lleva más de dos meses —desde que se abrió ese proceso en la Comunidad de Madrid— esquivando las preguntas sobre sus intenciones, pero el sector más próximo a él ha dejado claro que hará lo posible para que la dirección de Podemos no se convierta en un órgano unánime en torno a las tesis de Iglesias. La disputa ideológica y de poder que mantienen ambos enfrenta un modelo de partido más duro e impugnatorio con el sistema con otro más amable en las formas y con un mensaje más transversal.
Tres opciones
El número dos, que antes de estas primarias había descartado disputar el liderazgo a Iglesias, tiene ante sí varias opciones. En primer lugar, tirar la toalla y no hacer nada. En segundo lugar, competir directamente con el líder, lo que parece improbable. Y en tercer lugar, tratar de influir en el proyecto político de los próximos años, bien por la vía del convencimiento o bien por la defensa de una ponencia propia en el congreso. Los números de Madrid, según su entorno, le otorgan legitimidad. Lejos de que la derrota de Maestre haya causado abatimiento, el sector errejonista asegura que sus ánimos están muy altos. “No se pierde la perspectiva”, señalan. “Estar a punto de ganar solo con nuestra gente de Madrid, y en una campaña en positivo y de ilusión, a todo el aparato a nivel estatal, [PABLO]Iglesias incluido, más IU, Anticapitalistas, etcétera, es una demostración de fuerza que nos da muchísimos ánimos”, continúan desde esa candidatura.
“La derrota burocrática no esconde la victoria moral y la demostración de fuerza”, apuntan en el sector afín a Errejón, que se ha dedicado el fin de semana a reflexionar en grupo sobre lo ocurrido. Creen que en la batalla de Madrid no pusieron todas sus armas encima de la mesa frente a los pablistas. Errejón, por ejemplo, no se involucró públicamente en favor de Maestre, como sí lo hizo de forma más evidente Iglesias. “La pregunta que debería hacerse la gente es: ¿Cuánta más carne en el asador pueden poner ellos? ¿Y nosotros?”, inquieren. Fue, opinan, una competición desigual. “Es una prueba de que podemos confiar en los inscritos de sobra”. Eso les motiva para dar la batalla por el proyecto que creen que necesita el partido.
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