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La manifestación que llama a rodear el Congreso divide a Podemos

Toda la formación apoya la movilización, pero la protesta reaviva el debate sobre cómo estar la calle

El Rey y Pablo Iglesias, este martes.Foto: atlas | Vídeo: J. C. H. (EFE) / ATLAS

La manifestación que llama a rodear el Congreso durante la segunda votación del debate de investidura de Mariano Rajoy, fijada para el sábado, divide el grupo parlamentario de Unidos Podemos. El líder del partido, Pablo Iglesias, apoya la movilización y afirmó que se acercará a saludar. El sector más próximo a Íñigo Errejón también la apoya, pero lleva semanas haciendo hincapié en la importancia de la oposición dentro el Parlamento.

El debate que tensa a Podemos desde hace semanas gira en torno a la oportunidad de centrar su actividad en las instituciones o alentar las próximas movilizaciones sociales. Todos los dirigentes de la formación niegan que haya contradicción entre estas dos tareas. Pero los sectores encabezados por el secretario general y por su número dos tiene distintas formas de encarar su trabajo en la oposición durante la segunda legislatura de Rajoy. Iglesias insiste en multiplicar su presencia en la calle, mientras que Errejón recuerda que el mandato que el pasado 26 de junio obtuvieron con cinco millones de votos les obliga a “ser útiles”. Y esa utilidad no se da solo en la protesta, sino en las instituciones. Estas posturas reflejan también algunas de las diferencias que afectan a las candidaturas territoriales de Podemos e Izquierda Unida, convertida en un aliado electoral más.

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Iglesias se mostró este martes, tras su reunión con el Rey, de acuerdo con el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, quien el lunes anunció a Felipe VI un nuevo ciclo de movilizaciones y adelantó que participará en la concentración que llama a rodear el Congreso en señal de protesta contra la investidura de Rajoy, cuyos convocantes califican de “ilegítima”. El líder de Podemos evitó asumir ese apelativo, pero destacó que cree “saludable” que los ciudadanos se manifiesten. “Me parece saludable que los ciudadanos ejerzan sus derechos civiles. En 1921, una de las primeras movilizaciones de mujeres sufragistas definidas como un movimiento feminista reclamó el voto frente al Congreso”, dijo. “Los diputados”, agregó, “no tienen restringidos sus derechos civiles y es frecuente y normal que puedan participar en movilizaciones”. “Las redes están inundadas de dirigentes del PP encabezando pancartas en manifestaciones”, zanjó. “Si tengo ocasión, saludaré la movilización, pero el protagonismo es de la gente”.

Desmarque

Compromís, la coalición valenciana aliada de Podemos que se integró finalmente en el Grupo Mixto, también se desmarca de esta movilización. Su portavoz, Joan Baldoví, lo explica en declaraciones a EL PAÍS. “Nosotros, aunque compartimos la indignación con mucha gente, cumpliremos con nuestra obligación: estar dentro para decir a Rajoy dos veces no”. Los 12 diputados de En Comú Podem, la alianza catalana de Iglesias, en cambio, no han decidido todavía qué hacer.

En las filas de Podemos, en cambio, son los llamados errejonistas quienes recuerdan que el ciclo político ha cambiado y que la España de hoy no es la del 15-M. Y que la crisis del PSOE y el desmoronamiento del sistema tradicional de partidos requiere actuar reflexionando cada paso. El sector de Errejón quiere evitar la identificación del trabajo de oposición con una “resistencia” a Rajoy y busca la fórmula para crecer y atraer a los votantes socialistas decepcionados.

“Podemos nació tras una mayoría absoluta del PP que generó una decepción tremenda entre quienes se habían ilusionado con el 15-M”, explican en las filas errejonistas, “revelando que abrir brecha en las instituciones y mostrar que la gente puede gobernar y ser alternativa real era y es nuestra tarea”. “Desdeñar el trabajo parlamentario es un error que nos puede pasar factura. Si no conseguimos que las instituciones sean un lugar desde el que cambiar la vida de las personas no hay nada que hacer”, prosiguen. Pero Iglesias tiene serias dudas sobre el trabajo en un partido en la oposición. “Muchas veces el Gobierno convierte esos papeles en papel higiénico”, dijo, por ejemplo, sobre las proposiciones no de ley.

Iglesias y la "triple alianza"

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, acudió ayer a su quinta reunión con el Rey con una nueva imagen bajo el brazo. Ante la segunda investidura del líder del PP, Mariano Rajoy, el líder de la formación enterró formalmente las relaciones con el PSOE, al que hasta hace un mes había pedido un Gobierno de coalición, agitando el fantasma de una “triple alianza”. Se refería Iglesias —con ese símil que se remonta a la coalición entre los imperios alemán y austrohúngaro e Italia de finales del XIX— al PP, a Ciudadanos y al PSOE.

Afirmó que el enfrentamiento entre esas fuerzas será sobreactuado. Esto es, unos “garrotazos de cara a la galería”, a los que seguirán, en su opinión, “acuerdos estratégicos por la noche”. Con ese discurso el líder de Podemos pretende hacerse con el liderazgo de la oposición y ocupar, con vistas a las próximas elecciones, el espacio que tradicionalmente ha pertenecido al PSOE. Iglesias responsabilizó, además, a la comisión gestora de los socialistas y a Albert Rivera de ser cómplices de una agenda política, que calificó con las palabras “corrupción, ineficacia, recortes e inmovilismo”. En este contexto, Iglesias consideró muy difícil que el Congreso logre en esta legislatura una reforma constitucional.

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