El PSOE sacará adelante la abstención a Rajoy pero con un partido dividido
El previsible cambio de la posición política que aprobará el comité federal acentuará la fractura en el partido
La preocupación en la gestora del PSOE y en los líderes territoriales cercanos a ella aumenta según pasan los días por la división que genera entre los militantes el dilema de abstenerse o no en una investidura de Mariano Rajoy. Los números son favorables a que la abstención se imponga tanto en el comité federal, que se demorará hasta el domingo —solo un día antes de que el Rey comience la ronda de contactos para concluir si puede haber Gobierno—, como en el grupo parlamentario. Pero los impulsores de la abstención reconocen que una decisión tan traumática dejará una profunda huella en el partido.
Dos semanas después del convulso comité federal que culminó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general, aún no hay formalmente fecha para celebrar la siguiente reunión del principal órgano de decisión del PSOE entre congresos, el comité federal. Tampoco se ha producido una reunión del consejo político federal o consejo territorial, en el que se habrían evidenciado las diferencias entre los dirigentes regionales del partido.
La buena acogida general al presidente de Asturias, Javier Fernández, como presidente de la gestora no ha ido acompañada en la misma medida de progresos para convencer de que la abstención ante Rajoy no sería una claudicación ni un pacto. Sus impulsores ponen tintes catastróficos para el país y para el PSOE ante una repetición de las elecciones. Y aseguran que con un PP débil en el Congreso, como el de ahora, los socialistas pueden llevar la iniciativa en la oposición.
Estos son los términos en los que se expresan los cuadros medios del partido, defensores de esta opción, frente a los partidarios de mantener la resolución del comité federal del 28 de diciembre del año pasado, en la que se prohibía facilitar el Gobierno a Rajoy o cualquier otro candidato del PP. El debate se está produciendo en numerosas asambleas socialistas de toda España, en las que la división es un hecho. En las dos semanas transcurridas desde el tenso comité federal del 1 de octubre se ha constatado en las reuniones de las agrupaciones una fractura del PSOE casi en dos partes.
La mayoría de los presidentes autonómicos apuesta por la abstención. Se trata del propio presidente de la gestora y también de Asturias, Javier Fernández; Susana Díaz, presidenta de Andalucía; Javier Lambán, de Aragón; Ximo Puig, de la Comunidad Valenciana; Emiliano García-Page, de Castilla-La Mancha —que dimitió de la dirección de Sánchez, al igual que Puig, pero se mantiene en el no al PP a la espera de que se produzca el debate en los órganos del partido—, y Guillermo Fernández Vara, de Extremadura. Este último participa en las asambleas de su federación, la última con más de 300 asistentes, en las que se debate abiertamente sobre una u otra posición. La única presidenta autonómica del PSOE que se mantiene en un no rotundo es la de Baleares, Francina Armengol.
Borrell y Tapias firman para que haya un congreso
Josep Borrell, exministro y expresidente del Parlamento Europeo, se ha adherido a la iniciativa que impulsa el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, para que el congreso extraordinario para elegir al secretario general del PSOE se celebre con carácter inmediato. José Antonio Pérez Tapias, exportavoz de la corriente Izquierda Socialista y que concurrió a las primarias en las que resultó elegido Pedro Sánchez, también ha firmado para que se celebre un congreso "cuanto antes". Antes ya lo hizo Óscar Puente, alcalde de Valladolid.
Por su parte, Ramón Jáuregui, nombrado por la gestora portavoz en el Parlamento Europeo, es uno de los pocos dirigentes del PSOE que se ha pronunciado en público a favor de una abstención, en su caso de carácter “técnico”, a un investidura de Rajoy. El PP estaría a su vez “sometido a otra mayoría”, la de la oposición, en el Parlamento, fue su razonamiento. En términos similares se pronunció José Blanco, ministro y secretario de Organización con José Luis Rodríguez Zapatero, tras el último comité federal.
Consulta a la militancia
“Por coherencia con nuestros votantes y por la dignidad del partido no podemos facilitar el Gobierno al PP”, se escuchó el jueves en una numerosa asamblea en la agrupación de Murcia este, en la que se votó y ganó abrumadoramente el rechazo a la abstención. “Fue un clamor contra la abstención”, señala el secretario general de Murcia, Rafael González Tovar, uno de los líderes regionales afines a Sánchez. Una abstención ante Rajoy tendrá “efectos indeseables para el PSOE en las próximas elecciones”, afirma González Tovar, que cita a militantes y votantes para apoyar esta afirmación. Y así se lo ha dicho al presidente de la gestora, a quien muestra un gran respeto político y afecto personal.
El mismo afecto profesa Armengol a Fernández, lo que no impidió que la presidenta de Baleares le pidiera en la recepción en el Palacio de Oriente el 12 de octubre que se consulte a los militantes. Armengol considera que la abstención es “un viraje muy fuerte” y lo “suficientemente importante” para que se consulte a las bases.
Ese rechazo lo sostiene igualmente el secretario general de Castilla y León, Luis Tudanca, para quien abstenerse es un “suicidio”. También, la secretaria general de Madrid, Sara Hernández, la del País Vasco, Idoia Mendia, y Miquel Iceta, reelegido el sábado primer secretario del PSC. Su rival, Núria Parlon, estaba con Iceta en este asunto y ambos defienden que los siete diputados del PSC votarán en contra de una investidura de Rajoy.
“Si gana la abstención se abrirá una brecha profunda de representatividad entre la gestora y los militantes”, advirtió Parlon en Onda Cero. En esa línea, Iceta pide ser “coherentes”.
Mientras, Javier Fernández y el portavoz y secretario de Organización de la gestora, Mario Jiménez, apelan a la disciplina de voto. Fernández volverá a reunirse mañana con el grupo parlamentario: el pasado día 4 ya pidió “responsabilidad” a los diputados. El parlamentario vasco Odón Elorza cree que sería “una decisión inteligente” permitir la libertad de voto “por razones de conciencia”. En la misma línea, Iceta pide ser “coherentes”.
Tanto la secretaria general de los socialistas vascos, Mendia, como la navarra, María Chivite, sostienen el rechazo mayoritario de sus respectivas militancias a esa abstención, al tiempo que muestran su “lealtad” a la gestora. Eso no significa, sin embargo, que vayan a seguir sus dictados si es que los hubiera: se está a la espera de que se confirme el 23 de octubre como el día elegido para celebrar el comité federal en el que el PSOE se replanteará su posición respecto al PP. También, de saber el orden del día y la pregunta que se formularía a los delegados.
En la misma senda del no, con apelación a los militantes, están la presidenta de la gestora de Galicia, Pilar Cancela; la cúpula de La Rioja, cuyo secretario general es César Luena, número dos con Sánchez; y la secretaria general de Melilla, Gloria Rojas. No se decanta claramente la líder de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, que estaba en la ejecutiva de Sánchez y pide “actuar racionalmente y con inteligencia colectiva”. La decisión que se tome “no está exenta de riesgos”, reconoce.
En este clima se entiende que el portavoz de la gestora asegure que este órgano solo facilitará el debate, pero no defenderá ninguna opción. Eso corresponde al comité federal, cuya convocatoria se demorará, previsiblemente, al día 23. Jiménez recalca, eso sí, que solo se dirime entre elecciones sí o no.
Temor al “giro a la derecha” en otras elecciones
La gestora del PSOE interpreta el incremento de la distancia entre el PP y el resto de partidos, con casi 16 puntos sobre Unidos Podemos y 20 sobre el PSOE, que pasaría a ser tercero según el último sondeo de Metroscopia, como un motivo más para evitar otras generales. “Lo preocupante es el giro a la derecha que habría en este momento si se celebraran elecciones”, afirman fuentes de la gestora.
En el órgano que preside Javier Fernández creen que el comité determinará la posición del partido ante una investidura de Rajoy “pensando en lo mejor para España y el proyecto” socialista. Y confían en que el PSOE “seguirá siendo la referencia fundamental de la izquierda en España”.
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