El Supremo condena a un cabo del Ejército por acoso sexual a un subordinado

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de dos años y diez meses de cárcel a un cabo primero del Ejército por acosar sexualmente durante siete años a un cabo subordinado. La sala de lo militar confirma que fue autor de un delito de abuso de autoridad por trato degradante, por el que además deberá indemnizar con 3.000 euros a la víctima.

Los hechos se produjeron entre septiembre de 2007 y enero de 2014 en el destacamento El Vacar (Córdoba). Durante este tiempo, el cabo “soportó y no consintió” un acoso constante consistente en “proposiciones, expresiones, tocamientos e insinuaciones de índole sexual” por parte del cabo primero.

La sentencia detalla algunos de los episodios sufridos por la víctima cuando estaba a solas con su superior. En varias ocasiones le tocó el culo, le pidió que le hiciera una felación, se ofreció a hacérselas él y la retaba a salir del armario. “Cómo puedes decir que no te gustan los hombres si no lo has probado”, le decía. La víctima terminó denunciando los hechos a un suboficial en enero de 2014, tras lo cual estuvo dos meses y medio de baja por una crisis de ansiedad.

El Supremo, en una sentencia de la que ha sido ponente la magistrada Clara Martínez de Careaga, ha rechazado el recurso del cabo primero, que alegó que no había pruebas de lo ocurrido y se había vulnerado su presunción de inocencia. El alto tribunal considera, sin embargo, que el testimonio de la víctima, la declaración del acusado, la de “nada menos” que 17 testigos y la pericial de dos peritos confirman los hechos. Entre los testigos hay algunos que vieron las provocaciones e insinuaciones del acusado e incluso varios que aseguran haber soportado también el acoso sexual del cabo primero.

Los hechos, según los jueces, “describen de modo inequívoco un acoso sexual prolongado durante aproximadamente siete años” en los que el mando, “unas veces de manera explícita y otras de modo más velado, estuvo solicitando los favores sexuales de la víctima, insistiendo machaconamente en ello a pesar de las reiteradas negativas” del cabo.