El PP y Ciudadanos defienden bajar los impuestos y PSOE y Podemos, gastar más en sanidad y educación

Luis de Guindos (PP), Jordi Sevilla (PSOE), Nacho Álvarez (Unidos Podemos) y Luis Garicano (Ciudadanos), representantes económicos de los cuatro principales partidos, han participado este martes en el debate organizado por EL PAÍS. Se han enfrentado a cuenta de la calidad del empleo, pero también han discutido sobre el modelo económico que propone cada formación. Mientras el PP y Ciudadanos plantean rebajar los impuestos, con diferentes calendarios, para mantener el crecimiento económico, el PSOE y Unidos Podemos plantean subidas en diferentes figuras tributarias y aumentos del gasto social.

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Sevilla ha centrado sus ataques al PP durante buena parte de sus intervenciones. Ha acusado a los populares de preferir bajar los impuestos a los ricos que gastar más en sanidad, educación y en políticas sociales. Guindos ha defendido la política económica del Gobierno en funciones del PP y la bajada de impuestos porque estimula el crecimiento, la creación de empleo y garantiza los servicios sociales, según ha manifestado. Garicano, por su parte, ha cargado con dureza contra la política de fuerte aumento de gasto que plantea Unidos Podemos. Álvarez se ha defendido justificando que su propuesta solo pasa por revertir los 60.000 millones de recortes en políticas sociales.

La diferencia entre la rebaja fiscal que plantea el PP y la de Ciudadanos, según ha explicado Garicano es que "hay que bajar los impuestos en la segunda parte de la legislatura". Y ha añadido: "No vamos a hacer promesas vagas como el PP". El responsable económico de Ciudadanos ha señalado que antes de bajar los impuestos tendrán que asegurar el cumplimiento del déficit para que no ocurra como el año pasado. Según ha manifestado, la rebaja del IRPF que aprobó el Ejecutivo popular en 2015, cuando aún había que reducir el déficit, ha provocado una importante desviación sobre el objetivo comprometido con Bruselas.

Álvarez ha precisado que "la política fiscal más expansiva se debe acompañar con un aumento de los ingresos". Y ha explicado que la diferencia entre la presión fiscal de España con la del resto de países de la eurozona es de ocho puntos del PIB. "Si queremos parecernos a Dinamarca en el Estado de bienestar también tenemos que parecernos en los ingresos".

Sevilla ha tratado de arrinconar al PP. Ha recordado que en 2011, cuando España ya estaba en crisis, los populares se comprometieron a bajar los impuestos, pero hicieron todo lo contrario. "Un país con un déficit del 5%, una deuda del 100%, que no tiene dinero para pagar a los dependientes, ni para pagar las becas y dice que hay que bajar el IRPF. Eso es una irresponsabilidad", ha proclamado.

Sevilla y Guindos se han enzarzado a cuenta de la amenaza de multa por parte de la Comisión Europea por el incumplimiento del déficit del año pasado. "No va a haber multa. Se lo digo yo", ha remachado el ministro de economía popular, que ha presumido de que el Gobierno ha reducido el déficit desde el 9,3% en 2011 a la mitad gracias al crecimiento económico. "No cae del cielo", ha dicho, a lo que Sevilla le ha contestado: "Cae de Draghi".

Garicano ha afeado al PP la amnistía fiscal. Y ha preguntado a Guindos qué le dicen el resto de ministros de finanzas cuando va el Eurogrupo y dice que el próximo año bajará impuestos, algo que es contrario a la carta que Rajoy envió al presidente del Eurogrupo con el que se comprometió a aprobar nuevos ajustes si volvían los nubarrones sobre la economía. El ministro popular ha explicado que cuando uno sale del brazo correctivo de Bruselas, por tener un déficit superior al 3% del PIB, se puede permitir bajar los impuestos.

Álvarez también ha insistido en este punto. "Cuando uno baja los impuestos en 8.000 millones, luego se encuentra la petición de Bruselas de recortar 8.000 millones". El representante de Podemos ha precisado que parte de la desviación del déficit se debe a la Seguridad Social. Porque, según ha manifestado, cuando el empleo es precario, las cotizaciones no llegan para pagar las pensiones.

El portavoz económico de Ciudadanos ha insistido en sus ataques a la formación de Pablo Iglesias. Ha afirmado que subir el gasto público como propone Podemos en una situación de tanto endeudamiento y tanta incertidumbre provocaría una gran crisis con huida de inversores y de ciudadanos. Ha recordado el caso de Grecia, en el que Tsipras ha tenido que dar marcha atrás y aprobar un duro paquete de recortes.

Álvarez ha respondido al decir que el aumento del gasto que proponen es equivalente al que experimentó la economía española entre 2000 y 2007. Y ha explicado que lo que defiende su partido es revertir los recortes en sanidad, educación y servicios sociales, que han sido recortados en más de 60.000 millones.

En el bloque reservado a debatir sobre políticas sociales, Sevilla ha recordado que existen diferentes opciones ideológicas. Y ha explicado que algunos, en referencia al PSOE, piensan que a quien no puede pagarse una buena educación o la sanidad hay que ayudarles. "El estado de bienestar los construyó la sociedad alienada con el PSOE". Y ha seguido: Hay otros Gobiernos que puede bajar impuestos a los más ricos y que cada cual se tenga que arreglar su futuro, arreglárselo por su cuenta. "Esa es la política de la derecha".

Guindos se ha defendido al señalar: "La política social surge porque hay más empleo". El ministro en funciones ha añadido: "Con el PP las políticas sociales están garantizadas".

Los partidos han pasado de refilón por las pensiones. Aunque todos han mostrado su preocupación por el futuro de las pensiones y el estado de la Seguridad apenas han ofrecido soluciones más que recordar que hay que alcanzar un acuerdo en el marco del Pacto de Toledo. Álvarez ha recordado que las dos últimas reformas de las pensiones provocaran una gran pérdida de poder adquisitivo en los próximos años y ha reclamado que se vuelva a vincular la subida de las pensiones con el IPC.

Mientras el responsable del PSOE atacaba al del PP, el de Ciudadanos hacía lo propio con el de Podemos; y este, lanzaba continuos guiños al PSOE. Esta situación dejaba a Guindos solo contra todos defendiendo los datos de la recuperación.