Santamaría apela a criterios técnicos para despolitizar el fútbol

"La Delegación del Gobierno en Madrid ha tomado esa decisión (prohibir la exhibición de esteladas durante la final de la Copa del Rey el domingo en el estadio Vicente Calderón de Madrid) por criterios técnicos y operativos, no políticos". Esa fue la primera respuesta que emitió este viernes Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno en funciones de Mariano Rajoy, para salir al paso de la polémica limitación contra la bandera con connotaciones independentistas catalanas. El Ejecutivo aclaró que aceptará lo que diga al respecto el juez ante el que se ha recurrido esa decisión de la Delegación del Gobierno, que preside la popular Concepción Dancausa.

La vicepresidenta se agarró a la literalidad de lo que marca la ley del Deporte y el manual de la Federación Española de Fútbol contra el uso de determinados estandartes que puedan incitar a la violencia o el odio y contra la promoción de mensajes políticos, religiosos, racistas o xenófobos. Lo que sí quiso subrayar explícitamente Sáenz de Santamaría fue que el Gobierno entiende que, con este tipo de polémicas, como las de las banderas, los silbidos a los representantes de la monarquía o las presencias y ausencias de determinados dirigentes, se está politizando demasiado el mundo del fútbol.

"Fútbol es fútbol", enfatizó Santamaría, parafraseando la famosa máxima del exentrenador madridista ya fallecido Vujadin Boskov. La número dos del Gobierno realizó una acusación genérica sobre que, en muchas de estas ocasiones, entre las que incluyó la prohibición de las esteladas en la final de Copa, "se trata de politizarlo todo, cuando lo que habría que tratar es de disfrutar de un partido de fútbol". Santamaría trató de desligar por todos los medios al Gobierno central y en concreto a su presidente, Mariano Rajoy, de esta decisión y de la politización del deporte: "Nosotros no lo hemos politizado ni lo vamos a politizar y ahora vamos a aceptar esos criterios jurídicos y técnicos de los tribunales".

La vicepresidenta no quiso comentar ni la decisión del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ni de las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau, o de Madrid, Manuela Carmena, de no acudir al encuentro ante la prohibición de las esteladas. Santamaría consideró que cada uno es preso de sus palabras y solo deslizó que, a lo mejor, ese tipo de comportamientos no le parecían bien al alcalde de Sevilla, que sí acudirá a Madrid en representación institucional. "Cuando uno representa a una institución es bueno saber lo que tiene que hacer", apostilló.

Soraya Sáenz de Santamaría subrayó que el presidente del Gobierno en funciones no tiene competencia sobre esa decisión de la Delegación del Gobierno y de su Junta de Seguridad, sin tener que consultarla con el ministro del Interior, ni tiene nada que interpretar al respecto sobre ese tipo de actuaciones. El Ejecutivo aún no ha decidido qué representante acudirá el domingo al palco del Vicente Calderón para acompañar a los reyes, aunque es más que probable que esa función se limite al ministro de Educación, Cultura y Deportes en funciones, Íñigo Méndez de Vigo.