Luis González Seara, formación y carácter de un singular reformador
Profesor, humanista e impulsor de grandes proyectos en medios de comunicación, fue una de las personalidades determinantes de la Transición
El mismo día del cuarto centenario de la desaparición de Cervantes, en un amanecer lluvioso como en uno de tantos de su patria gallega, nos ha dicho adiós Luis González Seara, profesor universitario, impulsor de grandes empresas de comunicación, columnista incisivo en diarios y revistas, senador constituyente en 1978, ministro de Educación y Ciencia, europeísta de muy altos registros, persona vitalista y de agudo sentimentalismo en cuanto a la percepción de la alteridad.
Otras plumas han mencionado estos días el singular cursus honorum de Seara. Su hoja de servicios al país es del todo infrecuente. Su trayectoria como intelectual es paralela a su capacidad como hombre de acción. Encuadrable al mismo tiempo en varias generaciones a quienes el destino hizo pasar desde la Guerra Civil a una sociedad democrática a través de los grandes momentos de la reconciliación de las tres Españas heredadas de la guerra, la concordia y el consenso constitucional.
En las diferentes etapas de su vida pública y sus destacados logros públicos merecen ser mencionados algunos episodios que ayudan a explicar el carácter del singular hombre público que fue Luis Seara.
Entre 1973 y 1975 ayudó desde el Grupo 16 a preparar una reunión de notables europeos, encabezados por el antiguo primer ministro belga y expresidente de la Comisión Europea Jean Rey y el miembro de la Comisión Altiero Spinelli, con objeto de deliberar en la capital comunitaria sobre los objetivos de la nueva generación de dirigentes políticos que se preparaban para el tránsito del régimen autoritario al régimen democrático. Cien españoles y comunitarios se reunieron en las sedes de la capital europea y se dividieron en ponencias explicativas sobre los cambios institucionales, económicos, sindicales y sociales que habrían de ser abordados tras el próximo fin de la dictadura.
Seara y Juan Tomás de Salas prepararon editoriales y un largo informe en el que explicaban el enlace entre la reunión de Múnich de 1962 y los avances programáticos de los partidos del interior en 1975. Elaborados por la Junta Democrática y por los representantes de la futura Plataforma unionista y el Gobierno en la sombra de los Nueve de final de año. De los asistentes, casi el 80% fueron elegidos diputados o senadores en 1977. Entre ellos, Fernando Álvarez de Miranda, Enrique Gironella, Joaquín Garrigues, Miguel Boyer, Ramón Trías Fargas, Miquel Roca, José Ramón Lasuén, Raúl Morodo, Enrique Múgica y, aunque convocado no pudo asistir por un accidente, Ramón Tamames. Todo el futuro arco parlamentario de las Cortes constituyentes de 1977-78.
Del inminente ascenso a la presidencia del Gobierno en 1976 de Adolfo Suárez, Seara tuvo temprano conocimiento a través de Eduardo García de Enterría, quien con motivo de la visita a Madrid del entonces secretario general del PRI, Partido Revolucionario Institucional mexicano, nos convocó a una cena en la primavera de 1976, en la que se encontraban Seara, Francisco Rubio Llorente, José Lasuén, y creo recordar el director de la Fundación March, José Luis Yuste. Adolfo Suárez aparecía de improviso como la salida del régimen autoritario para ir configurando una monarquía parlamentaria en fases muy cortas para un periodo de dos años, de 1976 a 1978. El presagio se realizó cumplidamente.
Como decano, secretario de Estado y ministro, Seara fue un promotor necesario en la creación de numerosas cátedras, becas y puestos en la educación general en paralelo al incremento del gasto presupuestario y a la transformación de las viejas estructuras administrativas, sindicales y corporativas en un nuevo régimen de integración en el nuevo sistema de convivencia democrática. Reconoció por fin la injusticia de décadas con respecto a los disidentes y la oposición al régimen autoritario. Nombrar catedrático a Julián Marías fue el ejemplo de mayor envergadura hacia quien había representado la resistencia a su reconocimiento como figura ejemplar de la filosofía hispánica y de la herencia orteguiana. Con él, la de personalidades como Vidal Beneyto, Sotelo, entre otras muchas. Desde 1980 la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander , merced a un generoso apoyo financiero del Gobierno de Suárez , adquiere un impulso internacional que la situó a la altura de las mejores universidades de verano en Europa.
Seara mantuvo desde 1982 una línea de independencia política y de pensamiento que le permitía admitir como necesaria la alternancia democrática de los partidos en el Gobierno de la nación. Entre los miembros de la vida académica se guarda gran respeto al recuerdo del profesor Seara, a su honrosa trayectoria pública y a no pocas de sus actividades singulares.
A sus familiares, especialmente a Carmela García Moreno, les acompañamos con el testimonio de que la vida de Luis fue plena de grandes realizaciones en beneficio del interés general de la sociedad española y que su carácter abierto será permanentemente un ejemplo para un buen ciudadano.
Miguel Martínez Cuadrado es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense.
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