España y Libia dan prioridad al regreso de la petrolera Repsol
Margallo dice que el embajador español será el primero europeo en volver a Trípoli
El Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) libio, presidido por Faiez Serraj, y el Ejecutivo español consideran una “prioridad política” el regreso al país de la petrolera española Repsol y han acordado poner en marcha comités técnicos para hacerlo realidad lo antes posible. Así lo ha constatado hoy en Trípoli el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, a quien las autoridades libias han pedido este jueves el retorno del embajador español, que podría producirse en breve.
Margalloha hecho una visita relámpago a Libia para mostrar el respaldo de España al Gobierno de Serraj, siguiendo los pasos de sus homólogos de Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.
El jefe de la diplomacia española, que viajó en un avión Hércules con tonelada y media de ayuda humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), aterrizó en el aeropuerto militar de Mitiga, desde donde se trasladó en un convoy fuertemente escoltado hasta la base naval de Abu Setta, donde se ha atrincherado el GAN desde su furtiva llegada al país en un buque desde Túnez el pasado 30 de marzo.
El ministro se ha reunido con la práctica totalidad del Consejo Presidencial, un frágil ejecutivo que intenta hacerse con el control de un país que cuenta con dos gobiernos y decenas de milicias enfrentadas entre sí, lo que el autodenominado Estado Islámico (EI) ha aprovechado para ocupar ya más de 250 kilómetros de costa.
Además del apoyo internacional, Serraj tiene que ganarse la confianza de la población y para ello necesita los ingresos del petróleo. La producción ha caído de 1,6 millones de barriles diarios en tiempos de Gadafi a solo 350.000 ahora y su plan es recuperar el nivel anterior en dos años. Para ello es clave la contribución de Repsol, que producía 340.000 barriles antes de abandonar el país en 2014 y podría producir 100.000 a corto plazo. Repsol está “perfectamente dispuesta” a volver a Libia “cuando se solucionen los problemas pendientes”, asegura Margallo. Se refuere a las dos milicias que controlan los campos petrolíferos y los oleoductos y que reclaman el pago de salarios atrasados.
Para asentar su legitimidad, Serraj ha pedido también a Margallo el regreso a Trípoli del embajador español, José Antonio Bordallo, ahora residente en Túnez como la mayoría de sus colegas europeos. El ministro ha condicionado la vuelta del personal diplomático a Trípoli a la existencia de garantías de seguridad, pero ha añadido que “con toda seguridad [el español] será el primero” de los embajadores europeos que lo haga. Bordallo ya visitó el pasado día 14 la capital libia para analizar la situación sobre el terreno y comprobar el estado de la Embajada, evacuada en julio de 2014.
Margallo ha acordado también que el ministro libio de Interior visite proximamente Madrid para abordar con su homólogo español, Jorge Fernández Díaz, la cooperación contra el terrorismo y la inmigración ilegal.
Tras haber conseguido instalarse en Trípoli y hacerse con el control de las instituciones clave del país (el Banco Central y la Compañía Nacional de Petróleo), así como de siete ministerios, el Gobierno de Serraj se encuentra enfrentado a las autoridades de Tobruk, cuyo Parlamento sigue contando con reconocimiento internacional. "Estamos en un momento complicado. Todavía hau dos gobiernos: uno de ellos, el que reconocemos legítimo, no ha sido considerado legítimo por el Parlamento que nosotros consideramos legítimo, lo que constituye una anomalía importante", ha reconocido Margallo.
Aunque una mayoría de diputados de Tobruk han dado individualmente su apoyo al Gobierno de Serraj, el Parlamento como tal no ha sido capaz de reunirse, debido a la oposición de sectores afines al general Jalifa Hafter, quien podría estar preparando una ofensiva con el armamento recibido desde los Emiratos Árabes Unidos (EAU), según informes de inteligencia. "Hay miedo ha una división de Libia", ha reconocido Margallo, para quien "la integridad territorial es un principio básico para la estabilidad y la paz".
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