Los presos de ETA empiezan a trabajar en la cárcel
Los reclusos del colectivo trabajan en el economato o en la lavandería para reducir su pena
En apenas un mes se han puesto en marcha. Si el pasado 13 de marzo más de 600 exreclusos de ETA bendijeron y dieron luz verde a que los presos adoptaran medidas individuales para progresar de grado, el primer grupo de en torno a 20 ya lo está haciendo. Según han confirmado fuentes de la izquierda abertzale, todavía es un grupo pequeño y de internos condenados antes de 2003 (los únicos que puede redimir pena por trabajo). Pero poco a poco se irán sumando más para progresar de grado y abandonar el primero, el que más restricciones conlleva, y que podría acarrear a medio plazo un acercamiento a prisiones vascas.
De momento, se están colocando en los economatos y en las lavanderías, pero rompe la dinámica de décadas en las que no han aceptado ninguno de los beneficios que tenían a su alcance, al tener que tramitarlos de manera individual. Los herederos de Batasuna lo hicieron también recientemente en un acuerdo histórico con la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Si en Usurbil, Gipuzkoa, los expresos aseguraron que “las medidas individuales también serán colectivas” preparando la pista de aterrizaje para que dentro de prisión se sintieran respaldados y apoyados ante este tipo de decisiones, en el interior de las cárceles se ha puesto el proceso en marcha para flexibilizar la situación. Pasar del primer grado, el más duro, al segundo supone abrir la puerta a permisos de salida. En el primero, en el que están la gran mayoría, tienen incluso limitadas las horas de salir de la celda y se trata de un grado impermeable a cualquier tipo de beneficio penitenciario.
El colectivo de presos de ETA, EPPK, está integrado por 387 presos y han decidido avanzar en esta vía a la vista de que la postura del Gobierno central es absolutamente refractaria a cualquier tipo de flexibilización de la política penitenciaria. O lo hacen ellos o no lo va a hacer nadie. Los primeros movimientos se producen, además, casi en vísperas de la manifestación que la izquierda abertzale ha organizado en apoyo a las medidas que están adoptando los presos. Una manifestación que el próximo domingo recorrerá las calles de Bilbao y que avalará la imagen del pasado 13 de abril en Usurbil, en la que los de fuera cerraron filas, por si había alguna duda respecto de los críticos con Sortu, de que la mayoría está con la línea oficial y con las decisiones que se adopten dentro.
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