España registra menos muertos en carretera que la Unión Europea
El país redujo las víctimas mortales el doble que sus socios europeos en el último lustro, pero la mejora se ha frenado en seco
España no logra reducir la mortalidad en carretera. Los 36 muertos en accidentes de tráfico por millón de habitantes que tuvo en 2015 se han convertido en un muro infranqueable: son exactamente los mismos que hubo los dos años anteriores, según las estadísticas preliminares difundidas este jueves por la Comisión Europea. España tiene, sin embargo, varios argumentos para defender sus avances en seguridad vial: sale bien parada respecto a sus socios europeos, cuya mortalidad es un tercio superior —51,5 muertes por millón—, es el sexto país de los Veintiocho donde hubo menos fallecidos el pasado año, y solo Dinamarca, Grecia y Portugal han reducido más el porcentaje de víctimas que España en el último lustro, periodo en el que bajaron un 32%, el doble que en el conjunto de la UE.
Pero España vive del pasado. La estadística europea premia los grandes avances en 2011, 2012 y 2013. Desde entonces, el estancamiento es visible, y hablar de la evolución de los muertos en accidentes de tráfico en los últimos años es hacerlo de un corredor que ha pasado de ir al sprint a trotar con desgana y, finalmente, detenerse en seco para, si se confirma la evolución de este año, empezar a retroceder ligeramente en el camino recorrido.
En esa vuelta atrás no está sola. Si la mortalidad en España se ha estancado, en la UE ha subido por primera vez desde 1997, y aunque se trate de un ligero 1%, las primeras voces pidiendo a los Estados mayor implicación ya han aparecido. "Si Europa quiere alcanzar su objetivo de reducir a la mitad sus víctimas para 2020, es necesario hacer mucho más", ha señalado la comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc. La política eslovena ha reconocido que, a pesar de las "impresionantes" reducciones de víctimas en las últimas décadas, el estancamiento actual es "alarmante".
Para explicar este leve alza de la mortalidad, la Comisión Europea alude a la cada vez mayor interacción entre vehículos y lo que califica como "usuarios vulnerables", en los que engloba a peatones y ciclistas. También a otros condicionantes como el cada vez mayor uso de móviles al volante. "El factor humano es la causa principal de los accidentes", ha afirmado la comisaria. En esa ristra de elementos que son responsabilidad de los conductores entran en juego el consumo de alcohol, el cansancio o el mantenimiento del vehículo.
La solución que defiende el Ejecutivo comunitario pasa por rascarse el bolsillo para poner en marcha nuevas medidas y campañas: "Tiene un coste, pero nada comparado con los 100.000 millones de euros de gasto social que causan los muertos y heridos en carretera". Esa es la cantidad que la Comisión estima que cuesta cada año a los socios de la UE la atención médica, rehabilitación y daños materiales causados por los accidentes de tráfico. El coste humano es estremecedor: 26.000 personas perdieron la vida en las carreteras europeas y 135.000 resultaron heridas en 2015.
En el medio y largo plazo, la UE fía la mejora de la seguridad vial al avance tecnológico. "Los coches autónomos tienen un gran potencial futuro para evitar accidentes, y estamos trabajando duro en poner el marco para su desarrollo", aseguró la comisaria europea.
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