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La distensión entre Sánchez e Iglesias en el homenaje por el 11-M

Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas, sin fondo político"

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la estación de Atocha, este viernes.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la estación de Atocha, este viernes. Jaime Villanueva

Los líderes del PSOE y de Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han coincidido este viernes en la estación de Atocha en el homenaje a las víctimas del 11-M en el duodécimo aniversario de la matanza. Los dos dirigentes se han saludado y han intercambiado unas palabras en el acto convocado por Comisiones Obreras, UGT y la Unión de Actores.

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La foto de este reencuentro no guarda relación con las conversaciones sobre la investidura del secretario general de los socialistas o las negociaciones para la formación de un Gobierno, pero supone una imagen de distensión, de unidad ante las víctimas, tras el duro debate de la semana pasada. Se han estrechado la mano y han hablado unos instantes. Según fuentes socialistas, "ha sido un mero saludo de personas educadas, absolutamente protocolario y sin ningún fondo político".

El pasado viernes, Iglesias llamó a Sánchez desde la tribuna del Congreso a suscribir un "acuerdo del beso" y rebajó el tono después del ataque lanzado en su primera intervención en el debate de investidura. Ambos se han pronunciado sobre la necesidad de apoyo a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, aunque el líder de Podemos ha incidido de nuevo en su propuesta, la de un Gobierno que llama "a la valenciana", en referencia a la presidencia socialista de esa comunidad, Ximo Puig, y a la vicepresidenta, Mònica Oltra, de Compromís.

"Ha quedado demostrado en la última sesión de investidura", ha señalado Iglesias, "que los votos dan para eso; que un acuerdo de PSOE con Podemos, Izquierda Unida y Compromís obtendría votos positivos, suficientes, para tener un Gobierno de coalición como el de la Comunidad Valenciana". A pesar de la imagen de unidad propia del día, la relación no es fluida, lo que se debe a los obstáculos surgidos desde que Pedro Sánchez intentó mantener una reunión con Podemos pero siempre con Ciudadanos, mientras que el partido de Iglesias ha rechazado esa cita.

Podemos no quiere negociar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y, aunque sus dirigentes están dispuestos a reunirse con Rivera para pedirle la abstención, solo ven una salida a las negociaciones: un Ejecutivo con reparto proporcional de carteras repartidas con el PSOE, Izquierda Unida y Compromís. Una solución que Sánchez rechaza, al buscar una alianza que califica de "transversal". El líder socialista seguirá intentando pactar con la izquierda y con la derecha para, asegura, contar con mayor estabilidad.

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