Jordi Pujol, al juez: “No podía afrontar el riesgo político de regularizar”
EL PAÍS reproduce la declaración del 'expresident', que expresó su "miedo" a que la fortuna andorrana afectara a su trayectoria
El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol empleó casi tres horas en la Audiencia Nacional para darle vueltas a una misma idea: el dinero oculto por la familia en Andorra procede de un legado de su padre, Florenci, del que él se desentendió por completo. Hasta diez veces repitió Pujol que estaba "al margen" de esa fortuna e insistió en su ignorancia deliberada: "No sé porque no quise saber". El exmandatario nacionalista afirmó que no sabía ni dónde estaba depositado el dinero —el asunto, dijo, le generaba incomodidad— y remitió a su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, también imputado por blanqueo de capitales.
El exlíder de CiU expresó su "rechazo" a ese legado porque podía perjudicarle en su carrera política y admitió que habría sido una buena idea regularizarlo antes (no se ha puesto orden con Hacienda hasta 2014). Pero su condición de presidente de la Generalitat —cargo que ostentó entre 1980, año de la muerte de su padre, y 2003— se lo impidió. "No podía afrontar el riesgo de esto (...) Todo el mundo sabía que yo deseaba que esto se regularizara. Lo que pasa es que no había las condiciones para hacerlo".
EL PAÍS ha tenido acceso a la declaración íntegra que Pujol prestó ante el juez José de la Mata el pasado 10 de febrero y que se grabó en formato sonoro. Los problemas de audición del expresidente ("¿puede repetirme la pregunta?") y su insistencia en decir que ignoraba todo lo relativo al dinero andorrano (incluso el que manejó su mujer, Marta Ferrusola) hastiaron al magistrado y a los fiscales, que no lograron romper la nebulosa de sus explicaciones.
Pujol solo reconoció que intervino en la fortuna de Andorra en dos momentos. La primera vez, en 2001, cuando aceptó firmar una carta (a petición de su hijo Jordi Pujol Ferrusola) para fingir que era él el titular de una de las cuentas. Se trató, afirmó el exmandatario, de un ardid para engañar a la exmujer de este, Mercè Gironés, porque el primogénito quería "preservar la integridad" del legado del abuelo. Los investigadores, por cierto, creen que esa tesis familiar es falsa y que el expresident fue efectivamente titular de fondos ocultos a Hacienda. La segunda ocasión fue en el verano de 2014. Según la versión de Pujol, sus hijos le anunciaron que iban a regularizar el dinero ante la Agencia Tributaria y él les comunicó que daría a conocer el origen de la fortuna: así nació, dijo, el famoso comunicado-confesión de Pujol del 25 de julio de 2014.
Lo que sigue es un resumen de algunos pasajes contenidos en su declaración, agrupados por temas:
Sin cuentas en el extranjero
"¿Ha tenido usted en algún momento cuentas en Andorra o en otras jurisdicciones?", preguntó De la Mata. Pujol respondió que no y se remitió a la explicación del legado: "En un momento determinado, esto tiene su origen en algo que ya he explicado en otras instancias, que fue en una cantidad de dinero que mi padre depositó en mi nuera. Luego, esta cantidad de dinero (que no estaba a mi nombre y de la que yo no era propietario) pudiera pasar a disposición... Y entonces, se abrió esta cuenta, que no la abrí yo, y de la cual se ocupó mi hijo [mayor, Jordi Pujol Ferrusola]".
El dinero de Florenci
Pujol también incidió en ese supuesto capital legado por Florenci Pujol en el extranjero: “Venían de una actividad económica que llevó mi padre durante los años finales de los 40 y los 50 con unas operaciones que en aquel momento no eran legales pero que eran permitidas por el sistema, que era la venta de dólares”.
Rechazo al legado
El expresidente explicó que aceptó la voluntad de su padre, pero a regañadientes. "Yo desde el primer momento fui contrario a este legado por temor... Porque, además, no correspondía hacerlo en alguien que pensaba dedicarse a la actividad publica (…) Por tanto, yo siempre, de forma muy extrema, que eso costó alguna discusión con mi padre, quise mantenerme al margen del tema". "Tengo que agradecer a mis hijos y a mi mujer el aislamiento en el que me mantuvieron, porque además era mi voluntad".
Una hucha ante las dificultades
Preguntado por las transferencias de dinero entre las cuentas de Jordi Pujol Ferrusola y las de sus otros seis hermanos, Pujol se confesó ignorante. Pero insistió en que el "espíritu" del legado era que "se usara como hucha, guardiola en catalán, para momentos que mi padre preveía o pensaba que podía suceder, que iban a ser de gran dificultad". Florenci Pujol, dijo, tenía miedo a las actividades políticas de su hijo y quería evitar que la familia se quedara "con una mano delante y otra detrás", dijo Pujol. Esa fue, precisamente, la expresión que empleó Marta Ferrusola en el Parlament al referirse al patrimonio de sus hijos y que airó a los diputados y a la opinión pública.
Deseos frustrados de regularizar
El "miedo" que invadió a su padre es distinto del "miedo" que sintió él ante el legado de Andorra. Pujol admitió ante el juez que "hubiera sido bueno legalizar esta cuestión". Pero reconoció que no se llevó a cabo "por las consecuencias que hubiera tenido para mí, como se ha demostrado". "Todo el mundo, incluso yo mismo, no encontramos el momento". En 1980, cuando murió Florenci, Pujol estaba "en una situación personal, políticamente además, en la cual evidentemente cualquier gesto de este tipo" le habría perjudicado. "No podía afrontar el riesgo político de esto", insistió.
Evitar sospechas de corrupción
En el verano de 2014, El Mundo publicó movimientos bancarios de varios miembros de la familia en Andorra. Unos días después, Marta Ferrusola y tres de los hijos que aún tenían dinero allí (Marta, Pere y Mireia) pusieron orden con Hacienda. Y se lo comunicaron al patriarca. Fue una decisión, dijo Pujol, unilateral, lo mismo que la suya de emitir un comunicado público. "Hay un momento que yo sí tomo una decisión que les afecta a todos. Cuando vienen y me comentan su decisión, ya tomada: 'Vamos a regularizar'. Digo: 'Muy bien, oye, regularizad. Pero yo explicaré de dónde viene todo este dinero, cuál es el origen'". Pujol admitió que la regularización iba a ser un problema "serio": "Quiero explicar el origen porque no quiero que se piense que ese dinero viene de operaciones hechas bajo el influjo ya de tiempos... Por razones políticas, sino que viene de antes".
El “engaño” a la ex de Júnior
Uno de los aspectos más controvertidos del caso Pujol es la cuenta de Andorra número 63810, abierta en el año 2000 por Jordi Pujol Ferrusola en la Banca Reig con el equivalente a 1,84 millones de euros. En la comisión rogatoria enviada por Andorra figuran dos documentos que indican que el titular de esos fondos era el expresidente. Uno de ellos está firmado por él mismo. La familia defiende que se trató de un ardid para engañar a la mujer del hijo mayor, Mercè Gironés, que reclamaba su parte en el dinero de Andorra como condición para reconciliarse con él.
Pujol explicó en la Audiencia Nacional que se prestó en el trato, aunque no se "vanagloria" de ello. "Tendrías que hacerme", le dijo, supuestamente, Júnior a su padre, "una carta para convencer a la Mercè, para no incluir el dinero en esta partición". "No es para vanagloriarme. Por lo que sea, porque me decía que era esencial para la preservación del matrimonio, pues hice esa carta". Ante las preguntas de la fiscal Belén Suárez sobre si no temía que con esa carta se le involucrara en la fortuna de Andorra, Pujol contestó que sí, pero que confiaba en que "esto se mantendría en una situación no pública". "El único objetivo concreto", agregó, "era que ese dinero que era para la protección familiar no se dispersara".
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